¿Para qué sirven las maniobras del examen práctico de moto?

Seguro que en alguna ocasión te habrás preguntado qué sentido tiene pasar por encima de una tabla con la moto, esquivar los conos o tirar un palo con la rueda delantera, pero hemos de decirte que las maniobras del examen práctico de moto tienen detrás un objetivo concreto para que el piloto adquiera las habilidades necesarias para la carretera.

Para la obtención del carnet de moto se obliga al examinado a demostrar sus habilidades para circular sobre un vehículo de dos ruedas con determinada potencia, como el equilibrio, tienen que estar más entrenadas y desarrolladas que para conducir un vehículo de cuatro ruedas. 

Los aspirantes a "moteros" debenm enfrentarse, además de a la prueba teórica, a dos exámenes prácticos: Uno dentro de un circuito en cerrado y otra en abierto. La que nos ocupa en este artículo es la primera, la que busca concretamente desarrollar técnicas que permitan dominar la moto en cualquier tipo de situación y sobre cualquier tipo de calzada.

Comenzamos con la práctica sobre terreno irregular, pasarela y pendiente

Se realizan tres pruebas en una: Equilibrio a baja velocidad sobre una pasarela de 25 cm de ancho, control sobre terreno irregular y detención en mitad de un rampa usando el freno trasero. La intención es que el motorista aprenda a mantener el equilibrio a baja velocidad y salve obstáculos.

Seguidamente, toca esquivar obstáculos

En segunda marcha a unos 40 km/h, el piloto debe frenar y esquivar hacia derecha o izquierda un obstáculo. Con la práctica de esta maniobra se mejora la capacidad de reacción.

Continuamos con el eslálom y los giros enlazados

En la primera situación el piloto sortea una fila de conos, tratando siempre de mantener la vista en dos o tres conos de distancia y a un ritmo constante. En la segunda, se trata de girar 180 grados por vías de conos mientras se acelera y frena según la necesidad de la marcha. Con ambos ejercicios se entrena la agilidad y soltura sobre el vehículo, además del uso correcto de la mirada y del acelerador. 

Y finalizamos con la frenada sobre mojado y combinada

Consiste en frenar sobre asfalto mojado a 40 o 50 kilómetros por hora y, la segunda, en hacerlo con el freno trasero y delantero a la vez. El piloto así adquiere soltura para reducir la velocidad, aprende a aplicar diferentes intensidades de frenada y comparar el funcionamiento del ABS.