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Sobre el alcohol y sus efectos en la conducción20 de Noviembre de 2011
No nos vamos a inventar ahora, que conducir bebido acorta la vida como si el coche fuera una caja de cigarrillos. Ni tampoco es un anuncio que se pueda poner en todos los coches; porque, entre otras cuestiones, el coche no tiene la culpa. En todo caso, es el propio conductor el que maneja los mandos del vehículo y no al revés.
Bueno, reflexiones aparte, la relación entre el alcohol y los accidentes es bien conocida. Según datos de la DGT, con relación a los accidentes de tráfico y de manera general, se estima que el conducir bajo los efectos del alcohol es responsable del 30-50% de los accidentes con víctimas mortales. Y esto no es un anuncio publicitario, es una realidad.
Está comprobado que el alcohol es uno de los principales enemigos del conductor ya que puede alterar las capacidades para conducir. De ahí, que para prevenir la circulación bajo la influencia de bebidas alcohólicas se realicen controles de alcoholemia. Pero… ¿en qué consisten las pruebas de alcoholemia?, ¿de qué manera afecta el alcohol en la conducción?
Todos, de jóvenes hemos salido de fiesta después de una dura semana de estudios o de trabajo. Ya con más edad, coincidimos en hacer una comida de empresa para luego salir de copas, pero no pensamos en las consecuencias que supone tener que regresar a casa después de toda una noche bebiendo. Un estudio realizado a jóvenes en entre 15 y 25 años indica que cinco de cada diez jóvenes ha ido de pasajero con un conductor bebido.
En el 37% de los accidentes de tráfico se detecta un nivel de alcohol superior al permitido
La alcoholemia es la cantidad de alcohol que existe en la sangre y para saber la tasa de alcohol, dependiendo del sistema empleado, se mide en miligramos por litro en el caso del aire espirado o en gramos por litro en el caso de alcohol en sangre. En los puntos de verificación de alcoholemia establecidos por la Autoridad o sus agentes para realizar las pruebas a los conductores, normalmente se emplean los etilómetros manuales de precisión. Si la tasa es positiva se realiza nuevamente la prueba en un etilómeto evidencial y si el resultado sigue siendo positivo se realizará otra pasados diez minutos que es el tiempo mínimo entre prueba y prueba.
Todo persona que conduce un vehículo de motor esta obligado a someterse a las pruebas de detección de alcohol. La tasa máxima permitida, para conductores en general y ciclistas, es 0,25 mg/l., aire espirado o 0,50 gr/l alcohol en sangre. Si se trata de conductores profesionales y nóveles la tasa máxima permitida es de 0,15 mg/l. aire espirado o 0,30 gr/l., alcohol en sangre.
Según distintos estudios, el 65% de la población española adulta consume, de una forma más o menos regular, bebidas alcohólicas. En la actualidad, la edad media de inicio en el consumo de alcohol se sitúa en torno a los 13 o 14 años.
Negarse a someterse a las pruebas de detección de alcohol puede acarrear la pena de prisión de seis meses a un año, así como privación del permiso de más de un año y hasta cuatro años. Para los supuestos de superar la tasa de alcohol en 0,60 mg/l. de aire o superior a 1,2 gr/l. de sangre, así como conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas, puede acarrear la pena de prisión de tres a seis meses, además de la privación del permiso de más de un año y hasta cuatro años; pudiéndose sustituir la prisión por una multa de 360 a 144.000 euros y de trabajo en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días.
Resumiendo, de los supuestos anteriores, la negativa y la influencia están penados directamente, es decir, los agentes de tráfico pueden confeccionar un atestado por delito aplicando el sistema JRSD, es decir, por juicio rápido sin detenido (sólo para los delitos contra la seguridad vial) que es remitido a la autoridad judicial para que en el plazo de 24 horas el Juez pueda imponer una sentencia al imputado.
Por otro lado, con el resultado de la tasa de alcohol pueden ocurrir dos cosas, que supere el 0,60 mg/l. de aire (1,2 gr/l. de sangre) que sería delito como el supuesto anteriormente explicado pero también está el otro supuesto de no superarse dicha tasa pero si supera el 0,15 mg/l. de aire espirado (conductores profesionales o noveles) o el 0,25 mg/l. (conductores en general), sería una infracción al reglamento general de circulación.
Dicha infracción, para conductores en general, supone el pago de una multa más la retirada de puntos. Hasta seis puntos si la tasa es superior a 0,50 mg/l. y cuatro puntos a detraer si el valor de la alcoholemia es superior a 0,29 mg/l. pero inferior a 0,50 mg/l. aire espirado. En el caso de conductores profesionales o nóveles (con dos años o menos de antigüedad del permiso de conducir) como la tasa permitida es hasta 0,15 mg/l., si el valor de la alcoholemia es superior a 0,19 mg/l., pero inferior a 0,30 mg/l., restaría cuatro puntos y si el valor supera el 0,30 mg/l., conllevaría seis puntos a detraer.
Los efectos del alcohol en la conducción
Entre los efectos más notorios, destaca:
Piensa en los demás
Es cierto, somos egoístas muchas veces y no pensamos en los demás, y lo peor es que cualquier conducta reprobable puede crear antecedentes y utilizarse en nuestra contra. Sabemos que nuestros hijos copian modelos y ciertas conductas como las observadas en el vídeo, les pueden dejar huella y el binomio alcohol y conducción tiene que mucho que ver en todo esto.
En los jóvenes los efectos del alcohol sobre la conducción son más relevantes si cabe. Las características asociadas a la propia juventud (menos experiencia en conducir, consumos elevados los fines de semana, consumo concomitante de otras sustancias, conducta desinhibida, etcétera) hacen que este grupo de edad sea particularmente vulnerable. Fuentes de la noticia
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