23 de Junio de 2020
La DGT anunció la intensificación de los controles al colectivo de usuarios de la moto con el argumento del preocupante ascenso de la tasa de siniestralidad en el momento en el que comenzó el desconfinamiento tras la fase más virulenta de la pandemia por el Covid-19.
Fruto de esta estrategia, los controles puestos en marcha por los agentes de la Guardia Civil de Tráfico han detectado negligencias, imprudencias y situaciones de conducción temeraria, pero también a una gran mayoría de usuarios que disfrutan de su moto de manera responsable, como este ejemplo que nos muestran las imágenes obtenidas desde uno de los drones de la DGT en la carretera GC-200 de la isla de Gran Canaria.
Se considera un delito contra la seguridad vial...
Sin embargo, lo más preocupante ha sido la falta de respeto, por parte de una minoría, desde luego, por las normas establecidas. Ese ha sido el caso de un par de motoristas que fueron pillados por una radar triplicando "casi" la velocidad genérica permitida en el tramo: El primero circulaba a 144 km/h en una vía limitada a 50 km/h y el segundo iba a 191 km/h en una zona limitada a 70 km/h. En ambos casos, este exceso de velocidad está considerado como delito.
En ambos casos, el juez podría castigarles con penas de cárcel de entre tres y seis meses, con una multa de seis a doce meses de duración o con trabajos para la comunidad durante un período de entre 31 y 90 días, según antecedentes y demás factores a tener en cuenta. Por no hablar de que al motorista se le puede retirar el carnet de conducir (cualquier vehículo) en un tiempo que puede ir de uno a cuatro años.