16 de Julio de 2013
Un guardia civil, sancionado por negarse a arriesgar su vida regulando el tráfico en la A5.
El Tribunal Militar Central acaba de dar respuesta a esta pregunta sin entrar en el fondo de la cuestión al condenar a un guardia civil de Tráfico que se negó a plantarse en un carril de la A5 para regular el tráfico en plena Operación Salida de la Semana Santa del 2011 por miedo a ser arrollado y prefirió hacerlo desde el arcén. Para el jurado militar, se trata de una falta grave de subordinación que no tiene justificación porque solo se puede rechazar una orden si esta implica cometer un delito.
¿Qué es más importante? ¿Proteger tu propia integridad física o acatar una orden, por arriesgada que sea?
Aquel día, como se puede ver en las imágenes, ante la densidad del tráfico de la propia Operación Salida, el citado capitán ordenó la apertura de un bypass en la carretera para abrir un carril adicional para descongestionar el tráfico. El capitán, entonces capitán jefe interino del Subsector de Tráfico de Madrid, ordenó repetidas veces a su subalterno, un agente con casi 20 años de experiencia en la materia, que invadiese el tercer carril de la carretera para regular el desvío de los vehículos, orden que el guardia civil se negó a acatar en esos términos por entender que ponía en riesgo su propia integridad física y porque, además, suponía introducir un obstáculo innecesario en la calzada que podría generar mayores problemas para el tráfico.
La sanción, de momento, acarrea la pérdida de doce días de haberes por una falta grave de subordinación, tal y como está previsto en el artículo 8 del Régimen Disciplinario de la Guardia Civil.