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Bimota DB6 Delirio: Exceso

14 de Septiembre de 2009

Bimota DB6 Delirio: Exceso

Hace ya 35 años que se fundó Bimota en Rimini, Italia, y muchos son los modelos sobre todo tipo de motores japoneses e italianos que la factoría ha diseñado y comercializado. Esta motocicleta es el sexto modelo (6) sobre motor Ducati (D) que diseña Bimota (B), quién siempre ha utilizado motores ajenos para montar productos y piezas exclusivas alrededor de los mismos. En esta ocasión, una fuerte inversión en mecanizado y diseño de aluminio, sumado a un chasis propio –negocio pionero de la firma- y a un motor Ducati de dos cilindros en V a 90º y 1.100cc mejorado, han dado como resultado una moto con detalles originales y auténtico lujo tecnológico.

 

Diseño.
Tómate tu tiempo en mirar detenidamente las fotos y aprecia las piezas de aleación de aluminio y ergal repartidas por toda la Delirio que Bimota se ha esforzado en diseñar y mecanizar. Comprobarás que pocas veces se tiene ocasión de admirar un trabajo tan elaborado, mimado y cuidado, al menos en lo que a las motos respecta. Ciertamente, y con la lógica como principal argumento, bien cierto es que la Delirio es todo un disparate, pero un disparate de cuidados detalles que hacen de ella casi un objeto de culto. Lo que más llama la atención de la Bimota DB6 es la multitud de detalles, buenas ideas y calidad de acabado de que hace gala. Las piezas de aluminio repartidas por toda la moto tienen una estándar de fabricación aunado a un diseño que no se puede por menos que alabar. Hay que fijarse en las tijas oblicuas, en los soportes del manillar, en el chasis y basculante, en el tapón del depósito de gasolina, en los protectores de la cúpula o de los silenciosos, y hasta en algo tan nimio como las guías de los manguitos que van y vienen del radiador de aceite. Es, sin duda alguna, una clase de arte en aluminio. También hay detalles en fibra de carbono como el protector de la cadena o el guardabarros trasero. Se ponga la vista donde se ponga se descubre que los acabados son realmente magníficos y que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle, con ideas nuevas de agrado total para el propietario, como un sistema para desconectar la batería en períodos prolongados de abstinencia motociclista. Hasta las costuras de los sillines son de excelente factura.

 

Puesto de conducción.
Ante nuestros ojos la DB6 se antoja muy corta de ejes y alta, pero es sólo una apreciación óptica; en realidad resulta cómoda, aunque el piloto vaya algo encajonado entre depósito y respaldo. Desde su puesto de conducción el cuadro de instrumentos de nueva factura es perfectamente legible por el piloto, conjugando a la perfección la pantalla digital con el cuentavueltas analógico y la iluminación posterior en la escala de la aguja del cuentarrevoluciones, original y práctica. La luz de su doble parábola es suficiente para rodar deprisa por la noche, mientras los espejos retrovisores están anclados a los depósitos de los líquidos hidráulicos del embrague y del freno, eliminando completamente las vibraciones de los mismos. Una idea realmente brillante. Las manetas son regulables en distancia y en el basculante, junto al eje de la rueda trasera, descubrimos unos soportes para levantar la Bimota en un caballete, detalles que son parte del amplio abanico que ofrece la Delirio. Pero habrá más. Más que su propietario seguro irá descubriendo poco a poco, degustando el lujo y la calidad, sorprendiéndose de la artesanía de un producto elitista para una utilización indefinida, una moto con glamour y diseño para disfrute del personal. Y de su dueño, como no. El asiento del acompañante no procura mucha comodidad por su forma elevada en el centro, lo que sumado a su altura, la ausencia de asas donde agarrarse y el tener las piernas muy flexionadas, arroja una posición a disfrutar durante pocos minutos. La terminación es excelente, eso sí, pero ni el piloto ni el acompañante se libran de un puesto de conducción diseñado para un fin eminentemente deportivo.

 

Mecánica.
Bimota ha encajado su DB6 en un segmento que hasta ahora le era ajeno, el de las motos naked deportivas. El motor que equipa es el bicilíndrico DS 1100 de Ducati, sobre el que la pequeña fábrica de Rimini ha trabajado puliendo conductos y piezas interiores, terminando la preparación con un sistema electrónico completamente nuevo y una admisión y escape que está al amparo de la norma Euro 3. Sin embargo, y a pesar de lo restrictivo de esta ley, consigue una potencia y aceleración muy buenas, emanando de esos silenciosos un sonido embriagador, similar al de Ducati, pero con un toque personal que estimula más, si cabe, la adrenalina del conductor. Sin embargo, por debajo de las 3.500 rpm el motor no va cómodo y por encima de las 7.000 rpm, en su potencia máxima, hasta las 9.000 del corte o línea roja no hay nada más. Pero en medio se disfruta. Y mucho.

