20 de Octubre de 2024
"África Sí o Sí 2024-2029" El desafío definitivo de Enduro Sin Límite
Después de meses de espera, el equipo de Enduro Sin Límite, compuesto por Javier De Miguel, Juan Valiente y Miguel Amaro, vuelve a ponerse en marcha, demostrando que cuando una puerta se cierra, siempre se abre una ventana. Tras cinco años de enduro por África, el viaje de sus vidas comienza de nuevo.
Esta nueva aventura los llevará por países que ya conocen de la TRANS-ÁFRICA 2013-2019, como Kenia, Tanzania, Zambia, Angola, la República Democrática del Congo, Gabón, Camerún, Nigeria, Benín, Togo, Ghana, Senegal, Gambia, Mauritania y Marruecos, pero esta vez recorrerán nuevas rutas y también atravesarán países hasta ahora inexplorados por ellos: Costa de Marfil, Liberia, Sierra Leona, Guinea Conakri, Guinea-Bisáu, Argelia y Túnez. En total, 23 países y 35,000 kilómetros por selvas, altiplanos, ríos caudalosos, bosques lluviosos e inmensos desiertos, explorando pueblos auténticos y sus habitantes.
Séptima parte: Llegada a Luanda, 20 de octubre de 2024
¡Lo logramos! Después de una etapa durísima, hemos llegado al Atlántico, pero no sin superar enormes desafíos. Esta última parte del viaje, cruzando Angola, ha sido una verdadera prueba de resistencia para nosotros y nuestras motos.
Los problemas comenzaron desde el primer momento, justo al entrar en la pista que nos llevaba al primer pueblo angoleño, situado a orillas del majestuoso río Zambeze, al que tuvimos que enfrentarnos una vez más. Este pueblo, a unos 70 kilómetros de la frontera, parecía cercano, pero la ruta nos tenía preparada una sorpresa: la pista estaba cubierta de arena profunda, con rodadas que parecían auténticos surcos. Las motos sufrían con cada metro que avanzábamos, calentándose tanto que el ventilador no dejaba de funcionar, agotando por completo las baterías.
Nos enfrentamos a varias caídas. Avanzábamos con gran dificultad, y completar esos 70 kilómetros nos tomó todo el día. Como si no fuera suficiente, esta zona sigue estando plagada de minas, herencia de la guerra, lo que nos obligaba a avanzar con extrema precaución y no desviarnos ni un centímetro de la pista.
El frío nos acompañaba, sumando otra capa de dureza a la ruta. Cuando finalmente alcanzamos el Zambeze, lo cruzamos en pequeñas barcas, moto a moto. Una vez al otro lado, nos dieron la noticia de que los siguientes 200 kilómetros serían aún peores.
Tuvimos que replantearnos la situación. Tras debatir las opciones, decidimos cargar las motos en un camión todoterreno ruso, un Kamaz, que es el único vínculo que tienen los habitantes de esta región remota con el resto del mundo.
Subimos las motos al camión, que ya iba repleto: cabras, gallinas y aldeanos se amontonaban en la caja, en un viaje que para ellos es de rutina, pero que para nosotros resultaba surrealista. En 11 años recorriendo África, era la primera vez que nos veíamos obligados a transportar las motos de esta manera. Siempre habíamos rodado sobre ellas, pero aquí no había otra opción.
A medida que avanzábamos por la pista, no podíamos dejar de felicitarnos por nuestra decisión. Las rodadas de arena fina eran tan profundas que habríamos destrozado las motos, y el peligro de caídas era constante.
El paisaje se transformaba a cada kilómetro: primero enormes planicies que nos llevaban hacia las cataratas Ruacana, luego terrenos ondulados, salpicados de valles que se inundan en la temporada de lluvias. A medida que nos adentrábamos más, aparecían pequeñas colinas verdes que rompían con la monotonía.
Nuestra ruta seguía hacia el oeste, donde las vastas zonas arenosas dejaron paso a un terreno más árido, aunque igualmente solitario, con apenas alguna que otra aldea dispersa.
Nos desviamos para visitar las impresionantes cataratas de Kalandula, el orgullo nacional de Angola. Pero la aventura no dio tregua: el carburador de la moto de Miguel falló en ese tramo. Tras horas de trabajo, conseguimos repararlo, aunque perdimos casi toda la tarde y parte de la noche.
