02 de Septiembre de 2011
Para ir en moto es imprescindible usar casco. Si, lo sé. Si ya lo uso. ¿Pero usas uno integral? Hace unos días, el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, sufrió un grave accidente de motocicleta y está hospitalizado en La Paz aunque su vida no corre peligro.
Manuel Cobo se salió de la vía con su motocicleta y a consecuencia de ello sufre traumatismo craneoencefálico y trauma torácico. Por fortuna y según las últimas pruebas, se ha descartado un edema cerebral y aunque permanece sedado, ha tenido momentos de consciencia y no está desorientado. Sin embargo, sus lesiones se han agravado debido a que en el momento del accidente usaba un casco abierto en vez de uno integral, lo que le ha producido también fractura de nariz y abrasiones en el rostro.
Cuando empecé a usar mi primera moto, un scooter, usaba ocasionalmente un casco abierto pero siempre he desconfiado de ellos ya que en bicicleta sufrí varias caídas en las que me lastimé la barbilla y visto desde el punto de vista de la gravedad de los accidentes, sabía que podía hacerme mucho daño si me golpeaba con la cara contra un bordillo, un coche o incluso contra mi misma moto.
Hace escasamente un mes, sufrí una caída en circuito (una de tantas…) y por segunda vez destrocé el frontal del casco que uso. No fue una caída a velocidad excesiva, unos sesenta u ochenta kilómetros por hora pero la moto me escupió como se suele decir por orejas y me fui al suelo de cabeza, golpeándome directamente con la cara. Por fortuna, el casco hizo su trabajo, así como el resto de protecciones (incluida la cervical) y todo quedó en una simple anécdota. Pero imaginaros esto mismo con otro tipo de casco. Todavía estaría comiendo seguramente por una pajita.
Es más, recuerdo hace años que me encontré un accidente de un compañero motorista en carretera. No era excesivamente grave, aparentemente rotura de una pierna pero lo peor, al menos desde el punto de vista de lo escandaloso del momento, era su rostro, ensangrentado después de haberse golpeado contra unas rocas. No recuerdo si también se había llegado a fracturar la mandíbula pero si no lo había hecho, poco le había faltado. Eso sin contar las abrasiones en barbilla, nariz y pómulos. Algo que se hubiese evitado en su caso, al haber llevado bajado el casco modular con el que circulaba ya que lo hacía con todo el frontal levantado.
Es por ello que aunque nos de más sensación de agobio y calor, pensar en que un rostro sudado se quita con un poco de agua pero un rostro ensangrentado y posteriormente con cicatrices lo tienes para toda la vida.