28 de Febrero de 2024
Prohibiendo sin regular, simplemente por ideología
Muchas veces vemos noticias de endureros perseguidos por helicópteros, vehículos, multitud de personal y, ahora también, drones. ¿Es lógico usar esta cantidad de recursos para perseguirnos?
En un mundo que tiende cada vez más a lo eléctrico y a no permitir el uso de la naturaleza, prohibiendo sin regular simplemente por ideología, la moto de campo se ha convertido con los años en un objetivo que pueden aprovechar las administraciones para derrochar recursos supuestamente en pro de un mundo más ecológico.
Recientemente hemos visto un vídeo donde un helicóptero persigue a un grupo de endureros. El gasto de combustible del helicóptero, el ruido para la fauna... además del gasto de miles de euros que esto supone, genera en muchos casos más impacto negativo el propio enduro.
El único impacto que realmente produce la moto de campo en el medio natural es la erosión del terreno, ya que a nivel sonoro y de emisiones son cifras controladas y aprobadas por el gobierno en las ITVs pagando sus impuestos correspondientes.
Además, cuando pasa un endurero por una zona determinada apenas son unos segundos, siendo en tiempo un impacto muy reducido. Respecto a los residuos generados son prácticamente nulos, más ahora con las motos de inyección que no evacúan líquidos en caso de caída.
Una moto de campo con un escape homologado que transita por sendas ya hechas, circulando con respeto y civismo, tiene un impacto muy reducido, similar al del resto de usuarios del medio natural.
El colectivo de cazadores o escaladores tienen también un impacto cuando usan el medio natural dejando “marcas” y haciendo ruidos, moviéndose por caminos en coche hasta el sitio concreto donde realizan la actividad, pero tienen su deporte regulado, con zonas habilitadas y épocas en las que poder realizarlo, permitiendo así su actividad con el menor impacto posible.
Pero el enduro está prohibido, sin regulación de ningún tipo, quedando fuera de la ley, ya que las administraciones ni si siquiera escuchan, siendo imposible avanzar hacia alguna regulación, que es lo que se lleva pidiendo décadas por parte de los usuarios de moto de campo y en los últimos años desde Moto de Campo Sostenible.