04 de Diciembre de 2010
Prueba SOLO MOTO
Mi curiosidad ante este modelo pasaba inconscientemente por conocer el significado etimológico del prefijo superlativo “hyper”, proveniente del griego (exceso), y del sustantivo motard (motociclista). Esta combinación de léxico me hace pensar en la evolución y el uso de este adjetivo desde el principio de su historia, que empezó con super (sobresale de entre los demás) y quizás se convierta, al paso que vamos, en ultramotard.
Esta reflexión y mínimo estudio gramatical es un ejercicio necesario para entender esta moto. Si analizamos estos prefijos recientemente utilizados también por otras marcas, super, mega, y nuestro hyper, simplemente sirven para definir el carácter deportivo fuera de lo común de una especie singular y su radical manera de conducirlas.
Para darle más bombo a nuestra protagonista le añadimos las siglas EVO y, por si fuera poco, SP. La verdad es que, situado ante la moto, toda denominación y baile de letras es poco, porque la imagen que refleja es espectacular. Ahora me toca a mí verificar si tanta denominación y sigla es cierta y, para ello, sólo hay una manera de demostrarlo: dándole al puño del gas.
Repasemos antes su equipamiento, que promete ser, a simple vista, excepcional: estamos en presencia de un conjunto derivado del estilo supermotard con la base central de una deportiva clásica. La parte ciclo y la escueta y afilada carrocería son modernas y agresivas, con carácter, mientras que el conjunto formado por el chasis y el motor forman parte de los cánones clásicos de la larga historia deportiva de Ducati.
Este contraste es la mezcla perfecta para el conductor que quiere combinar la conducción sportfun con el uso diario.
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