22 de Abril de 2012
Después de haber asistido a los cuatros Grandes Premios que se celebran en la Península Ibérica, añadiendo también el de las Islas Británicas, empiezo a plantearme ir a los del continente europeo. Así que, por similitud con el idioma, afición, ambiente, etc, decido ir al Gran Premio de Italia, que se celebraría el fin de semana del 2 al 4 de Junio de 2006.
Como siempre, empiezo a preparar el viaje con tres meses de antelación, propagando la propuesta entre amigos y familiares. A priori, son muchos los candidatos que quieren acompañarme, sin embargo, a la hora de la verdad, cuando se acerca ya el momento de ir cerrando los preparativos, comienzan a desertar, por lo que finalmente decido ir solo.
Iba a ser el primer Gran Premio que al que iría sólo, pero no sería el último; e iba a ser también una nueva experiencia para mí, por el hecho de viajar sólo, y porque iba a ser un viaje 100% moto, nada de turismo.
Por aquel entonces residía en Tenerife, por cuestiones laborales. Empiezo a buscar diferentes alternativas de vuelos, hasta que doy con un billete Tenerife Norte - Madrid, ciudad, ésta última, en la que pernoctaría la noche del jueves (en casa de mi hermano Oscar). A media mañana del viernes cogería un vuelo Madrid – Florencia.
Consigo, por internet, un buen precio para alquilar un coche. Para la estancia, debido a los altos precios y la escasa demanda que existe en los alrededores del circuito, decido ir a la zona que habilitan como camping en el circuito, con mi tienda de campaña. La entrada la compro por la web del circuito, ellos mismo me la mandan por correo certificado a mi domicilio.
Justo el día antes de partir surge un grave problema familiar, debido al cual mi viaje puede irse al traste, no obstante, y afortunadamente, queda solucionado.
El vuelo a Florencia iba a la mitad de capacidad. Cuál fue mi sorpresa cuando, mientras leía la revista Solo Moto, percibí que pasó delante de mí, en dirección al baño, Ángel Nieto!!!. Me quedo mirándolo, y pensando ¿es él o no es?, así que, a la vuelta le detuve y le pregunté……por supuesto que era él!!!!.
Comenzamos a conversar de motos y me preguntaba sorprendido ¿Cómo que vas solo? ¿de dónde eres? etc.. se une a la conversación su cuñado y su hijo Gelete. En un breve espacio de tiempo se forma, en la parte trasera del avión, una agradable charla, durante la cual acaban invitándome a un acto benéfico que se celebraría en Madrid la siguiente semana. Desafortunadamente, al estar en Canarias, no puedo asistir pero se los agradecí.
Una vez recojo mi bolsa con el equipaje, me dirijo a Europcar a recoger el coche. Mientras esperaba en la cola, me percato que la persona que esperaba tras de mí era, una vez más, Ángel Nieto, por lo que continuamos con nuestra charla.
Ya una vez en el coche, me dirijo a la Autopista A1, parando previamente en una gasolinera para comprar pan, agua, leche, algo de embutidos y poco más, ya que las comidas y cenas los haría en el propio circuito.
Una vez se sale de la A1 hay que pagar el peaje, por lo que me quedo sorprendido, ya que yo no tenía el ticket del peaje, dado que cuando había entrado en la autopista la máquina no me lo había entregado (pensé ingenuamente, que al ser éste el fin de semana del Gran Premio, sería gratuito). Así que, comienza a formarse un atasco detrás de mí. Llega el funcionario de turno, y me pregunta qué ha pasado con el ticket, a lo que respondo (medio en español, medio en Inglés) que no lo tengo porque no me había sido éste entregado anteriormente. Me pregunta entonces: ¿de dónde vienes? y le contesto: del aeropuerto de Firenze. No me cree, y afirma que vengo de Roma, (esa autopista cruza de sur a norte el país) pretendiendo cobrarme todo el peaje desde Roma!!, a lo cual me niego, provocándose pues una discusión, al tiempo que continuaba alargándose la cola de coches que hacía un rato se había iniciado. Finalmente logro demostrarle que vengo del aeropuerto y me cobra lo que realmente debía.
Cruzo por en medio de la Toscana (recomendable), para llegar al circuito Autodromo Internazionale del Mugello. Alrededor del circuito habilitan zonas (tierra) de aparcamiento exclusivamente para coches ya que las moto si pueden entrar.
