|  Suscribirse  |   Acceder   |   Contactar

“El pescadero de Tinoca”, protagonista del Desayuno Dominical

15 de Noviembre de 2020

“El pescadero de Tinoca”, protagonista del Desayuno Dominical

A menudo los personajes de los pueblos o barrios conforman ese paisaje de nostalgia de nuestros recuerdos, su visita semanal o quincenal a nuestros límites geográficos infantiles era sinónimo de intercambios y novedades.

 

En aquella isla de los años 50/60/70, la vida era lenta y dura, no había industria que generaba la revolución y el sector turístico explotó a principios de los años 70, como una marcha más que luego tomó impulso con la fuerza nacional, pero hasta entonces, los movimientos eran pura parsimonia y tedio, había tiempo para hablar con los vecinos y conectar todas las vicisitudes del barrio. No es difícil memorizar todas las familias y sus apellidos, que había en un círculo de varios kilómetros a la redonda, pues era el día a día. Los servicios básicos que podemos recordar, antes y durante esos periodos, con vehículos, motos o coches, se repartían en dos frentes, el rural o el ciudadano.

 

Mi niñez fue rural y en esos primeros recuerdos a finales del decenio, el panadero Peñate o el pescatín Gabriel, fueron mis primeras referencias. Llegaban en mulas, incluyendo la cantidad de burros de carga de los agricultores. Su pasaje era la estampa de aquella vida rutinaria y tediosa. Luego aparecieron tímidamente los servicios motorizados: Agustín el afilador, con Ducson, José, el pescadero, con DKV, Pepe, el butanero, con Puch, Yeyo, el vendedor de ropa, con una vespa y un fardo a la espalda, Manolito, el Latonero, con la Triumph, Liborio, el caminero, con la Ducati, Manolito, el ranchero, con la Sanglas, el heladero Cazorla, con la Ginson, Juanito, el pocero, con el Derbi… Una de oficios labrados artesanalmente la mayoría y adaptados a las necesidades básicas de la movilidad, que le poníamos identidad y nos daba una dimensión nueva de sus enseñanzas.

 

En los años 50/60 la explotación agrícola del tomate de exportación, llenó el sur grancanario de familias que abandonaban lo rural, para generar más recursos de prosperidad. Así fueron apareciendo barrios y pueblos en expansión y la movilidad comenzó la sinergia del movimiento de caminos a carreteras, primero, y de carreteras a las autopistas actuales. La llegada del turismo explotó la producción, el crecimiento junto al bienestar comenzó apoderarse de las oportunidades. Luego llegaron los japoneses y la tecnología, pero esa, es otra historia.

 

 

Nos quedamos con la estampa de los barrios de entonces y sus paisanos, de aquella vida injusta de caprichos, llena de austeridad, que nos exigía supervivencia y encontramos estos personajes entrañables que traían simpatías y artesanía o necesidades básicas en sus motos. Unos tocaban el bucio o caracol, otros la corneta de aire o la flauta melódica, como llamada a la venta, mientras los vecinos aprovechaban para formar corrillos y ponerse al día entorno a la espera y la atención que generaba.

 

Jose, el pescadero de Tinoca (Arucas) con el triciclo DKV “caballo y cuarto” es un ejemplo de estos argumentos. En nuestras sintonías de habla isleñas aparecen en la foto, vecinos de Arucas: Juan el Inglés, Manolín, Fefa la de Sixto, Pedro el guapo o Adolfo Armas, el chico de la derecha, que además posa en las otras fotos, con la Ginson en Cardones y con la Lambretta “echando tomateros, abajo en el sur”, cerca del faro, de las pocas alegrías del postureo antiguo “con burra o caballete” que pasaran a la historia, tal vez.

 

Y es que estos personajes motorizados ocuparan los primeros recuerdos de nuestra infancia…

 

Un relato de Feli Santana

 
Te recomendamos
 

MOTO OCASIÓN KTM Super Adventure 1290 Special edition - 12499 €
PUBLICIDAD

Canariasenmoto.com - El portal de la moto en Canarias - Aviso Legal - info@canariasenmoto.com - Mapa Web - Mapa Web Completo - Accesorios - RSS