Aún con pequeñas lagunas con respecto a lo que planificamos, la apisonadora Viejas glorias, viene apretando y haciendo saltar las alarmas de Telde. El guión de está edición está ensayado, falta que el escenario del viejo teatro corra sus cortinas y el sonido a motorismo de otros tiempos, ensordezca la buya de las decadencias y armonize nuestra sinfonia de voluntad.

Se quitan los candados de los garages, que rechinan, por desusos, se achica gasolina al carburador, se le pasa el trapo al tanque, al sillón se mira al manillar en un conversación íntima y receptiva se conversa un rato con la moto. Quiero que arranques a la primera. Dos toquitos al tanque! Te vas a divertir en este Viejas Glorias, vas a volver a saludar a todas tus parientes. Algunas que hace año no ves.

Algunas llegaran tarde, y con aires de superioridad y maquillajes en pulidos empastados. Otras serán humildes y de una belleza serena y seductora. Escapes que sonaran a gloria... Me hablan,  de la corte de las niponas que vienen en bandadas dejando el corrillo de los puristas boquiabierto. Por supuesto la excelencia de su gracia majestad vendran a imponer la veterania y el refinado estiramiento patriarcal inglés.. 

Ahora, me comentan que las soberbias alemanas, austeras y fiables, van hacer tambalear el reino, no faltaran la chiquilleria de las setenta, la coqueteria clásica de las vespas y las sorpresas... ¡Ay, las sorpresas! Vendrán con trajes rojos y zapatos limpios encriptados en mírame y no me toques. Aún no sé.

No te puedo contar mas novelerías del Viejas Glorias. Ahora haz el favor de ponerte en marcha... Por que como me hagas tiznar, las manos. Te voy a dar patadas hasta en el carnet de identidad... ¡Brrrrooouunngggh! ¡Yossshh! Cojistes el mensaje a la primera. ¡Oistes! Asi me gusta. ¡El respetito es muy bonito! 

¡A las motos!