Prueba Suzuki GSX-S750 2017, tu dosis diaria de deportividad

La categoría de las naked media-alta cilindrada está cada día más animada en nuestro mercado. De hecho son la primera preferencia de la mayoría de aquellos usuarios que, tras dos años de purgatorio “A2” y con permiso de los examinadores de tráfico, pasan al carnet “A” sin restricciones. Y si la categoría estaba ya de por sí reñida, llega una nueva animadora, la Suzuki GSX-S750, renovada e inspirada en la GSX S 1000. Una moto que tiene esencia de naked y ADN de moto deportiva, y que seguro que será una de las claras aspirantes al reinado del las naked intermedias.

Para probar el nuevo modelo de Hamamatsu que tendrá que pelear por su pedazo del pastel contra las Z900, MT-09, Shiver 900, Monster 821, Street Triple o F800R, Suzuki Fierro, el concesionario oficial de Suzuki en Santa Cruz de Tenerife, nos cedió una unidad de su nueva naked en ese acertado color azul que siempre ha caracterizado a la firma japonesa. A diferencia de sus rivales, excepto la Z900, la Suzuki puede presumir del diferencial que marca la exquisita finura de su motor de cuatro cilindros en línea, y de una parte ciclo más contundente que logra maximizar su carácter deportivo..

Precio Suzuki GSX-S750 2017.- 8.799 € (Incluye costes de matriculación)

Aunque se basa en la anterior GSR750, poco o nada tiene que ver con ella. Al igual que en su hermana GSX-S100, la “S” es un tanto engañosa ya que su corazón tiene más de “R” que de “S”. La nueva Suzuki GSX-S750 puede presumir de un motor Euro4 de 114 CV totalmente renovado, con mejoras en la admisión, inyectores y escape, y acoplado a la trasmisión mediante una nueva caja de cambios y embrague, mejor refrigerados y asistidos para reducir la fatiga al tener que ejercer menor presión en la maneta de embrague. La electrónica es otro de los puntos fuertes de la Suzuki GSX-S750, además del obligado ABS, viene equipada con un control de tracción que permite tres niveles de asistencia o que incluso podremos desconectar, y otros sistemas novedosos como arranque con una sola pulsación y asistencia a bajas vueltas.

Estéticamente, sobre todo en el color azul del modelo de nuestra prueba, la GSX-S750 es una moto atractivamente elegante, sin caer en la vulgaridad o en las estridencias de modelos excesivamente llamativos, que rápidamente pasan de moda. La Suzuki es una moto de líneas clásicas, en lo que al mundo de las naked se refiere, y que como auténtica “made in japan” rezuma calidad por los cuatro costados. No es excesivamente grande y los componentes están a la altura de lo que se espera de una moto de casi 9.000 euros. Sus formas deportivas se inspiran, claramente, en su hermana mayor la GSX-S1000., sobre todo en las contundentes líneas de la zona delantera, presidida por una afilada óptica que esconde el cuadro de instrumentos. Tras el manillar, el voluminoso depósito de 16 litros esculpe sus formas para dar cabida a las rodillas de un piloto que va sentado sobre un asiento estrecho y que deja paso a una trasera más estilizada que sigue los patrones de la familia GSX.

Como decíamos, su motor ha sufrido una profunda revisión con mejoras internas que han llevado su potencia, después de superar la Euro4, hasta los 114 CV a 10.500 rpm y un par motor de 81 Nm a 9.000 rpm, utilizando además un nuevo sistema de escape 4-2-1 que, aparte de superar las restricciones, es música para nuestros oídos por su marcado sonido deportivo. Las relaciones de cambio son ahora un poco más cortas, corona de 42 dientes en lugar de los anteriores 43, lo que repercute en mejores aceleraciones.

Para el chasis se sigue contando con una doble viga de acero, al que ahora se acopla un nuevo basculante de aluminio más robusto y con un nuevo diseño, que transmite mejor los 114CV al asfalto. En las suspensiones, delante contamos con una horquilla invertida Kayaba de 41mm, completamente regulable, y detrás, un amortiguador ajustable en precarga y extensión, accionado mediante un sistema de bieletas progresivas.

La frenada está garantizada por un par de discos lobulados de 310mm en el eje delantero, mordidos por unas contundentes pinzas radiales de 4 pistones, firmadas por Nissin. Detrás, es suficiente con pinza Nissin de un solo pistón para morder el disco, también lobulado. En ambos casos el sistema ABS es dotación de serie. Los neumáticos, en medida estándar -120/70ZR17M/C (58W) y 180/55ZR17M/C (73W)- van montados en sendas llantas de aleación de aluminio de 10 palos.

Nos sentamos sobre su sillín, a 820mm del suelo, y nos sentimos como en casa, salvo porque el manillar es más estrecho y cerrado de lo que esperábamos, en una clara concesión al diseño más agresivo que tanto gusta a los más jóvenes. La postura está ligeramente inclinada hacia adelante y las estriberas, elevadas y retrasadas, contribuyen a una posición de conducción con un marcado toque deportivo, para tu dosis diaria de pasión por la conducción. El tablero de instrumentos digital, heredado de su hermana mayor, nos ofrece una información completa y sobre todo controlable de forma sencilla y segura desde la piña izquierda.

