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Prueba Ducati Monster 797, esencia Galuzzi sin filtros tecnológicos

04 de Agosto de 2017

Prueba Ducati Monster 797, esencia Galuzzi sin filtros tecnológicos

Emulando las primeras versiones de la saga Monster, recientemente ha llegado a Canarias la nueva Monster 797 que fue presentada en el pasado salón EICMA 2016. Una moto que llega para ser el modelo de acceso a la familia Ducati pero que no por ello carece de argumentos que la hacen atractiva para quienes desean entrar en el mundo de las motos A2 a lo grande; con toda una Ducati. Deportiva y esencial como todas las Monster, ofrece todo lo necesario para una conducción divertida y al mismo tiempo fácil e intuitiva. Además, su versatilidad hace de la nueva Monster 797 la moto ideal para el uso diario.

 

De nuevo, la marca que está representada en las islas por Ducati Canarias, recupera un modelo de acceso para quienes no buscan las prestaciones más extremas o lo último en tecnología sino que lo que quieren es una moto para el día a día con posibilidades de pasarlo bien en carretera. Y para ello ha vuelto a echar mano del motor desmodrómico de la familia Scrambler, un bicilíndrico de 803 cc refrigerado por aire adaptado a la Euro 4 y que rinde 75 cv. Estéticamente, la 797 sigue los rasgos de la M821, empleando un chasis tipo “trellis” pintado en rojo y una parte ciclo a la altura de la calidad que todos buscamos en una Ducati.

 

Precio Ducati Monster 797 Red.- 7.300€ (Descontados los 800€ de descuento por financiación Ducati)

 

 

El diseño limpio de esta nueva 797 sigue fielmente la esencia original marcada por Miguel Angel Galuzzi, el creador de las primeras Monster. Una moto sencilla sin elementos superfluos y en la que un motor con buen par y un chasis de calidad, maximizan la esencia del motociclismo. Se ha recurrido a un motor conocido, el de la familia Scrambler, aunque adaptado al nuevo uso, pero ahí terminan las similitudes, la M797 es una moto totalmente nueva que llega para cubrir un hueco bien definido y que cojeaba en el catálogo de la firma de Borgo Panigale.

 

La fisonomía de la 797 es reconocible desde el primer vistazo como una Monster, una familia que ha vendido más de 300.000 unidades a nivel mundial. Tanto por estética como por arquitectura, la 797 regresa a los orígenes. El chasis vuelve a ser un multitubular de acero completo, sin necesidad de placas de aluminio que supongan concesiones a la esencia Galuzzi.

 

No tiene el arsenal de asistencias electrónicas al que últimamente nos tenía acostumbrados Ducati. No hay mapas de motor ni controles de tracción, no. Pero a cambio, la Monster 797 ofrece una buena dosis de sensaciones gracias al dosificable empuje de su motor y a una parte ciclo que permite exprimir al máximo los casi 75CV de su motor. Una moto auténtica, con carácter y sin filtros. Pero no pienses por ello que la tecnología ha desaparecido por completo, debajo del asiento tienes una toma USB y el Ducati Multimedia System permite conectarte al sistema bluetooth de tu casco y manejar el reproductor de sonido o el teléfono desde el manillar, mostrándolo en el display del tablero de tu Ducati.

 

 

Su motor es un viejo conocido, un fiable bicilíndrico a 90º, refrigerado por aire y alimentado por inyección electrónica, y con distribución desmodrómica que cubica 803cc y que ofrece una potencia cercana a los 75CV, aunque también puede limitarse a 35 kW para los poseedores del carnet A2. No dispone de virguerías electrónicas de control pero se ha trabajado en la respuesta progresiva y en la fiabilidad, permitiendo incrementar los periodos de revisiones que pasan a ser cada 12.000 kilómetros o a los 12 meses. El motor va acoplado a una caja de cambios de seis relaciones, con embrague asistido y antirrebote. El escape es similar al de las Scrambler, aunque con salida más recta y encajado en ese bello basculante de aluminio tipo banana.

 

Para enfatizar el carácter deportivo de la Monster 797 y para que la “sientas” al conducirla, Ducati ha apostado por un chasis contundente. Un bastidor multitubular de acero tipo Trellis al que se anclan una horquilla invertida Kayaba con 43 milímetros de diámetro y un amortiguador Sachs con ajuste de precarga y rebote. En las llantas de aleación con cinco palos dobles encajan un par de neumáticos Pirelli Diablo Rosso II en medidas 120/70 ZR17, delante, y 180/55 ZR17, detrás. El apartado de frenos se confía en dos discos de freno delanteros de 320 mm con pinzas radiales Brembo M4.32 y bomba axial. Detrás encontramos un disco de 245mm y pinza Brembo pistón simple. El ABS de serie está firmado por Bosch, concretamente el modelo 9.1

 

 

El nuevo modelo de acceso a la firma italiana, y la que puede ser la primera moto de los afortunados que puedan obtener el carnet A2 -algo nada fácil con la huelga de los examinadores-, es una moto sencilla y fácil de conducir tanto para uso diario como para los que se inician en el mundo de la conducción sobre dos ruedas. El asiento, con formas que resultan muy atractivas estéticamente, permite que tu posición sobre el asiento, a sólo 805mm del suelo, sea cómoda, con ese estilo típico de la familia Monster. 

 

Al poner el contacto apreciamos que existe tecnología LED en el piloto trasero e intermitentes, y contamos con un faro delantero con luz diurna. El tablero de instrumentos con display LCD ofrece muy fácil lectura que nos indica que estamos en “punto muerto” y listos para arrancar. El ronroneo del bicilíndrico nos recuerda al de la familia, pero con la alegría de que su sonido no está tan filtrado como en otros modelos Euro4.

