13 de Marzo de 2018
Muchas veces hemos afirmado, basados en fundamentos sólidos y experiencias personales, que las motos trail son las que mejor se adaptan a las peculiares características de la red viaria de Canarias, dónde las retorcidas curvas y el asfalto en estado mejorable son el pan nuestro de cada día.
Las trail son motos que sirven para todo desde ir a trabajar hasta realizar grandes viajes y logran que cada vez más usuarios opten por este tipo de montura. Las marcas lo saben y la oferta de este tipo de motos es cada vez mayor. Pero Suzuki pensó en diferenciarse del resto de las “trail mil” del mercado y apostaron por una extraordinaria polivalencia, gran comodidad y un precio contenido.
La V-Strom 1000 ha pasado ya en varias ocasiones por las manos de nuestro equipo de pruebas, pero es una moto que siempre es bien recibida y despierta la sonrisa de quien tiene por delante unos cuantos días de idilio con ella. La vieja conocida es el fruto de años de mejora en una marca que sabe hacer las cosas paso a paso.
Precio Suzuki V-Strom 1000.- 12.699 euros
Sin llevar el diseño a excentricidades que pasan de moda con la misma rapidez con la que llegan, Suzuki sigue confiando en su toque conservador para uno de los modelos clásicos en el segmento. Una moto que en 2017 sedujo a 12 usuarios de Canarias. Doce usuarios encantados de su moto que, en su mayoría, califican de certera su decisión de compra. Estéticamente, la moto ha dado un paso adelante y si bien Suzuki ha sido algo conservadora, el afilado pico de pato se integra de modo más sutil en la carrocería.
El grupo óptico frontal cuenta con dos ópticas superpuestas y la pantalla dispone de tres posiciones en altura/inclinación -regulables mediante herramientas-. El cuadro de instrumentos dispone de tacómetro analógico así como display digital en el que se muestra los habituales datos del ordenador a bordo. Suzuki hace un guiño a los viajeros colocando bajo el cuadro dispones de una toma de corriente de 12V especialmente ubicada para cargar el el navegador GPS. Los protectores de puños son de serie en otra clara apuesta por la protección al aventurero.
El asiento es cómodo, aunque algo duro como en las motos de su clase, y la parrilla trasera un denota un trabajo esmerado. El colín trasero se remata con un elegante piloto con iluminación por led. La posición y diseño del escape por el lateral derecho permitirá instalar unas maletas en una posición lógica. Los acabados generales de la moto son muy buenos, incluido el cubre cárter, exceptuando el feo detalle de la placa del número de serie en medio de la viga derecha del chasis.
Sobre el motor diremos que cubica exactamente 1037 centímetro cúbicos. Utiliza dos bujías por cilindro y tanto éstos como los pistones tienen un acabado antifricción buscando una mayor eficacia y una reducción del consumo. Los inyectores, de 10 orificios de salida cada uno, consiguen una eficaz pulverización, y por lo tanto, rendimiento del combustible. La refrigeración se realiza por líquido, y siempre buscando aligerar el conjunto, el radiador y el escape se han diseñado para que cumplan con esa premisa. También se ha trabajado en la caja de cambios, de seis relaciones, y en embrague, antirrebote, para conseguir un funcionamiento preciso y silencioso.
Con “sólo” 100CV de potencia, los mapas de motor no tendrían mucho sentido y sin embargo encarecerían el producto final, pero lo que sí han hecho en Suzuki es invertir en seguridad con un control de tracción que facilita la conducción en situaciones de poco agarre o a los conductores menos experimentados. Es un sistema que cuenta con sensores en ambas ruedas y que tiene cuenta parámetros como son la posición del acelerador y del cigüeñal y marcha engranada. Al perder tracción actúa sobre el encendido y la admisión. Tiene dos modos activos, uno estándar y otro más sensible, y una posición más en la que se desconecta. Con el gas cerrado, puedes cambiarlo incluso en marcha desde un botón en el puño izquierdo muy bien resuelto.
El chasis es uno de los más efectivos de la categoría. Todo lo hace bien sin que por ello haya que recurrir a componentes extraordinariamente caros, algo que ya consiguió Suzuki con su superventas V-Strom 650. El chasis es un doble viga de aluminio; rígido y ligero. Para la suspensión delantera se ha recurrido a una horquilla invertida Kayaba regulable con barras de 43 mm, y detrás, a un monoamortiguador con bieletas que también es regulable en precarga a través de un pomo muy accesible por el lateral izquierdo.
De los frenos tampoco tenemos nada malo que decir, todo lo contrario, con ABS Bosch de serie, su funcionaminto es exquisito; potente como pocos y dosificable como todavía menos. El mordiente inicial es perfecto. El equipo lo forman unos discos de 310 mm delante con pinzas de freno monoblock de Tokico de cuatro pistones y detrás un disco es de 260 mm y la pinza Nissin. Las atractivas llantas, ¿a qué te habías fijado en ellas?, son unas Enkei de fundición de aluminio de 10 brazos.