El motor arranca mediante una sola pulsación sobre el botón de arranque (aunque hasta que te acostumbras, sigues pulsando hasta que el tetracilíndrico cobra vida). El "Suzuki Easy Start System" es una de las nuevas aportaciones que incorporan los nuevos modelos de Hamamatsu. Al igual que el asistente de bajas revoluciones. Un sistema que te ayuda a auto regular el bajo régimen, desde el ralentí, para que el motor no se cale y gire con asombrosa suavidad en las maniobras a baja velocidad tan habituales en los trayectos urbanos. Una auténtica gozada que llega al mundo de las motos de la mano de Suzuki.

Tras habituarnos a estas nuevas tecnologías, tremendamente prácticas, comenzamos a disfrutar de una conducción muy fluida por las calles de Santa Cruz y alrededores. A pesar de sus 213 kilos, la soltura con la que se desenvuelve entre el tráfico urbano, no lastran sus cualidades dinámicas y basta poner proa hacia La Laguna, por ejemplo, para dejar oír su excitante sonido en cuanto subes el régimen de su motor. Ninguna vibración y un contundente empuje desde medio régimen, recordando el sello característico de este tipo de motores a los que les gusta girar a pleno pulmón.

A medida que los alejamos de la ciudad y nos adentramos en esos tramos de curvas que tanto nos gustan, comienzan a resaltar las principales cualidades del tetra de Suzuki; un motor redondo, suave y con mucha prisa para subir de vueltas, con el escape aullando en la salida de las curvas. La caja de cambios, como es habitual en Suzuki, precisa y de corto recorrido. El embrague sí que es mejor de lo que conocíamos en la anterior GSR750. Cuesta menos accionarlo, con menor recorrido, más preciso e inalterable a la fatiga. 

El control de tracción es una herramienta muy eficaz, si la adaptas al terreno o a tu forma de conducción. Si lo pones al máximo de asistencia en terrenos con mal asfalto, se deja notar con demasiada antelación. Disponemos de tres niveles de asistencia, más la posibilidad de desconectarlo. En el modo “1” hay poca intervención y el sistema permitirá cierto deslizamiento de la rueda trasera en fuertes aceleraciones. En el “2” ese deslizamiento será muy limitado, al estilo de un modo estándar válido para cualquier terreno. Y el “3” es el más recomendable para asfaltos con poco agarre; húmedos, mojados o con gravilla, pero para nuestro gusto, encorseta demasiado el movimiento de la zaga.

La GSX-S750 resulta divertida y eficaz para los que buscan sacar el máximo partido a las pocas escapadas que nos deja el trabajo. Es una moto contenida en peso, dimensiones y potencia, que te regala enormes satisfacciones en tramos de curvas enlazadas donde salen a relucir tus cualidades como piloto. Acelera muy bien cuando la dejas respirar al régimen adecuado y es precisa en su dirección. Su acertado equilibrio entre potencia y parte ciclo es una de su mejores cualidades.

Las suspensiones, que puedes regular a tu gusto, ofrecen un comportamiento sólido que se muestra eficaz al ritmo que los mortales podemos marcar en carreteras abiertas al tráfico. Pero podemos decir que en las curvas de gran apoyo se muestran consistentes y que en los cambios rápidos de dirección regulan el crucial equilibrio que te permite levantar y caer al lado contrario con solvente agilidad. 

Los frenos son igualmente seguros para confiarles la detención de nuestra moto en cualquier situación, con el seguro del ABS aportando su dosis de tranquilidad. Los discos de 310mm ni se inmutan con las fuertes apuradas en bajadas como las que hicimos descendiendo del centro de la isla hacia la vertiente sur. Potencia controlable y dosificable en cada momento, que te permite poner la moto justo en el lugar que quieres a la hora de gestionar la curva.

Los neumáticos de gran sección pisan de forma firme y controlada sobre el caliente y árido asfalto del sur tinerfeño, pero si les buscas las cosquillas a base de golpes del gas, puede que se las encuentres. La GSX-S750 es una moto muy noble y controlable, pero si la sacas de sus casillas descubrirás que bajo esa apariencia de naked bonachona se esconde todo el ADN deportivo de una marca acostumbrada a los laureles por los circuitos de todo el mundo. Miren lo que ha logrado Ton Elías en EEUU.

Para todos aquellos que busquen una naked-deportiva, la GSX-S750 de Suzuki puede ser una buena opción. Y si no la mejor, al menos una de las más equilibradas. Cómoda y desenfadada. Una buena moto para uso diario, con ayudas que te facilitan el día a día, sin renunciar a su dosis de deportividad. Una moto con ese toque de emoción que tanto nos gusta a los enamorados de las dos ruedas y con el que salimos de la rutina diaria, aunque sólo sea en los recorridos de casa al trabajo. ¿Se animan a probarla?

Unidad de prueba disponible en Suzuki Fierro, concesionario oficial en Santa Cruz de Tenerife

Prueba realizada por el equipo de Canariasenmoto