16 de Octubre de 2024
"África Sí o Sí 2024-2029" El desafío definitivo de Enduro Sin Límite
Después de meses de espera, el equipo de Enduro Sin Límite, compuesto por Javier De Miguel, Juan Valiente y Miguel Amaro, vuelve a ponerse en marcha, demostrando que cuando una puerta se cierra, siempre se abre una ventana. Tras cinco años de enduro por África, el viaje de sus vidas comienza de nuevo.
Esta nueva aventura los llevará por países que ya conocen de la TRANS-ÁFRICA 2013-2019, como Kenia, Tanzania, Zambia, Angola, la República Democrática del Congo, Gabón, Camerún, Nigeria, Benín, Togo, Ghana, Senegal, Gambia, Mauritania y Marruecos, pero esta vez recorrerán nuevas rutas y también atravesarán países hasta ahora inexplorados por ellos: Costa de Marfil, Liberia, Sierra Leona, Guinea Conakri, Guinea-Bisáu, Argelia y Túnez. En total, 23 países y 35,000 kilómetros por selvas, altiplanos, ríos caudalosos, bosques lluviosos e inmensos desiertos, explorando pueblos auténticos y sus habitantes.
Sexta parte: Entrada en Angola, 16 de octubre de 2024
Después de unos días en Lusaka, nos encontramos más repuestos y con las motos en mejor forma, listos para continuar nuestra aventura. El calor nos acompañaba de manera implacable, pero eso no nos detuvo en nuestra travesía hacia el oeste. Atravesamos el Parque Nacional Kafue, uno de los parques más grandes y antiguos de Zambia, que nos ofreció una de las experiencias más intensas del viaje.
Kafue nos recibió con sus paisajes semisecos y su vida salvaje. Decidimos acampar en la orilla del río Kafue, un lugar tranquilo pero lleno de sorpresas. Mientras descargábamos las motos, de repente apareció un elefante, silencioso y majestuoso, que se acercó peligrosamente a nuestro campamento. El susto fue monumental. Se paseó entre las tiendas y las motos, ignorando el fuego que habíamos encendido, pero en algún momento pareció que su paciencia se agotaba y se puso un poco amenazante. Por suerte, se marchó sin causar daños, permitiéndonos respirar y continuar con nuestra cena, aunque las pulsaciones seguían aceleradas.
Al día siguiente, seguimos recorriendo las pistas del parque, con fauna salvaje a ambos lados del camino: facóqueros, antílopes y grandes aves carroñeras como los buitres, que aprovechaban los restos de animales muertos en la sabana. El paisaje era seco, con muchas zonas quemadas, ya que en Zambia la quema controlada es una práctica común para evitar incendios descontrolados, aunque los árboles resistían con tenacidad. Las charcas aisladas seguían siendo el hogar de una diversa fauna, dándole al parque su característico ambiente salvaje.
Nuestro rumbo nos llevó hacia el sur hasta alcanzar por fin el majestuoso río Zambeze, uno de los ríos más importantes del continente. Nos instalamos cerca de sus orillas y, durante la noche, fuimos acompañados por los profundos y constantes gruñidos de los hipopótamos, demasiado cercanos para nuestra tranquilidad. Por la mañana, mientras desayunábamos, los vimos relajados en el agua, bañándose como si nada hubiera ocurrido, pero su presencia siempre imponente nos recordaba que estábamos en el corazón de África.
Pasamos el río en una barcaza, cruzándonos con aldeas muy primitivas, donde las casas de paja y adobe apenas se sostenían bajo el sol abrasador. Zambia, en esta zona, está muy poco poblada, y la mayoría de las aldeas carecen de electricidad o agua potable, lo que refleja el estado de subsistencia de muchas comunidades rurales. El contraste entre la vida salvaje y la dura realidad humana es impactante en esta región.
Seguimos avanzando paralelos al Zambeze, por pistas que, aunque divertidas y rápidas, no dejaban margen para distracciones. La arena podía jugar malas pasadas si no prestábamos atención constante al terreno.
Finalmente, llegamos a la frontera con Angola, un paso casi simbólico: una caseta en el lado de Zambia y otra construcción de adobe con techo de hojalata en el lado angoleño. Como en la mayoría de las fronteras africanas, hubo algunos "contratiempos" que se resolvieron con un acuerdo económico, y en la parte angoleña, nos tocó esperar con mucha calma. Aunque había solo dos personas encargadas del control fronterizo, el proceso fue lento y tedioso, pero al final logramos cruzar.
Ya en Angola, nuestro siguiente objetivo es llegar a Luanda, la capital. Nos invade una mezcla de cansancio y satisfacción al haber superado la última frontera. Angola, el último país en nuestro camino, es un lugar complejo. Aunque el país ha experimentado cierto crecimiento tras años de guerra civil, sigue habiendo una profunda desigualdad. Las instituciones funcionan bajo un control centralizado, con un aire de autoritarismo que recuerda a ciertos regímenes. A pesar de la riqueza mineral de Angola, muchas personas viven en condiciones de pobreza extrema.
Nuestro viaje está cerca de completar su misión: unir los dos océanos, el Índico y el Atlántico, recorriendo este vasto continente en nuestras motos. La última etapa nos llevará hacia el Atlántico, y aunque el cansancio es palpable, el espíritu de aventura sigue siendo más fuerte.
Puntos destacados de la etapa:
📌 Parque Nacional Kafue: Este parque es uno de los más grandes de África, con una extensión de más de 22,400 km². Es conocido por su diversidad de ecosistemas, que van desde la sabana hasta humedales, y alberga una rica variedad de fauna, incluyendo elefantes, búfalos, leopardos y una gran cantidad de aves. El río Kafue atraviesa el parque, y es uno de los principales atractivos naturales.
📌 Río Zambeze: Con 2.574 km de longitud, es el cuarto río más largo de África y el más grande que desemboca en el Océano Índico. Es famoso por las Cataratas Victoria, pero también por su fauna, como cocodrilos e hipopótamos, y por ser una importante vía fluvial en la región.
📌 Angola: Tras décadas de guerra civil que terminó en 2002, el país ha visto un resurgimiento económico impulsado principalmente por la extracción de petróleo y diamantes. Sin embargo, la riqueza del país no ha llegado a gran parte de la población, que aún vive en condiciones de pobreza. Luanda, la capital, es una de las ciudades más caras del mundo, debido a la alta demanda de bienes importados y la desigualdad económica.
AGRADECIMIENTOS
Los aventureros de Enduro Sin Límite quieren agradecer especialmente a Ian de KTM SM Kenia, su mecenas en Nairobi; a Felipe de Garaje Motores en Luanda (Angola); a Enrique y Víctor de KTM Moto Ready Valladolid; a Noelia Vilar de KTM España; a Pedro Peñate de Valsebike Las Palmas; a su mecánico a distancia y amigo Dani de Motocentro; a MB Trujillo; y a Canariasenmoto y El Día por difundir sus aventuras. Como ellos dicen: "Entre todos estamos haciendo de este proyecto una realidad".