15 de Agosto de 2015
Llega el verano y el que más y el que menos se acerca a la costa para disfrutar de la arana tostada por el sol, para disfrutar del chiringuito de toda la vida o para cambiar su moto de dos, o tres ruedas, por una divertida moto de agua.
La moto de agua es un artefacto mecánico que te permite cabalgar sobre las olas surcando el mar y convirtiendo cualquier momento en una excitante aventura. Sin embargo para disfrutarlas con garantía es necesario respetar ciertas normas, como navegar a partir de cierta distancia con la orilla para evitar incidentes con bañistas, y tener en regla los permisos o carnets para practicar lo que hasta hace unos años era sólo un pasatiempo para “pijos”.
A partir del año 2002 no es posible navegar legalmente con estas embarcaciones sin disponer de un permiso específico, o bien de un permiso de Patrón de Navegación Básica. Para pilotar una moto de agua existen tres permisos diferentes que se refieren, básicamente, a la cilindrada y potencia de las embarcaciones:
Otros requisitos son que la moto esté matriculada correctamente, y debe contar con un seguro de responsabilidad civil y tener en vigor la Licencia de navegación. Todo esto parece de lo más lógico, puesto que a pesar del carácter ocioso que tienen estas embarcaciones, han de estar reguladas como lo está cualquier vehículo.
Para las motos de agua existen normas de navegación muy estrictas y, por supuesto, basadas en el más elemental sentido común, que se resume en “no navegues donde haya peligro de golpear un bañista“.