12 de Agosto de 2020
Nos ha encantado el vídeo de María Kimberly Hernández Lynch, una de las nietas de Juan José Lynch que, gracias a sus envidiables 88 años, puede presumir del título de Motero Mayor de Canarias, conservando la pasión por las motos desde La Palma, su isla bonita natal: "No pierdo la esperanza de volver a subirme a mi querida Honda Shadow y volver a disfrutar de las curvas de La Palma".
A María Kimberly se le ocurrió la idea de grabar este vídeo limpiaba con su abuelo la colección de motos. Momento que aprovechó para que este veterano embajador de la isla de La Palma, le fuera contando la historia de cada una de ellas, a cuál más especial.
Él me iba explicando la diferencia entre una y otra, como ha ido evolucionando la fabricación de las motos según cada marca, las miles de azañas y aventuras recorridas sobre las dos ruedas. Se siente libre contando lo que con ellas ha vivido, e incluso, me lo hace sentir a mí solo de escucharlo. A medida que ibamos limpiando, cuidadosamente, me daba cuenta aún más que ser motero es una pasión pues se refleja en los ojos de mi abuelo como mira y toca cada una de sus motos. Unos lo llaman José Juan, otros Lynch pero mis primos y yo podemos presumir de tenerlo como abuelo. Sinceramente es difícil resumir en palabras o hacer un vídeo que recoja esta pasión por la moto... ¡Te quiero abuelo!
Lynch comenzó su aventura en el mundo de las motos hace mucho tiempo. A los 21 años ya cogía prestada la moto de un amigo, una veterana Montesa, de las primeras que llegaban a Canarias. Más tarde, cuando vivía en Morro Jable (Fuerteventura) se compró su primera moto, una Peugeot. Una moto con historia que le salió rentable a Juan José, la vendió al anterior propietario incluso por más dinero de lo que a él le costó.
Tras esta Peugeot llegaron otras motos; una Vespino, una Guzzi Hispania…, todas ellas antesala de la Ducati deportiva de la época. Una moto que significó mucho para nuestro protagonista. Tanto que al hablar de ella se le ilumina la cara… “Tenía muchas piezas personalizadas, carburador, piñón, etc”.
El carné de moto se lo sacó en la década de los "60" cuando ya tenía más de 40 años "porque en aquellos tiempos no había tanta cantidad de papeles ni licencias. Las cosas eran y se hacían de otra manera".
Lynch “camina” mejor sobre la moto que a pié, debido a un accidente que tuvo hace años en la zona de Barlovento (La Palma) cuando circulaba con su eterna compañera de fatigas, su esposa. Éste es el origen de su cojera y de que su esposa ya no viaje con él en la moto como hacía habitualmente para dar un paseo y comer un “pic-nic” en algún rincón perdido de la “Isla Bonita”.
El secreto de su salud es bien sencillo, según él: “Trabajar mucho, comer los productos de la tierra, tener ilusión, tomarse las cosas con tranquilidad y disfrutar de la vida”