Los pasados días 19, 20 y 21 de Julio vivimos la que sería nuestra tercera experiencia como organizadores de un evento de proyección regional. Satisfechos respecto del resultado que habíamos obtenido en las anteriores ediciones, tocaba en esta ocasión, al menos, mantener el nivel, fomentando si cabe, aquellos aspectos que creíamos y seguimos pensando, son el sustento del Encuentro. Así, la idea no era otra que la de mantener el trato familiar que instauramos desde la primera cita, potenciando el ambiente de reencuentro entre amigos, con espacios de convivencia entre todos los participantes a lo largo de los tres días del evento.

El viernes comenzaría con un picoteo, que más bien llegó a la categoría de cena ligera, en el patio interior del albergue, conforme se iban materializando las inscripciones. El amigo Paco Quintana, cuchillo en mano, se mantuvo, hasta bien entrada la noche, cortando jamón serrano, queso, y alguna que otra pieza mas de embutido que fue apareciendo. Cervezas y refrescos, bien frescos, hicieron el resto mientras unos y otros se organizaban para lo que sería un fin de semana de reencuentro, cargado de momentos que recordar.

Y es que la inscripción no defraudó ni a organizadores ni a participantes, con un total de 55 inscritos y cerca de 40 motocicletas, con ejemplares de prácticamente todas las décadas: la más antigua, la del socio Jorge Merlo, de 1948.

Los itinerarios del sábado, algo más largos que los de las anteriores ediciones, contaron en esta ocasión con el apoyo y clemencia de las temperaturas de la zona centro de nuestra querida Gran Canaria. Si en otras ocasiones el recorrido del sábado había supuesto todo un reto para pilotos y monturas, por las altísimas temperaturas que tuvimos que soportar, en esta ocasión, la cosa pintó de otra manera, con cielos cubiertos pero sin llegar a llover al principio de la ruta y completamente despejados y soleados, pero bien frescos, durante el resto del día. Una delicia, con paisajes dignos de recordar, propios de un cielo completamente celeste, y una calidad de luz y colores que solo se dan en las alturas en que nos encontrábamos. Mención especial a nuestro querido Teide, que de la mano del mar de nubes que habíamos dejado atrás, curva si, y otra también, nos ofrecía horizontes y composiciones difíciles de olvidar.

La comida del Sábado, pues muy bien, como siempre que contamos con las gentes de Tenderetunte, poco antes de llegar a San Bartolomé de Tirajana pueblo. Calidad, mucha variedad, y sobre todo buen servicio; y es que ese es el secreto de este sitio.

A la ruta de vuelta, y el par de cafés y fotos de grupo que cayeron por el camino, siguió la llegada a la Fonda, con algo de retraso sobre el horario previsto, y como no la tradicional y esperada prueba de habilidad Gynkana Motoservicio Oscar Bolaños. Aunque con menos participantes que en anteriores ediciones, y es que como dije, este año el itinerario de las excursiones del día habían resultado algo mas largas de lo esperado, la prueba se saldó con una dura lucha entre dos de los participantes, resultando vencedor, por tan solo dos décimas de segundo José, con Montesa Impala. Se rompía así la racha inalterada de victorias de nuestro querido Oscar, quien con su preciosa CBX1000 volvía a dar una lección de maestría, que le valió en esta ocasión, para un merecido segundo puesto.

TODAS LAS FOTOS DEL III ENCUENTRO, EN EL SIGUIENTE ENLACE:

http://fotos.motosclasicasdegrancanaria.es/thumbnails.php?album=158

La cena en la cueva, pues probablemente de lo mejor del fin de semana, contando con el buen hacer en la cocina de Asadero La Caldera, que nos sirvieron el catering, y la calidad de los vinos de la isla de enfrente, de manos de Juan el Chicharrero; y es que, todo hay que decirlo, el vino de este año superaba en calidad, y mucho, al de otras ocasiones. Guitarras y cánticos, en su mayoría regionales, mantendrían el buen ambiente y los decibelios hasta cerca de las cuatro de la mañana.

El domingo, con pocas horas de sueño para muchos, nos recibiría con fina lluvia y la humedad y temperaturas propias de la Villa de Firgas. Aún así, pronto se pondría la maquinaria en marcha y poco antes de las 10 de la mañana quedaba inaugurada la exposición pública que todos los años organizamos en la Plaza del Ayuntamiento de Firgas. Allí estuvimos, charlado y comentando con las gentes del pueblo, hasta cerca de las dos de la tarde, cuando de la mano de un cielo despejado y soleado, y es que es asombroso como cambia la cosa en cuestión de un par de horas, nos volvimos al Mirador, para la paella y posterior acto de clausura, entrega de distinciones y sorteo de premios.

La clausura del evento, presidida por el Sr. Alcalde la Villa Don Manuel Baez, resultó entrañable, en el patio interior del albergue, resultado distinguidos por la organización nuestro querido amigo Pique, de La Palma, Fran de Moto Laser y Juan el Chicharrero, de Tenerife y nuestros socios Mari Carmen y Oscar Bolaños. Además de eso, se entregarían los premios de la prueba de habilidad y moto mas antigua, que como ya dije, correspondieron a José y a Jorge Merlo. La cosa acabó con un emocionante sorteo de premios, cortesía de nuestros colaboradores Lopesan Hotels Group y Motoservicio Oscar Bolaños.

Para finalizar, nuestro sincero agradecimiento, en general, a todos los asistentes al evento, y en particular, al Grupo Lopesan Hotels Group, y a Motoservicio Oscar Bolaños, por su importante apoyo y colaboración. A todos ellos, gracias por ser partícipes una vez más de esta cita anual, que con más ilusión que medios, defiende su derecho a ganarse un hueco en el calendario del motociclismo clásico regional y nacional.

Filiberto Leal