03 de Julio de 2016
Después de salir de trabajar tenía una cita en Gubra, esa tarde probaría la nueva Triumph Explorer 1200. Tenía bastante curiosidad por su comportamiento, ya que yo tengo la Triumph Tiger 800 XC.
El día elegido no hacía el tiempo idóneo en Las Palmas, pues amenazaba lluvia. Tras una breve explicación por parte de Oliver, arranqué sin rumbo definido. Ya en el primer tráfico de la autovía la moto se mostró ágil entre los coches. No llevar maletas ayuda y mucho.
Enfilé el túnel Juan Luengo para dirigirme hacia Agaete, aunque la lluvia y el tiempo de
la prueba no me dejaran llegar. Decido hacer algunas fotos.
El equipamiento que lleva hace casi necesario un curso para ello, y como no me puedo
quedar quieto pues me dedico a hacer pruebas de todo lo que trae. Lo primero es jugar con los modos de respuesta configurables: Rain, Road, Sport, Off-Road y Rider.
Me muevo por los tres primeros, a parte de la respuesta de motor, también las suspensiones semiactivas es adaptan automáticamente, pudiendo ser cambiada la respuesta de la suspensión desde una piña y viendo los valores en el panel de instrumentos digital, se cambian en marcha, para cambiar los modos de respuesta de motor, hay que estar parado, o bien tener cogido el embrague si estamos en marcha. (esto me costó encontrarlo ya que no estaba informado).
La respuesta del motor en carretera me gustó, aunque genera alguna vibración que hace que los retrovisores no paren quietos, hacienda solo visibles bultos en ellos.
También lleva el parabrisas regulable electrónicamente y se nota, solo jugar una vez con el se siente la diferencia, o te comes todo el aire de frente o no lo sientes. Solo les falta integrarlo en los modos de respuesta.
Pasé del modo Sport al modo Rain, la suspensión se cambió a confort y parecía que estaba en el sofá de casa. Que placer tener una moto así. Aunque para mi gusto, demasiada electrónica.
Con esta moto hacer kilómetros que es lo que a mi me gusta tiene que ser un placer, en el apartado de consumo no tengo ni idea, no me dio tiempo a comprobarlo.
Lo ultimo que probé fue el control de velocidad de crucero, pero no le pude sacar jugo, porque ya estaba de vuelta y tenia que dejar de sonar. Le dejé la moto a Enrique, su usuario habitual.
Su estética me conquisto antes de probarla, su respuesta me enamoró una vez la probé.
He leído que lleva alguna que otra ayuda más, como ayuda de arranque en pendiente, pero no dio para mas el tiempo de prueba, quizás deberían dejármela un fin de semana.
Eduardo González es un burgalés que lleva un par de años afincado en Canarias. Le encantan las motos y en su patria chica en el norte de Burgos ha formado part de un Club local de Vespas, e incluso ha participado en el Vespa Raid por el desierto del Sahara.