París, además de ser un museo al aire libre, ofrece innumerables lugares para visitar y rincones para perderse. La capital francesa, con más de dos millones de habitantes es, además una de las capitales más pobladas del viejo continente, uno de los destinos más visitados de todo el mundo gracias a su historia, sus actividades culturales, su gastronomía etcétera.

La Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, la Catedral de Notre Dame o el Moulin Rouge, son algunos de los escenarios en los que nuestro amigo Miguel Ángel posa con la V-Strom 650XT más trotamundos de Canarias.

Tampoco dejó de visitar uno de los templo de la peregrinación religiosa y víctima del turismo de masas. Le Mont St Michel es un monumento mágico y conocerlo a fondo no deja indiferente a nadie. Agazapado en los confines del noroeste galo, casi dejándose querer en lugar de atraer con su arquitectura grandiosa, que sucumbe dos veces al día a la acción de sus mareas, las más grandes del viejo Continente.

"Cada viaje que emprendo por el viejo continente me tiene reservadas grandes sorpresas", nos cuenta el cocinero viajero canario afincado en Dinamarca. "Me gusta salir en moto sin muchos preparativos. Ahora tenía unos días libres y decidí hacer el último viaje antes de que comience a llegar la nieve y el frío a mi país de acogida. El objetivo era París y aunque la gasolina, en el mejor de los casos, no baje de 1,80 euros litro, merece la pena llegar de noche a París atraído por la luz del faro que representa la Torre Eiffel". 

"La ciudad de la luz es un lugar de ineludible visita para cualquier viajero; un lugar mágico para recorrer sobre dos ruedas. A mi regreso hacia Dinamarca, la costa normanda me deparaba una sorpresa mágica; Le Mont St Michel. Una joya rodeada por la inmensidad que deja el vacío de cada marea y que te deja con la boca abierta", asegura Miguel Ángel, amenazando con regresar. "Son viajes que se te quedan en el corazón para toda la vida".