 

Ya en los primeros kilómetros muestra sus buenas aptitudes para su uso diario. Ligera, sólo 175 kilos en vacío (193 en orden de marcha), bajita y con un motor muy dosificable; perfecta. El buen tacto de gas es una de sus mejores virtudes. Siempre bajo control.  La ergonomía, la triangulación asiento-manillar-estriberas, resulta muy cómoda para usarla para los desplazamientos diarios, momentos en los que el mullido del asiento se la juega, aunque en la 797 la apuesta es segura. Debido al buen tacto del motor y a la dosificación progresiva del gas no se echan en falta las ayudas electrónicas, y la asistencia del embrague APTC permite hacer kilómetros en ciudad sin que se resienta la mano izquierda. El único pero que podemos poner a su motor es el calor que emana del mismo, sobre todo por el lado derecho. Aunque también hay que decir que hicimos la prueba posiblemente el día de más calor del año en Gran Canaria, con más de 40ºC en el centro de la isla.

 

 

A la hora de afrontar los tramos de curvas, destaca el gran aplomo del tren delantero. Las suspensiones cuentan con unos tarados firmes. La horquilla invertida Kayaba de 43mm es brillante. Permite una conducción sólida y estable sobre cualquier tipo de firme y aunque aumentemos la velocidad, hasta cifras inconfesables, el tren delantero no se aligera. Eso sí, si te animas acelerando comprobarás que el flujo de aire llega “sin filtros” a tu pecho y al casco. No hay protección alguna, pero tranquilo, en la 797+ cuentas con una tapa de asiento trasero y una pequeña cúpula que será tu mejor compañera de viaje.

 

Ducati ha hecho un gran trabajo para minimizar las vibraciones. Ni si quiera los retrovisores se resienten de ellas, no obstante el campo de visión queda algo oculto por tus propios hombros. La posición de conducción es cómoda, típicamente Monster, con la espalda ligeramente echada hacia delante y un gran control sobre el tren delantero, para no cansarse al hacer kilómetros. La visión sobre el display del cuadro de instrumentos es muy buena, con una lectura clara y concisa, aún en los momentos del día con el sol en posición cenital. Lástima que no indique la velocidad engranada ni ofrezca más información sobre consumos y autonomía. 

 

La mecánica nos conquista a cada kilómetro que pasamos, recorriendo los trazados más ratoneros de la orografía grancanaria. Predomina esa elasticidad que te permite disfrutar de la conducción sin necesidad de estresarte. Te marcas un ritmo y lo mantienes de forma muy sencilla. Y cuando te das cuenta compruebas que te ha cundido, sobre todo teniendo en cuenta que “sólo” disponemos de 75CV. Y es que son 75 caballos aprovechables, tanto por una parte ciclo que te permite trasmitirlos todos al asfalto sin perder ni uno de ellos como por la forma progresiva en la que llegan, sin filtros electrónicos.

 

 

En cuanto te animas, sale a relucir el carácter deportivo impregnado en el ADN deportivo de toda la saga Monster. El motor responde con contundencia y solidez. Puedes abrir sin miramientos y, a pesar de no contar con asistencias electrónicas, la potencia llega en su justa medida, respondiendo fidedignamente a tus órdenes con el acelerador. La diversión está asegurada con la Monster 797. Diversión bajo control. Es una moto que se siente y en la que cada kilómetro se disfruta.

 

Las suspensiones trabajan conjuntadas, con tarados ideales para las curvas y toboganes peraltados de las carreteras canarias. La sólida horquilla Kayaba de 43 mm se siente muy cómoda con una conducción más dinámica. El amortiguador trasero Sachs, regulable en extensión y precarga, permite extraer al chasis tubular unas sensaciones dinámicas ágiles y estables en los pasos por curva estirando el motor hasta más allá de las 8.000rpm, donde el desmodrómico lo da todo. La pareja de discos de 320 mm de diámetro con pinza de anclaje radial rubrican una frenada impecable que, junto con la horquilla invertida, dan una combinación muy contundente en carreteras de curvas. Es uno de los aspectos que más nos gustó de la Monster 797 y que nos dejó en el paladar ese regusto de Monster original.

 

 

Si no buscas prestaciones máximas, pero te gusta pilotar, y decimos PILOTAR con mayúsculas, esta nueva Monster 797 recupera la esencia original. Una moto muy fácil de conducir y polivalente, aunque sin rayar en lo vulgar. Tiene estilo propio y un motor que, desde las 3.000 rpm, entrega un caudal de sensaciones hasta que corta a 9.000 rpm. El centro de gravedad bajo y la posición de conducción encajan con unas sensaciones que son esencialmente de moto deportiva, por mucho que sus prestaciones no sean las de una Panigale. Un carácter que sólo pueden ofrecer los miembros de la familia Monster.

 

Ducati ha acertado de pleno con una moto siempre será la compañera perfecta del piloto y que, comparada con sus rivales del mercado, ofrece una dosis extra de pasión. Una moto con carácter que te permitirá disfrutar de un auténtico pilotaje, haciendo suyo el ritmo que cada uno se marque, desde los primeros kilómetros. Una moto sencillamente pasional que sólo cuesta 7.300 € y que no nos extrañaría que fuese la Ducati más vendida del año… Veremos. ¡Argumentos no le faltan! ¿Te animas a probarla?

 

Unidad de prueba cedida por Ducati Canarias, importador de Ducati para las Islas Canarias

 

Prueba realizada por el equipo de Canariasenmoto

 
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