 

Parte Ciclo.
La diferencia de chasis entre uno de Ducati y el de Bimota no la notaría el común de los mortales, ni tampoco el que esto escribe. Deberá ser un circuito el que ponga la nota a uno o a otro. Sólo puedo decir que es muy bueno y neutro, por más que no esté ayudado por los pequeños movimientos oscilantes de la rueda delantera, más por culpa de los brazos del piloto asido al ancho manillar que por la cúpula anclada sobre la horquilla delantera. La postura de conducción está pensada para las carreteras de curvas enlazadas y para recorridos interurbanos, no para autopista ni para ciudad, aunque sea posible circular por ambos sitios sin problemas.

 

Las suspensiones son regulables en todos los parámetros y además de manera muy accesible y rápida por el piloto. La horquilla Marzocchi es fantástica y sus barras de 50 mm de diámetro transmiten una seguridad maciza. No hay manera de hacerla llegar al final de su recorrido, al menos en condiciones normales, lo que da una idea de su consistencia y la firmeza con la que soporta el trato más deportivo. El único amortiguador trasero es un Extreme Tech, marca que sólo fabrica para el mundo de las cuatro ruedas con la única excepción de Bimota. La suspensión trasera resulta algo dura y de reacciones demasiados secas, quizá por el sistema empleado para anclar el único amortiguador, que recuerda mucho al sistema Cantilever utilizado por Yamaha en los años ochenta. Pero si se mira bien el diseño general de la DB6, tampoco había muchas otras opciones donde ubicarlo al discurrir por debajo del amortiguador el tubo de escape ascendente. Por cierto, que de éste emana mucho calor y muy cerca de las piernas del piloto, resultando molesto en ocasiones.

 

La frenada de esta Delirio es una de las mejores que hemos probado. Basta observar el equipo que monta: unos Brembo Serie Oro con pinzas radiales tanto en el delantero como en el trasero que muerden grandes discos lobulados. Son muy buenos en ciudad y en carretera, en frenadas ligeras o bruscas, de una progresividad, contundencia y potencia que solo una moto de competición puede superar, aunque habrá que prestar atención a su potencia los días que la humedad haga acto de presencia, pero si no, para detener los 177 kilogramos de esta DB6, se bastan y sobran.

 

Valoración Final.
Para los seguidores de esta pequeña fábrica italiana, la bandera tricolor azzura sobre sus motos ha sido siempre el toque de distinción de estas máquinas. Hoy la nueva Bimota ha perdido uno de los colores en su logotipo, el verde, pero no el glamour, diseño y excelente terminación de la siempre hizo gala. No es desde luego una moto para todos los públicos, ni por su precio ni por su conducción, pero sí es una excelente montura. Aún con todas sus virtudes y sus defectos, la Bimota DB6 es de las motos que hace sentir a sus propietarios un orgullo de posesión superior a la práctica mayoría de las marcas. Treinta y cinco años en la élite arrojan tal bagaje y tradición que uno debe rendirse ante ella: es, por encima de todo, un lujo meditado y hecho poco a poco por artesanos especializados. Quizá sea una obra de arte antes que una moto, por mucha barbaridad que suene decir algo así.

 

A destacar
Exclusividad
Aceleración
Acabados
A mejorar
Libertad de movimientos
Comodidad
Precio


Sus rivales naturales...
MV Agusta Brutale 910 S
La Brutale 910 es la rival más dirceta de la Bimota DB6. Un diseño exquisito, un motor potente y detalles en la parte ciclo muy parecidos a la Delirio, como son los frenos Brembo y el chasis tubular. Es otra moto muy exclusiva y cara.
Benelli TNT Sport 1130 EVO
Otra rival de la DB6, ésta muy potente y con un diseño exquisito. El motor es un tres cilindros que rinden 137 CV. Parte ciclo parecido, con chasis de aluminio y componentes de gran calidad.

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Ficha Técnica Bimota DB6 Delirio
Tipo
Naked
Cilindrada
1078
Motor
Bicilindrico a 90º Refrigeración Aire/aceite Válvulas por cilindro 2 Inyección Magneti Marelli
Potencia
89 C.V.
Transmisión
Cadena
Cambios
6
Chasis
Chasis Multitubular Trellis CrMo pletinas aluminio y Basculante Doble brazo multitubular en CrMo
 
 
Fuentes de la noticia

motoscoches.net

 
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