20 de Mayo de 2017
Es una práctica más habitual de lo que parece. Usuarios de la moto, y a veces también de la bicicleta, salen por la noche y colorean con sprays de pintura reflectante o de colores vivos los baches que encuentran en la carretera y que suponen trampas peligrosas para ciclistas y motoristas.
En algunos lugares colorean un círculo alrededor del agujero y en otros lo que hacen es rellenar el mismo con pintura amarilla, roja o blanca.
El mal estado de la vía, ya se trate de una calle o una carretera, es determinante a la hora de sufrir un accidente, y si la única forma que tenemos de hacernos oír ante las administraciones responsables de las mismas, es ésta... ¿habrá llegado el momento de ponerse manos a la obra?