Rodando sobre un volcán sin que se derritan tus neumáticos

La única carretera que resiste 300 grados de temperatura volcánica

La vía de la costa de La Palma, que cruza las coladas del Tajogaite, es la primera del mundo con una capa aislante al calor de la lava.

La erupción del volcán Tajogaite en La Palma, que comenzó el 19 de septiembre de 2021 y duró casi tres meses, cambió para siempre el paisaje y la vida de esta isla canaria. Coladas de lava avanzaron a través de hogares, plantaciones y caminos, dejando a muchas comunidades completamente aisladas. El municipio de Tazacorte y la localidad turística de Puerto Naos fueron de las más afectadas, y durante meses, el acceso a estas zonas fue casi imposible. Sin embargo, tras 14 meses de esfuerzos y un desafío técnico sin precedentes, hoy La Palma se enorgullece de tener la primera carretera en el mundo que se construye sobre lava volcánica activa, capaz de soportar hasta 300 grados de temperatura subterránea.

Una carretera única en el mundo

La carretera de La Costa, que conecta Tazacorte con Puerto Naos, es una obra de ingeniería sin igual. No existe una vía similar en todo el planeta. Esta infraestructura fue diseñada con una capa de asfalto aislante especial, que protege el pavimento del calor residual que emana de las coladas de lava sobre las que discurre. Aproximadamente 2.460 metros del trazado están sobre la lava del Tajogaite, mientras que otros 600 metros atraviesan terrenos agrícolas, y 502 metros más recorren áreas afectadas por una erupción anterior.

Este tramo de carretera no solo es un hito en términos de ingeniería, sino que también sienta un precedente para futuras obras en zonas volcánicas. Hasta ahora, ningún otro proyecto había sido capaz de hacer frente a la singular problemática que supone construir sobre una superficie que aún alberga temperaturas tan extremas.

Tecnología aplicada para superar el calor volcánico

La construcción de esta carretera representó un desafío técnico extraordinario. El equipo de ingenieros se enfrentó a la tarea de crear una vía que pudiera resistir el calor constante de la lava aún incandescente bajo la superficie. Para ello, desarrollaron un tipo de asfalto especial que incluye una capa de aislamiento térmico avanzada. Este material no solo es resistente a temperaturas extremas, sino que también está diseñado para evitar que el calor ascienda hacia la superficie, protegiendo tanto los neumáticos de los vehículos como la integridad de la vía.

Este tipo de tecnología, pionera en el mundo, abre nuevas posibilidades para futuras infraestructuras en áreas afectadas por la actividad volcánica.

Reconectando a las comunidades y reactivando la economía

La construcción de esta carretera no solo ha sido una hazaña técnica, sino también un salvavidas para las comunidades locales. Durante más de un año, muchas áreas quedaron desconectadas, afectando gravemente a la economía local, especialmente a la agricultura y al turismo. La reapertura de esta vía ha permitido la recuperación de Puerto Naos y otras localidades cercanas, restableciendo las comunicaciones y facilitando el acceso a las plantaciones de plátano que son vitales para la economía de la isla.

Una experiencia única sobre dos ruedas

Rodar por esta carretera sobre una moto no es una experiencia cualquiera. La sensación de recorrer un paisaje tan desolado, marcado por las coladas de lava que se extienden a ambos lados del camino, es algo que difícilmente se puede describir. A pesar de los 300 grados que laten bajo el asfalto, el calor no se siente gracias a la tecnología aplicada. Lo que sí se siente es el poder de la naturaleza y la resiliencia de las personas que han trabajado para reconstruir la isla. La vista del paisaje volcánico y el contraste con el mar al fondo hacen de esta ruta una de las más espectaculares para cualquier amante del motor.

Rodar sobre 300 grados de lava en La Palma

La carretera de La Costa no solo representa una solución ingeniosa y efectiva para un problema que parecía insuperable, sino que también simboliza el esfuerzo conjunto de una comunidad que ha sabido levantarse tras una de las catástrofes naturales más devastadoras de su historia reciente. Hoy, quienes recorren esta vía pueden hacerlo con la tranquilidad de saber que están sobre una estructura segura y eficiente, mientras disfrutan de un paisaje que es testigo del inmenso poder de la naturaleza.

Rodar sobre un volcán es posible. Y en La Palma, es ya una realidad.