Consternación ante el desprecio hacia la moto, también ahora

MELODÍA DE DIAZEPANES: Un antídoto contra la monotonía (Por Oliver Padrón)

Capítulo 3.- “Consternación ante el desprecio hacia la moto, también ahora”

La industria española de la motocicleta puede considerarse que nació en la postguerra de la Guerra Civil por una necesidad social. Antes de la contienda la motorización de nuestro país era realmente reducida, y la moto era casi testimonial, ceñida a unos pocos usuarios de modelos extranjeros. Sin embargo, la migración masiva a las ciudades, las nuevas actividades económicas, y la necesidad de reducir el tiempo en los desplazamientos provocaron la necesidad de contar con vehículos automóviles. Y la moto ofrecía grandes ventajas; era sencilla, económica, de pequeñas dimensiones y fácil de manejar.

El éxito fue inmediato, y los constructores españoles florecieron como setas desde mediados de los años 40, a pesar de la complicación que suponía el aislamiento económico de España, que se recrudeció en la postguerra europea. La llegada de los años 60 viene marcada por la popularización del automóvil en nuestro país. Al igual que en Europa el utilitario se puso al alcance de la clase media, y ésta abandonó la moto. 

NdR: Esto es un resumen sacado de la introducción de Pepe Burgaleta en el libro/revista sobre “Las Mejores Motos Españolas”.

A la última frase yo añado que, adquiriendo el peso específico que ha llegado a tener (10% PIB directo en España), no me extrañaría que el lobby del automóvil haya sido en parte el responsable de la nefasta legislación en torno a la industria de la moto en nuestro país. Legislación que, por otra parte, nunca la ayudó.

Luego leo ESTE ARTÍCULO de la sección de sociedad de “El País” y me quedo… Bueno, ¡no tengo palabras para expresar cómo me quedo! ¡Ni una sola mención a la moto!

Y no pretendo que se construya una industria para fabricar motos en nuestro país, solo me conformo con su comercialización para uso libre de la ciudadanía. Y que podamos utilizarlas y disfrutarlas con la conciencia tranquila de no estar deseando nada pecaminoso.

Porque además, la frase subrayada en la cita, sigue tan vigente hoy como en la década de los años 40 del pasado siglo.

También vendría bien recordar aquello de “cuando las barbas de tu vecino…” porque en dicho artículo, sirva solo de ejemplo de muchos otros, tampoco están haciendo un favor al coche, más bien todo lo contrario. ¿A quién pretenden favorecer? ¿Al medio ambiente?

Yo no acabo de entenderlo. Desconozco  qué lobby tiene el “medio ambiente” detrás para “engrasar" a la maquinaria institucional. ¿Quizá la industria suministradora de todo lo relacionado con el transporte público? Tampoco lo tengo claro.

Pienso que el sector de la moto pierde el tiempo dirigiéndose a la clase política y prensa generalista… al menos de la manera que se hace ahora mismo.

También pienso que el sector debería hacer causa común para dirigir una publicidad específica destinada a la ciudadanía “mostrando” a la moto como alternativa, haciendo vigente otra vez aquello que la ciudadanía entendió en los años 40 del siglo XX.

Además creo que, si bien era fácil desterrar la moto “para cinco” en favor de un cómodo “seiscientos”, por más que lo intento, no veo como algo atractivo "sudar y cargar una bici" en lugar de ir atascado en un coche, o en transporte público (a este ni le pongo adjetivos).

Dicho en “román paladino”: ¡No entiendo como coño no somos capaces de hacer entender a la ciudadanía lo cómodo que se puede ir en moto por la ciudad…y más allá! Y en la parte que nos toca, ¡cómo coño no somos capaces de vender más motos!

Además de que la moto es un medio de transporte libre de contagios ya que evita el contacto interpersonal durante los trayectos, hoy en día es infinitamente más ecológica que cualquier otra alternativa. En las últimas dos décadas los límites de emisiones de las motos se han reducido en un 92% en términos de CO y en un 95% en hidrocarburos y óxidos de nitrógeno. Ofrecen una alta eficiencia energética y reducida huella ambiental dado que son vehículos ligeros, de reducido peso y dimensiones, que minimizan el impacto global del transporte. La moto hoy en día es más segura que nunca. Y además, 20 años de inversión de la DGT en concienciación al conductor debe haber servido de algo, somos una sociedad más responsable que nunca.

Y, ¡la perla!  El uso de la moto en la ciudad para la mejora del tráfico, la ecología, y las nuevas exigencias de convivencia NO REQUIEREN DE MAS INVERSIONES POR PARTE DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. No hay que hacer vías especiales, cambiar trazados, poner nuevo mobiliario urbano…etc. La moto contribuye a la descongestión del tráfico. Es un vehículo de dimensiones reducidas que ayuda activamente a eliminar los atascos. Un beneficio para todos los usuarios de la vía, incluido el transporte público.