De Canarias hacia Asia Central

El 19 de junio partía desde Las Palmas de Gran Canaria con un objetivo claro: recorrer en moto las repúblicas asiáticas de la antigua URSS. Un plan ambicioso, de más de 10.000 kilómetros, a lomos de su Yamaha Ténéré 700 World Raid. Una moto preparada y equipada al detalle por Flick Moto, concesionario oficial Yamaha en la provincia de Las Palmas, que además le proporcionó el conjunto completo de ropa técnica Alpinestars para afrontar esta aventura con garantías. Pero como ocurre en los mejores viajes, los planes cambian. Y esta vez, el final ha llegado antes de lo previsto… en Turquía.

De Canarias a Estambul: un viaje intenso y sin tregua

Benji partió en ferry desde Gran Canaria, sin camarote, durmiendo en butaca durante dos noches. Tras desembarcar en la península, la primera parada fue en Burriana, Castellón, donde realizó una sesión de fotos con el fotógrafo José María de Felipe para ilustrar esta crónica. Desde allí comenzó su odisea continental: Francia, con nuevas amistades moteras, una rápida entrada por Italia y un encuentro especial con amigos en Eslovenia.

Desde este pequeño país alpino, realizó una breve incursión a Croacia, “uno de los países más bonitos de la zona”, antes de continuar su ruta hacia Serbia y Bulgaria. En este último, una noche singular en un hotel con picadero incluido —caballos visibles desde la habitación— le regaló una de esas anécdotas que solo regalan los viajes sin itinerario cerrado.

Estambul: cruce de continentes y de decisiones

La entrada a Turquía fue toda una experiencia: controles fronterizos rigurosos, SIM nueva, y un tráfico enloquecido en una ciudad de 16 millones de habitantes que desafía a cualquier viajero. Atravesar el puente del Bósforo, con Europa a un lado y Asia al otro, fue un momento emocionante. "Una cosa increíble", dice Benji, recordando los edificios interminables, el caos ordenado del tráfico, y cómo, a pesar de todo, en Turquía las motos circulan libremente sin restricciones ni señales que lo prohíban.

Finalmente, encontró un hotel sencillo pero cómodo. Aparcó su Ténéré sobre la acera, bien asegurada y cubierta, y se permitió el lujo de bromear: “Mientras en Canarias hay quien pide kebab por Glovo, yo prefiero venir en moto hasta Estambul para comérmelo”.

¿Por qué no seguir hasta Asia Central?

Aunque el objetivo era continuar hacia Georgia, Azerbaiyán, Uzbekistán, Tayikistán y más allá, Benji ha tomado la decisión de regresar a Canarias. “No estoy en el mejor momento para hacerlo”, reconoce. El calor extremo, con temperaturas que no bajan de 37 °C, la exigencia física del viaje, los visados que requieren más planificación y, sobre todo, la falta de tiempo, lo han llevado a parar.

“Este tipo de ruta necesita calma y preparación. No puedes improvisar fronteras complicadas en pleno verano y con el reloj en contra”, explica. Además, los altos costes en carretera —peajes, gasolina, comidas y alojamientos— y la dureza de las jornadas, muchas por autopista para avanzar, le han hecho reconsiderar su ruta.

“Ya llevo más de 5.000 km. Para volver, me quedan otros 4.000. No es poco. Así que he decidido que este ‘Turkitistán’, como bromeo, será mi punto final antes del regreso”, confiesa con humor, rebautizando simbólicamente a Turquía como si fuera una república exsoviética más.

La esencia del viaje sigue intacta

A pesar de no haber llegado hasta Asia Central, Benji ha vivido una auténtica aventura. Ha cruzado media Europa en una semana, compartido historias con moteros de distintas nacionalidades, y comprobado una vez más la fiabilidad de su Yamaha Ténéré 700 World Raid, siempre cuidada y equipada en Flick Moto. “La moto va perfecta. Cómoda, resistente, con gran autonomía. No me ha fallado en nada”.

También destaca la calidad del conjunto Alpinestars para Yamaha que le cedieron antes de la partida: “Estrené la equipación en este viaje y se nota. Calidad, comodidad y diseño. Un gustazo llevarla cada día”.

Ahora, con la vuelta en mente, Benji planea hacerlo con más calma. Quizá evitando autopistas, buscando rutas secundarias, parando más… “Es la primera vez que viajo con un destino concreto, y no he podido cumplirlo. Pero da igual. Lo importante no es la meta, sino todo lo que sucede mientras ruedas”.

Créditos de las fotos: José María de Felipe