Entre peajes y sueños: la aventura de Benji rumbo al “Turquitistán”

De Canarias hacia Asia Central: Capítulo final

Foto de portada: José María de Felipe

Benjamín Guzmán, conocido por todos como “Benji”, partió desde Gran Canaria con la intención de cruzar Europa hasta llegar al corazón de Asia Central. Su objetivo: las lejanas y exóticas cordilleras del Pamir, a través de países como Georgia, Azerbaiyán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán o Kirguistán. Lo que no imaginaba entonces es que, aunque el destino cambiaría, la experiencia superaría todas sus expectativas.

Porque no llegó al Pamir… pero vivió algo incluso más humano, real y revelador: un desafío constante que puso a prueba su moto, su equipo, su presupuesto y, sobre todo, su espíritu.

Una ruta impredecible: improvisación, calor y resiliencia

La ruta fue, en términos geográficos, un giro de tuerca sobre la marcha: España, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Bulgaria, Turquía, Grecia, Macedonia del Norte, Albania e Italia otra vez, esta vez regresando por barco desde Vlore a Brindisi y luego desde Civitavecchia hasta Barcelona. En total, más de 8.700 kilómetros recorridos en 15 días.

A la dureza del clima, con temperaturas rozando los 40ºC, se sumaron los altos costes de los países europeos —gasolina, peajes, agua, comida—, que elevaron el presupuesto diario hasta los 200 euros. “Entre peajes que aparecían cada pocos kilómetros y depósitos que había que llenar cada cuatro horas, el gasto se me fue de las manos”, confiesa Benji con su habitual tono entre resignado y jocoso.

La Ténéré 700 World Raid: compañera fiel y poderosa

Elegida por su fiabilidad, la Yamaha Ténéré 700 World Raid volvió a demostrar que está hecha para recorrer el mundo. “La compré en 2022 y ya lleva más de 70.000 km. Yo no me fío solo de lo que dicen, quería comprobarlo por mí mismo. Y sí: esta moto puede con todo”.

La moto soportó los kilómetros, el calor, los embarques, las esperas y los tramos improvisados de off-road con la misma naturalidad con la que Benji lidiaba con los errores de navegación. “Me pierdo más que la Concha Velasco”, bromea rememorando el anuncio de "las pérdidas que acarrea la edad".

Equipado por y para la aventura

Una de las grandes novedades de esta edición del viaje fue el equipamiento técnico cedido por Yamaha Flick Moto, confeccionado por Alpinestars, que Benji probó y exprimió a fondo. “No es solo una chaqueta bonita con el logo de Yamaha. Es ropa técnica, con tejidos preparados para resistir el calor, la humedad, el viento y lo que se tercie. Ha aguantado de todo y sigue perfecta”.

Y es que su papel como probador extremo de equipamiento ya está más que consolidado: “A mí me ceden ropa porque saben que la voy a machacar. Lo mío no son paseítos de fin de semana. Yo la uso a diario, en todas las condiciones, y doy feedback real: si algo falla, lo digo. Y si funciona, lo recomiendo sin dudar”.

Este año, su imagen viajando solo en la Ténéré, con el conjunto Yamaha/Alpinestars, llamó la atención en todas partes. “Me saludaban, me paraban en las gasolineras, me enseñaban fotos de sus motos. Incluso un turco me buscó luego por Instagram porque tenía una Ténéré y quería vestirse como yo”.

Anecdotario de una odisea motera

Benji coleccionó anécdotas por decenas. Desde quedarse casi sin gasolina en Ciudad Real hasta casi embarcar por error hacia Túnez en lugar de Barcelona, pasando por las confusiones de puerto en Albania o las largas esperas en Italia para conseguir embarque. Pero todo lo transformaba en aprendizaje… o en relato.

Albania le sorprendió por su seguridad, belleza y hospitalidad. Italia por sus infraestructuras. Grecia por su caótico panorama. Francia por sus peajes. Y España, por ser punto de inicio y final de una historia que no salió como se planeó… pero que ha dejado una huella profunda.

Un viaje truncado que se convirtió en experiencia vital

Lo que comenzó como una misión aventurera terminó siendo una profunda reflexión sobre los viajes, la vida y el valor de seguir adelante aunque el plan no se cumpla. “Mi hermano, que era punk en los 80, me decía que siempre estaba en la puerta de algo. Y ahora lo pienso… y yo también he estado en muchas puertas: las de las ciudades que atravesé, las de los sueños que no se cumplieron, las de los caminos que quizás retome”.

Y aunque esta vez no cruzó Asia Central, lo que vivió lo cambió todo. Porque como él mismo resume: “Esto ha sido más que un viaje. Ha sido un test de vida”.