Grecia y Europa en moto, y en familia

Las aventuras en moto son más que simples viajes; son experiencias llenas de historias y conexiones que nos unen a la carretera y a las personas que amamos. Miguel Ángel Vidal, un motero canario afincado en Dinamarca, sabe bien lo que esto significa. En su último viaje, acompañado de su familia nómada, recorrió más de 7.500 kilómetros en un recorrido que abarcó desde el norte de Europa hasta las maravillas de Grecia, en un roadtrip que quedará grabado en la memoria de todos los participantes.

La travesía comenzó en Dinamarca, donde Miguel Ángel, a bordo de su imponente BMW R1250GS, se despidió de su hogar para emprender una aventura de dimensiones épicas. Antes de dirigirse hacia el sur, hizo una parada especial en Polonia, donde recogió a su pareja, Joanna Plandowska, quien inició el viaje en Gozón Wielkopolski y recorrió 6.500 kilómetros como copiloto. Joanna demostró una valentía admirable, enfrentando días de hasta doce horas ininterrumpidas sobre la moto, sin perder el entusiasmo por la aventura.

El viaje también reunió a los hijos de Miguel Ángel: Johan Vidal Cazorla, que salió desde Alemania con su fiel Honda CBF 600 de 2004, cubriendo 4.000 kilómetros, y Nadia Vidal Cazorla, que partió desde Austria con su vibrante Ducati 690, completando otros 4.000 kilómetros. La reunión familiar en ruta simbolizó no solo un viaje físico, sino también un vínculo emocional profundo que se fortalece con cada kilómetro recorrido.

Un Viaje por la Historia y la Belleza de Grecia

El recorrido por Grecia fue un sueño hecho realidad para cualquier motero amante de la historia y la naturaleza. El primer destino fue Meteora, famoso por sus imponentes monasterios construidos en lo alto de montañas escarpadas, donde la Santísima Trinidad parecía tocar el cielo. Miguel Ángel y su familia quedaron maravillados por la grandeza del lugar, con carreteras sinuosas que ofrecían vistas espectaculares y una sensación de intemporalidad.

Desde Meteora, el grupo se dirigió hacia el sur, pasando por el puerto de Lepanto, también conocido como Naupacto. Este destino histórico dejó una impresión duradera en ellos, marcando el viaje con un toque de aventura y descubrimiento. El siguiente destino fue Delfos, hogar del mítico oráculo y el Templo de Apolo. La familia Vidal llegó temprano para evitar el calor sofocante, pero las ruinas antiguas y la majestuosidad del paisaje les brindaron una experiencia difícil de olvidar.

La Espléndida Atenas y el Templo de Poseidón

El recorrido continuó hacia Atenas, donde el cocinero motero y su familia visitaron la majestuosa Acrópolis, un sitio que, según él, todo el mundo debería ver al menos una vez en la vida. La historia y el arte de la capital griega dejaron una huella imborrable, pero no todo fue perfecto: como cualquier gran ciudad, Atenas también tiene sus desafíos, aunque Miguel Ángel prefiere recordar solo lo positivo.

Desde la capital griega, no podía faltar una visita al icónico Templo de Poseidón en el cabo Sunión, donde fueron testigos de un atardecer inolvidable, presentando su bandera canaria en el punto más al sur que creían posible en Europa. A continuación, el Canal de Corinto fue otro punto culminante del viaje, con su estrechez vertiginosa y sus imponentes alturas. Ver los barcos navegar por el canal fue una experiencia de vértigo y admiración.

De Esparta a Olimpia: El Legado de la Antigüedad

El viaje prosiguió hacia Esparta, un lugar que conjuga historia y mito, famoso por sus historias de valentía y sacrificio. Aunque la infraestructura turística podría mejorarse, la familia disfrutó de explorar el antiguo hogar de los legendarios guerreros espartanos. Desde Esparta, pasaron por Olimpia, el lugar donde nacieron los Juegos Olímpicos, un sitio de culto que despertó un profundo respeto y asombro.

El tiempo se agotaba, y los hijos del simpático motero grancanario debían regresar a sus obligaciones, pero no sin antes visitar las islas de Corfú y Porto, donde la belleza natural y la hospitalidad griega los despidieron con memorias que atesorarán para siempre. Mientras sus hijos se reincorporaban a sus rutinas, Miguel Ángel y su pareja continuaron hacia Roma, donde la aventura se convirtió en un viaje romántico entre estatuas, monumentos y tesoros del Patrimonio de la Humanidad.

Roma y el Regreso por la Torre de Pisa

Roma fue el destino perfecto para cerrar el viaje: la Basílica de San Pedro, el Coliseo, el Foro Romano y la Fontana de Trevi ofrecieron un final digno para una aventura tan increíble. Luego, el camino los llevó hacia la famosa Torre de Pisa, donde disfrutaron de un día tranquilo antes de regresar a Polonia y finalmente a Dinamarca.

Reflexiones de un Moteado Canario: Viaja y Vive

Miguel Ángel Vidal lo resume con una filosofía de vida que inspira: "Viaja, compañero. No importa el destino ni el tamaño de la moto, lo importante es sentir el viento, disfrutar del momento y vivir la vida al máximo." Estas palabras, profundamente grabadas en su corazón, reflejan la esencia de un hombre y su familia que nunca dejan de buscar la próxima gran aventura.