Ya tenía ganas personalmente de que llegase este capítulo de ‘La Segunda Oportunidad’ porque en él, el tema principal es la moto. Un medio de desplazamiento al que le tengo por partes iguales, amor y respeto. Y aunque haya pasado un montón de tiempo desde que se grabó el vídeo hasta hoy, la mayoría de los consejos que se dan siguen aun vigentes.

Por suerte, las cifras de mortalidad y accidentados ha disminuido drásticamente, lo que demuestra al menos la concienciación de parte de los usuarios y sobre todo el uso de elementos de protección pasiva. De todos ellos el más importante es el casco, obligatorio por ley pero que aun hoy no a todo el mundo le entra en la cabeza.

La moto nació como un elemento para el desplazamiento de las masas relativamente económico en su adquisición y en su mantenimiento. Mucho más que un coche. Pero a medida que pasaron los años, el uso de esta fue sufriendo un cambio a una utilización más lúdico.

Sin embargo, con la congestión de las grandes ciudades, los atascos y el aumento del tráfico, la población se dio cuenta de que una solución para mejorar la movilidad eran de nuevo las motocicletas, además de su menor coste de mantenimiento, consumo y contaminación.

Poco a poco los Ayuntamientos han ido facilitando la integración de este colectivo facilitándoles zonas de aparcamiento exclusivas para ellas, el uso de los carriles bus, posición privilegiada en la parte delantera de los semáforos e incluso en la reforma del Reglamento de Circulación se está contemplando que pueda actuar de forma diferente frente a los atascos dado su pequeño tamaño y agilidad.

Pero todo esto no serviría de mucho si el que va encima no respeta las normas de circulación. Y esto es igual ahora como hace 40 años. O también, si el que va en coche no respeta en la medida de lo posible a los usuarios de las dos ruedas. Al final es un equilibrio entre dos especies que, aunque diferentes, están destinados a llevarse bien.