Una vez dejo el coche, cojo mi bolsa y me dirijo a la entrada del circuito, donde me doy cuenta que la gente acampa en las mismas gradas de tierra, pegado a las vallas, como antiguamente, y me viene entonces a la mente Spa, Assen…
Al haber caído ya la tarde, decido acampar en un hueco que encuentro entre italianos y suizos. Luego me doy una vuelta, para conocer los alrededores, el ambiente y cenar algo.
Después de cenar me dirijo a la cantina a tomar una cerveza, enseguida me doy cuenta que el ambiente no es tan sano como en los anteriores circuitos en los que había estado. Al cabo de un rato decido acostarme en mi tienda de campaña. Debido al ruido ocasionado por los tifossis no puedo dormir casi nada, y al estar muy cerca de la pista te despierta el sonido de las motos pasando por ese tramo, qué maravilla.
Recojo todas las cosas, cierro la caseta, me pongo mi gorra de Pedrosa y mi bandera de España atada al cuello, y me dirijo a mi asiento (grada Poggio Secco), que se situaba en el lado opuesto al que me encontraba, teniendo que cruzar por ello todo el circuito.
Camino de mi asiento, cruzo por la parte de debajo de la ladera en la que están situado los fans de Rossi, los cuales comienzan a gritar y abuchear, yo, en lugar de esconder la gorra y mi bandera, y lejos de achantarme, camino con paso firme y la cabeza bien alta. (durante el fin de semana tuve que pasar 4 veces por esa zona).
Todo el día del sábado lo paso en las medianías de mi grada, viendo los entrenamientos, comiendo en las cantinas y comprando la típica camiseta del Gran Premio.
Por la tarde me doy una caminata por el circuito y por la grada Ducati, que al ser el circuito de casa es dónde más ambiente había. Se anunciaba que vendría a firmar autógrafos Sete Gibernau y Loris Capirossi, así que me quedo por la zona, aunque prometía ser misión imposible.
La noche sería como la anterior, pero con el doble de aficionados, al ser sábado noche. Estando en la cantina tomando una cerveza se forma una pelea en la que tuvieron que venir los carabinieris así que me alejo y me voy a dormir.
El domingo por la mañana me vuelvo a despertar pronto, pero esta vez no por el ruido de las motos, sino por tifossis que todavía seguían de fiesta. Recojo todas las cosas y la tienda de campaña, para llevarlas al coche. En los asientos de al lado veo que hay una pareja de españoles que se estaban quedando en Florencia, y venían a ver la carrera de motos en tren.
La categoría pequeña del 125 c.c. es la que abre el Gran Premio, en la que veo la victoria del italiano Matías Pasini y el segundo puesto del toledano Álvaro Bautista, que a la postre se proclamaría, en ese mismo año, Campeón del Mundo de 125 c.c.
Luego vendría la categoría de intermedia, en la que conseguiría, el mallorquín Jorge Lorenzo, su tercera victoria de las ocho que ganó, proclamándose campeón del mundo de 250 c.c. por primera vez.
Para terminar la mañana, cierra la categoría de Moto GP, en la que gana el piloto de casa Valentino Rossi, siendo Loris Capirossi segundo, y tercero, el americano Nicky Hayden, proclamándose campeón del mundo con la Honda Repsol.
Una vez terminan las carreras, me dirijo al coche y veo como todo el público salta a la pista, como antiguamente ocurría en los estadios de fútbol, dirigiéndose al pódium. Además, como en todos estos casos, hay amigos de lo ajeno que roban tanto a los aficionados, como a periodistas o miembros de los equipos.
Una vez llego al coche a las 15:30, empieza la odisea para salir del circuito, tardando 4 horas en hacer un recorrido de 34 km para llegar al hotel, situado al lado del aeropuerto ya que volvía al día siguiente a casa.
Una vez llego al hotel, me doy una buena ducha, ceno un buen plato de pasta, y duermo en condiciones, hasta el día siguiente que me dirijo al aeropuerto, en el que me encuentro con el mítico Randy Mamola.
Después de vuelo y escalas, llego a mi casa de Tenerife, por la tarde y ya con la mente en el próximo Gran Premio.
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