La moto de Juan también nos tenía una sorpresa guardada: un ruido sospechoso se convirtió en un problema serio cuando se detuvo cerca de las cataratas. El rodamiento de los balancines había fallado, una avería que no habíamos previsto. No llevábamos repuesto, y en esa zona era imposible encontrar uno.
La única solución fue meter la moto en una guagua que conectaba el pueblo con Luanda, la capital. Allí la colocamos en el pasillo, algo que para nosotros resultaba insólito, pero que para los lugareños era de lo más normal. Además de nuestra moto, la guagua iba cargada con sacos de yuca, carbón vegetal y un montón de gente. Los espacios vacíos eran ocupados por pequeños banquitos, y no cabía ni una persona más.
Fueron 11 largas horas hasta llegar a Luanda, y después, 2 días más para conseguir el repuesto para la moto de Juan. Durante ese tiempo también descubrimos que la transmisión de la moto de Miguel estaba a punto de fallar. Por suerte, conseguimos las piezas necesarias para ambas motos y, con los ánimos renovados, seguimos adelante con nuestro gran objetivo: alcanzar el Atlántico.
Y aquí estamos ahora, al norte de la desembocadura del río Cuacra, en Porto Amboin. Nuestro próximo destino es Luanda, donde culminaremos esta parte de la travesía. La alegría que sentimos es indescriptible, después de tantos kilómetros y desafíos superados. En la capital, dejaremos las motos bien guardadas, listas para la siguiente etapa de nuestro gran desafío, que retomaremos el año que viene.
Puntos destacados de la etapa
📌 Camacupa: Fue un punto clave en el recorrido, ya que es uno de los pueblos más remotos y menos accesibles de Angola. Situado en la provincia de Bié, este lugar marca el contraste entre la Angola más olvidada y la fortaleza de sus gentes. Para los viajeros, cruzar por esta región significó enfrentarse a caminos en mal estado, largas extensiones de terreno accidentado y un clima duro, pero también les permitió conocer el corazón profundo del país, donde la hospitalidad de los locales dejó una huella imborrable.
📌 Calucinga: Es otro de esos puntos que parece apartado del mundo moderno. Se encuentra en la provincia de Huambo y, para los moto viajeros, llegar aquí significó atravesar paisajes que cambiaban desde las montañas a las sabanas abiertas. La dificultad del terreno, especialmente por las rodadas y el polvo, les obligó a ser ingeniosos para poder continuar. Sin embargo, la belleza natural de la zona, con sus campos abiertos y cielos inmensos, convirtió este tramo en una experiencia desafiante pero gratificante.
📌 Cataratas de Kalandula: Las impresionantes cataratas de Kalandula, situadas en la provincia de Malanje, son uno de los tesoros más espectaculares de Angola. Con una caída de 105 metros, estas cataratas no solo son las más famosas del país, sino también un lugar cargado de energía y belleza salvaje. Para el trío de viajeros, llegar hasta ellas fue tanto una recompensa como un reto: el camino no fue fácil, pero la visión de las aguas cayendo entre la vegetación espesa compensó cualquier esfuerzo. Aquí, además, enfrentaron averías mecánicas que pusieron a prueba su ingenio y determinación.
📌 Luanda: La capital fue el punto final de esta etapa del viaje y simboliza el contraste de Angola. Después de atravesar tierras salvajes y poco pobladas, llegar a esta ciudad vibrante, caótica y llena de vida fue un cambio drástico. Luanda representa la modernidad en un país donde muchas zonas aún parecen ancladas en el pasado. Aquí, los moto viajeros no solo encontraron el tan ansiado descanso tras muchos kilómetros de aventura, sino también la logística necesaria para guardar sus motos y preparar el próximo capítulo de su desafío.
AGRADECIMIENTOS
Los aventureros de Enduro Sin Límite quieren agradecer especialmente a Ian de KTM SM Kenia, su mecenas en Nairobi; a Felipe de Garaje Motores en Luanda (Angola); a Enrique y Víctor de KTM Moto Ready Valladolid; a Noelia Vilar de KTM España; a Pedro Peñate de Valsebike Las Palmas; a su mecánico a distancia y amigo Dani de Motocentro; a MB Trujillo; y a Canariasenmoto y El Día por difundir sus aventuras. Como ellos dicen: "Entre todos estamos haciendo de este proyecto una realidad".