Prueba MASMOTO.NET Ducati 848

Haciendo de las suyas con una Ducati 848...
Pues ha llegado el momento de contaros las sensaciones (fuertes sensaciones) que transmite la pequeña deportiva nacida en Borgo Panigale.

¿Vienes a dar una vuelta en la Ducati 848?
Lo primero y fundamental, con la Ducati 848 hay que tener las cosas claras por dos razones:
- Razón 1: Ni se te pase por la cabeza comprar esta moto sólo por la estética, sería desaprovecharla y seguro que acabas sufriendo más que disfrutando. Es una moto deportiva hasta sus últimas consecuencias, tenlo claro.
- Razón 2: Olvídate de los paseos por la montaña, la 848 quiere caña, mucha caña y que la piloten con mano dura, sin dudas ni movimientos suaves. Y, por supuesto, prefiere el circuito.

Dicho esto vamos a empezar repartiendo palos a una marca que se caracteriza por estar en los sueños más eróticos (motociclísticamente hablando) de muchos moteros. Que nadie se ponga nervioso, que luego contaremos las cosas buenas para quedarnos con buen sabor de boca.

La primera en la frente, subes a la Ducati 848, vas a salir del garaje, doblas el manillar… ¡Y te pillas los dedos con el carenado! Ay madre, el diseño pasa factura, pero es que además dobla muy poco.

El depósito es precioso, pero tiene poca capacidad y la autonomía es reducida, durante la prueba no conseguí pasar de los 140 Kms sin entrar en reserva. Fuimos rapidillo (no me gusta decir nunca esto porque más de una vez algún figura con una trail me ha dejado tirado, así que lo de rápido y despacio es muy relativo) y hubo algún depósito que entró en reserva a los 120 Kms. Lo bueno es que al entrar en reserva salta automáticamente un trip para contar los Kms que llevamos desde que se encendió la luz y puedes calcular más o menos lo que te queda.

La postura de conducción es muy agresiva, pero eso no debe sorprender a nadie dado el carácter deportivo de la 848. Semimanillares muy cerrados y bajos, culo alto, estriberas altas y retrasadas… Lo peor para moverse por ciudad. Además por los retrovisores se ve muy poco y el bicilíndrico vibra mucho a bajas vueltas. En sexta no podemos ir a velocidad legal porque retiembla todo tanto que es incómodo, veremos bailar literalmente los retrovisores, cúpula y cuadro de relojes.

Por último comentar que el cuadro de relojes parece invisible si eres un poco alto porque va tan abajo que tendrías que desviar por completo la mirada de la carretera par echar un vistazo. Yo con 1,85 no veía ni las luces de aviso de sobrerrégimen que van en la parte alta. Creo que no se me ocurre ningún punto negativo más. No ha sido para tanto ¿no?

Y ahora lo bueno, que es mucho si te gustan las sensaciones fuertes.

El motor es increíble, con sólo 849cc empuja como una mala bestia desde abajo y estira bastante, mucho más de lo que esperaba. Por querer, siempre se puede querer más potencia, pero el equilibrio que demuestra esta Ducati y el buen hacer de este motor hacen de la 848 una matagigantes y hace hasta plantearse si de verdad merece la pena la 1198.

¿Frena? Con un dedo lo que quieras y como quieras, pero necesitarás cogerle el punto a la adherencia del neumático delantero. Cuando has tomado confianza no te parecerá extraño que la rueda trasera se levante levemente en fuertes frenadas de curvas lentas y también podrás frenar muy, muy tarde.

Y claro, a la 848 no le importa entrar en curva con la suspensión delantera hundida, no se descompone. En la entrada de los giros necesitaremos tres cosas, trabajo físico (no es muy ágil en los cambios de dirección), decisión y fe en la rueda delantera. La postura tan tirada hace que carguemos mucho peso delante y, cuando llegas frenando fuerte y hay que iniciar la inclinada, da cierto respeto. Pero los Pirelli Dragon Corsa de nuestra 848 de pruebas en ningún momento restaron confianza a la conducción.

La trayectoria que marcas es la que obtienes, con la 848 no necesitas corregir. Lo que sí necesitas es marcar posturitas. Yo soy de los clásicos, de los de culo quietecito en el asiento y sólo sacar lo justo cuando verdaderamente es necesario. Con la Ducati 848 aun rodando en carretera la postura natural es sacar culo y rodilla. Y cómo gira así, es impresionante.

Llega el momento de dar gas, agárrate. Puedes hacerlo pronto, su chasis y suspensiones permiten casi de todo, pero piensa en la mala leche del bicilíndrico… Cuidado en ciudad y asfaltos sucios, que la rueda trasera toma vida propia. Pero con buen firme la goma trasera transmite la potencia al asfalto incluso estando muy inclinados, así que lo común es salir de las curvas en una rueda en las tres primeras marchas. Y si llegas a una chicane o dos curvas opuestas muy cercanas, no te extrañe que salgas tumbado a un lado, la rueda delantera despegue, empieces a inclinar hacia el otro y tengas que cortar suavemente para posar la rueda delantera. ¡Ay, que me pongo nervioso!

¿Os gusta la Ducati 848? Estéticamente es elegante y muy deportiva, a mí me encanta. Creo que con lo que os he contado podéis tener una idea más cercana de lo que es, espero que os sirva de ayuda y no dudéis en preguntar cualquier cosa.

Ahm! La última salida con la 848 fue sólo por placer, eso quiere decir que me gustó y mucho. Fue una mañana preciosa de domingo y la 848 consiguió hacerme disfrutar… Y dejarme con agujetas en la espalda hasta el miércoles siguiente.