¿Crees que podemos enviar una sonda a Marte y no podemos hacer una moto que se adapte a ti? Dicho y hecho, la postura de conducción es muy natural, el manillar dispone de la altura y anchura adecuada y enseguida te sientes como si fuera tu moto de toda la vida. El asiento es cómodo y plano, no desentona respecto al resto de características de la moto y la parrilla se encuentra al mismo nivel que el asiento para facilitar el transporte de objetos y maletas. Todo ello viene a confirmar que todo en la V-Strom está pensado para ganar en comodidad siendo una moto indicada para largos viajes y para una extraordinaria confortabilidad en el día a día.
La lluvia amenaza cuando salimos de Santa Cruz de Tenerife rumbo a La Esperanza (nuestro fotógrafo se ha empeñado en elegir ese escenario para las fotos). Las colas en la TF-5 no nos impiden sortear los coches con facilidad y con la confianza que le otorga el “Low RPM Assist”, un sistema que sube de vueltas el motor levemente al presionar la maneta del embrague y que facilita las salidas desde parado y las maniobras a baja velocidad. Eso sí, no es su mejor hábitat así que ponemos rumbo a La Esperanza con la esperanza de que no nos llueva.
Comienza la suave subida y el bicilíndrico en V a 90º ofrece una enérgica aceleración desde bajas vueltas y los 100 cv mueven con soltura los 235 kgs de la moto. Incluso si vas acompañado o con maletas, la potencia es más que suficiente para la mayor parte de usuarios. Con el paso de los kilómetros aumenta la diversión. La moto se comporta muy bien en curvas enlazadas, se mueve con soltura y enseguida genera confianza. Las gratificantes sensaciones que ofrece un motor que permite abrir gas sin contemplaciones, vienen acompañadas de una frenada enérgica -recordemos que monta pinzas de anclaje radial- y de un tren delantero que genera mucha confianza.
Las zonas de Las Raíces y Machado, en las medianías de la isla, fueron finalmente las escogidas para el reportaje gráfico. Y claro, ver pistas de tierra mientras estás subido a una moto trail, es una mezcla explosiva. Sí. Ya sabemos que muchas motos trail no pisarán nunca por lo marrón, pero ya que nos ponen el caramelos tan cerca, decidimos adentrarnos por las pistas de tierra de la zona.
Desconectamos el control de tracción y nos ponemos de pié sobre las estriberas antes de dar gas. Son 235 kilos y las inercias, lógicamente, son importantes. Siempre que la pista no se convierta en una trialera, la V-Strom 1000 sale airosa de la experiencia gracias a su excelente posición de conducción, a sus suspensiones regulables y a motor muy aprovechable. Seguro que jugando con unos ajustes en las suspensiones y unas buenas gomas de tacos, otro gallo cantaría.
Tampoco faltó en la ruta un tramo por autopista que sirvió para comprobar que no necesitas pasar de 4.500 rpm para ir en sexta al límite máximo permitido. En esa situación la protección de la cúpula es admirable y aunque al casco y hombros llega alguna turbulencia, nada que ver con otras motos de cúpulas minimalistas. Una moto que ofrece un acogedor espacio para el piloto, que siempre gozará de una cómoda postura de conducción, y para su acompañante. Y todo ello con un consumo mínimo, que en nuestro caso no pasó de 5,5 litros / 100 km, y eso que le dimos al mango sin piedad.
Suzuki ha visto el hueco que queda entre las trail de media cilindrada y las grandes maxi trail y ha apostado por cubrirlo con su nueva V-Strom 1000 ABS. Una moto que cubrirá las expectativas de todos los amantes de las grandes trail sin tener que desembolsar más de lo justo por una potencia o tecnología que no va a necesitar en su vida. Haber incrementado más la potencia hubiera dificultado conseguir ese excepcional tacto de su motor, y además hubiera obligado a reforzar el nuevo chasis y los componentes, además de aumentar la refrigeración del motor, lo que hubiera repercutido sobre el peso y también sobre el precio.
Tanto si quieres una auténtica reina del asfalto para el día a día, como si quieres una moto cómoda devoradora de kilómetros o divertirte por las pistas fáciles que abundan en las islas -bueno, no tanto, pero algunas hay-, la V-Strom 1000 encaja en tu abanico de opciones por polivalencia, comodidad y, sobre todo, por facilidad de uso. La V-Strom 1000 de Suzuki ofrece todo lo necesario y además tiene un comportamiento deportivo que te seducirá y que te hará sonreír cada vez que la conduzcas… ¿Buscas compañera ideal para tus aventuras?
Unidad de pruebas cedida por Suzuki Fierro, concesionario Oficial Suzuki para Tenerife
Prueba realizada por el equipo de Canariasenmoto.com