El pasado fin de semana el entorno del Parque de Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria se convertía en el centro neurálgico de las dos ruedas en las Islas Canarias con la celebración de la Feria de La Moto y la Movilid Sostenible LPA Motown.

Un punto de encuentro del universo de la moto que tiene el sano objetivo de potenciar el mercado de la moto y mantener el crecimiento positivo de matriculaciones vivido en el último año en Canarias. Pero ese objetivo no se puede lograr sin más. Es necesario que las administraciones fomenten "de verdad" el uso de la motocicleta como la alternativa más limpia y lógica a la movilidad individual y a la carta en ciudades con orografías complicadas como las de las Islas Canarias. Una medida que servirá además para contrarrestar la paulatina pérdida adeptos que nutrían año tras año las generaciones de nuevos moteros y que no es otra que la desaparición de niños jugando con sus bicis tras salir de la escuela y la falta de estímulo que para las nuevas generaciones supone la moto, ese icono de “libertad” tan esencial para nuestra generación.

Sin embargo, el mundo de la moto debe contar también con alicientes que pongan en marcha las propias empresas del sector. Acciones que sean atractivas y que seduzcan a unos jóvenes que se ven desbordados por otras ofertas de ocio mucho más fáciles y, por qué no decirlo, económicas. Acciones que son posibles y que demuestran su éxito con las colas de niños que pudimos ver el pasado fin de semana en la Plaza de Canarias esperando poder tener “Su primera experiencia sobre dos ruedas”.

La iniciativa puesta en marcha por Valsebike y su escuela de Off-Road ha sido sin duda el mejor banderín de enganche de LPA Motown. La actividad más acertada del catálogo de LPA Motown. El entusiasmo por vivir esta primera experiencia se transformará en muchos casos en eterna pasión por el mundo de las motos y en clientes del sector, tanto para Valsebike como para todas las empresas.

La filosofía de esta experiencia es crucial para adquirir esas destrezas esenciales que permitan a los más pequeños disfrutar con seguridad y responsabilidad de las dos ruedas y para formarles y prepararles con el objetivo de que tengan las herramientas y capacidades para afrontar los retos del futuro. Educar desde edades tempranas en todos los aspectos que tienen que ver con el uso responsable de la moto supone la garantía de perpetuar un sector del que viven muchas familias en Canarias.

Aspectos económicos aparte, la labor social de formar a los pequeños ciclistas y/o motoristas supone una gran responsabilidad y alta dosis de paciencia que el equipo de Valsebike sabe cómo afrontar, con ejemplar cariño y una permanente sonrisa en el rostro de monitores y alumnos. Bastó ver a los que terminaban su turno que, inmediatamente, volvían a ponerse en la cola de más de una hora para repetir. “Son otros tiempos. Los niños no juegan con la bici en la calle hasta que se pone el sol. Desconocen los aspectos más básicos. Nunca nadie les enseñó a ir en bici o moto pero la realidad y la pasión son las mismas. Para ellos conducir una moto o aprender a montar en bici es un sueño”, nos cuenta una de las monitoras de este taller que tiene continuidad en la escuela de off-road que cada sábado llena de alegría y satisfacción en Barranco Real de Telde. Y es que ya sea por el mero hecho de poder aprender a conducir una moto con seguridad o por iniciarse en el deporte del motociclismo, la dedicación de todo el equipo de Valsebike merece un reconocimiento de todo el sector de la moto.

Muchos de nosotros hemos aprendido a conducir una moto cuando ya han pasado nuestros mejores años de capacidad de aprendizaje, que son los años de la niñez. Una tarea, la de conducir un vehículo de dos ruedas, tan compleja y peligrosa (si no se tiene la formación adecuada) que debería ser asumida por todos los entes y organismos que tiene alguna responsabilidad en la materia. La empresa que dirige Pedro Peñate no delega su parte  de responsabilidad y por eso lleva años con un planteamiento tan básico como acertado, enseñar a menores de edad las técnicas básicas de conducción dentro y fuera del asfalto. Simplemente por su capacidad de aprendizaje, estos futuros moteros afrontarán con total naturalidad los imprevistos que les surjan durante la conducción, ganando seguridad y capacidad de reacción.

Un joven o una joven que haya comenzado con “Mi primera experiencia sobre dos ruedas” tiene mucho ganado como piloto de motos.