25 de Marzo de 2010
Pequeño pero útil manual de reparación de la visera de nuestro querido casco...
Pueden ser cientos las razones por las que no nos queremos deshacer de nuestro casco. La más habitual es que con el tiempo el casco vaya cogiendo la forma real de nuestra testa y para el uso del día a día es el mejor de todo en el mundo con diferencia... hasta que los interiores se caen a pedazos, claro.
Pero hasta que esto llegue, vamos intentando prolongar la vida de nuestro casco preferido. Y sucede que llega el día en que lo descatalogan por lo que encontrar piezas de recambio para él se convierte en un episodio de "Qué apostamos", más cuando el casco es de la marca NISU (NI SU madre lo conoce).
El casco entonces empieza a recopilar toda una serie de heridas de guerra, de las cuales el 90 % desconocemos su procedencia. Y la visera, como parte integrante del casco, no se escapa de este terrible efecto. Si queremos recuperar la visera de nuestro casco, deberemos seguir estos sencillos pasos al pie de la letra.
Si la visera está ahumada o tiene efectos como espejo, cromado, etc, es muy posible que se lo eliminemos con este tutorial a no ser que el efecto esté dado a la visera en su cara interna. Lo primero: no usaremos maquinas ninguna. La Dremel está totalmente prohibida porque ofrece demasiadas revoluciones aún al mínimo en una superficie muy pequeña. Si tienes MUY BUENA MANO, puedes usar un taladro con selector de velocidad al que previamente le hemos puesto el accesorio para pulido.
Tendremos que tener en cuenta que debemos desbastar todo por igual, pues de lo contrario crearemos zonas de deformación de la imagen en la visera. Tener claro por otra parte, que la visera NO SE DEBE LIJAR POR EL INTERIOR DE ÉSTA. Todo este manual es para trabajar en la cara externa de la visera, la que está llena de mosquitos.
Materiales necesarios:
Desmontamos primero la visera y la lavamos concienzudamente.
Con la lija que hemos comprado, lijamos haciendo círculos y sin apretar demasiado. Le robamos un tuper a la esposa o madre, lo llenamos de agua y periódicamente, mojamos la lija en ese agua.
Si los arañazos son muy profundos, escogeremos una lija de menos grano, una 300 por ejemplo pero también mojándola. Toda la visera, como hemos dicho antes, debe ser desvastada por toda su superficie por igual. De esto nos aseguraremos dando las mismas vueltas por toda la superficie aunque el arañazo esté en un lugar determinado.
Después de usar la 300, volvemos a la de grano fino, siempre mojada en agua, para hacer desaparecer el lijado de la 300.
Cogemos ahora el Vitroclen o el Sidol para vitrocerámicas o sacar brillo a los metales. Con un trapo de algodón, esparcimos este pulimento sin abusar por toda la visera. Cuando esté seco, hacemos círculos con un trapo de algodón y apretando fuerte.
Esta operación es bastante posible y casi seguro que tendrás que repetirla varias veces con la consecuencia de dolores en los músculos de la mano y el brazo.
Cuando la visera esté opaca pero no se noten arañazos, pasamos al siguiente paso, el pulimento para plásticos.
Hacemos ahora lo mismo que con el Sidol o el Vitroclen. Lo esparcimos con mesura , sin derrochar, y esperamos a que se seque, tras lo cual le damos con el trapo, uno nuevo, y repetimos el proceso tantas veces como veamos que sean necesarias hasta tener un resultado óptimo.
Lavamos otra vez la visera y la colocamos.
Debemos tener en cuenta que la visera se ensucuará con más facilidad a partir de este momento.