28 de Abril de 2015
La culpa de que demos positivo en un test de alcolemia no es del alcohol, sino nuestra. Conducir es incompatible con el consumo de alcohol por muchas y muy detalladas razones. Por otro lado, el alcohol forma parte de muchas reuniones sociales y en momentos de ocio, con lo cual estamos en una situación que no nos permite conducir. Es necesario estar concienciados en relación a qué parte juega el alcohol en nuestras vidas, y si queremos, o podemos ponerle coto.
Lo que no debemos plantearnos es beber más cantidad de alcohol y pretender conducir alegando que “nos sentimos perfectos para ello”. Con el alcohol, la subjetividad no importa. Podemos creer que estamos perfectos, pero que la realidad sea totalmente diferente.
Por supuesto, estos trucos para engañar a los agentes son, por encima de todo, ridículos:
El único y genuino truco infalible para no dar positivo por alcoholemia es no beber alcohol. Es tan sencillo que pasa desapercibidos para algunos. Se escudarán en que “no es para tanto”, “yo controlo”, “es una medida solo para recaudar” y se olvidarán de los efectos perniciosos del alcohol no solo para la salud (que también), sino para los reflejos y nuestras aptitudes al volante. Olvidarán que el alcohol adormece los sentidos y el físico, reduce nuestra capacidad de reacción, nos hace sentir una falsa seguridad y nos lleva a cometer imprudencias. Y no es necesario “dar positivo” para tener esos efectos adversos.