Yamaha T-Max 500: la deportiva más fácil de pilotar

Ya hace tiempo que probamos la anterior versión de esta “moto” y digo “moto” en lugar de scooter porque es eso, una moto, automática pero moto, con la que disfrutamos de lo lindo por las carreteras de Gran Canaria.

Ver anterior prueba de la Yamaha T-Max 500 (marzo de 2009)

Ahora le tocaba el turno a la nueva versión y en una isla diferente. Gracias a la gentileza de Fllick-Moto, Concesionario Oficial Yamaha para toda Canarias, pudimos “divertirnos” durante tres días por la fascinante Isla de Tenerife.

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Qué ha cambiado en esta nueva versión; El chasis es ahora de aluminio fundido a presión, las suspensiones son de más calidad, de hecho las barras de la horquilla delantera han aumentado su diámetro hasta 43 mm, los frenos, tres discos, dos delante y uno detrás, cuentan con las pinzas monoblock de la anterior Yamaha R6, las manetas son regulables en cinco posiciones y las llantas han crecido hasta las 15 pulgadas en ambos trenes…

En cuanto al motor ha habido pocos cambios porque Yamaha ha decidido conservar el equilibrio de este modelo que se vería comprometido con un aumento de cilindrada que conllevaría más potencia pero que también acarrearía más peso.

Todos estos cambios, sumados a los buenos recuerdos de la anterior prueba, formaban una mezcla de impaciencia y expectación por que llegara el momento de la prueba. Recogimos la moto en las instalaciones de Flick-Moto en la Avenida Anaga justo en día que anunciaban  fuertes lluvias por toda la isla que se confirmaron durante dos de los tres días de la prueba.

Nada más subir a la moto te encuentras con que el asiento ha cambiado, ahora es más confortable y es más fácil llegar al suelo (es apta para cualquier talla) y el cuadro de instrumentos en mucho más moderno y atractivo. El cuentarrevoluciones pasa a ser digital, el velocímetro, analógico, se sitúa en el centro. El tercio inferior de la esfera es una pantalla informativa de cristal líquido. A los lados encontramos otras dos esferas más pequeñas que nos informan de la temperatura del motor y nivel de combustible. Se incorporan, en la zona de descanso de los pies, unas placas personalizadas que le dan un toque de distinción.

En la parte delantera se dispone de dos guanteras, sin llave, de tamaño respetable y bajo el asiento, que ahora se abre desde delante hacia arriba, está la boca de llenado del depósito de gasolina de 15 litros y un generoso hueco donde cabe sin problemas cualquier casco integral e incluso dos jet medios enfrentados.

La Yamaha T-Max no es una moto pequeña, mide 2,20 metros , ni ligera, pesa más de 200 kg, pero se maneja en cualquier situación con una facilidad increíble. Algo tendrán que ver el diseño del conjunto y el reparto de pesos. Incluso en parado, no es una moto que te haga sudar para sacarla del aparcamiento, pero lo bueno viene nada más comenzar a moverse, cuando, independientemente de la velocidad, esos 200 kilos se esfuman y se conduce con una agilidad similar a la de cualquier 125cc.

En ciudad quedas asombrado por la manejabilidad y su suave tacto. La unidad de pruebas disponía de frenos ABS lo que supuso una ventaja a la hora de frenar sin miedo sobre los mojados adoquines, pinturas del asfalto e incluso sobre las vías del tranvía… La suave, aunque imparable, entrega de potencia tampoco ponen en riesgo el agarre de la rueda trasera que siempre nos permite movernos con seguridad por la ciudad sin tener que pensar en el tipo de superficie sobre el que tenemos que abrir gas. Convertiremos, con comodidad, seguridad y sin estrés, el desplazamiento por el abarrotado tráfico urbano en una actividad divertida.

Cuando sales a carretera abierta, el parabrisas te evita el impacto del viento, no hace falta agacharse. El motor empuja con contundencia hasta mucho más allá de las velocidades legalmente permitidas (puede llegar hasta 180 km/h) y como dice la propia fábrica, para qué aumentar la cilindrada y las prestaciones… Yamaha ha preferido no entrar batallas de  prestaciones absolutas sino ofrecer su propio producto, con unas cualidades dinámicas exclusivas que le permiten situarse un paso por delante del resto.

En rectas, el motor de la T-Max es progresivo y va empujando con fortaleza y contundencia. Terminan  antes tus propios límites que las posibilidades del su bicilíndrico. El embrague es muy progresivo y no existen los típicos tirones de “enganche y desenganche” de la campana tan típicos de los escúteres. Otro detalle que asimila más al T-Max a una moto.  La estabilidad es ejemplar a cualquier velocidad y la posición de conducción es muy cómoda. Los kilómetros pasan sin la menos muestra de fatiga.

Pero donde el T-Max se siente realmente en su salsa es en zonas reviradas donde podrá dar más de una sorpresa a algún despistado con moto deportiva. Los más de 43 caballos de su motor cunden muchísimo e impulsan a esta Yamaha a 100 km/h. en tan sólo 4 segundos. Las sensaciones, sobre todo de su chasis y en las frenadas, son comparables a las motos deportivas. El tacto general en zonas de curvas se asemejan al de cualquier moto sport de gran cilindrada pero consiguiendo rodar al ritmo de éstas con muchísima más facilidad.

Asombra la rapidez con la que es capaz de cambiar de dirección y lo fácil que es “insinuarle” la trayectoria al tren de rodaje de la T-Max. Tu lo piensas y ella “lo copia”, así de sencillo. Lo pasas realmente bien enlazando curvas con suma facilidad. Ni las suspensiones, sobre todo su fantástica horquilla, ni la frenada se ven sobresaturada de trabajo en ningún momento. Otro punto distintivo de la T-Max es la lograda retención que ofrece su motor y transmisión. Si te aplicas con contundencia los Dunlop Sportmax que equipa de serie te permiten inclinar hasta ángulo impensables para motos de este tipo. El límite en el lado derecho es el caballete…

Subjetivamente mejoraría.-

• El precio. No es una moto barata aunque seguro que vale lo que cuesta.
• Las guanteras delanteras podrían llevar cerradura para poder dejar algunos objetos a salvo.

La Yamha T-Max se ha convertido en muchos países, sobre todo en Italia, en un fenómeno social y no me extraña porque cualidades no le faltan. Es una moto que lo hace todo fácil. Es estable, noble y segura, polivalente para todos los días, con capacidad de carga, ágil en cualquier tipo de vía y que además ofrece como valor añadido el carácter deportivo de los modelos más radicales. El equilibrio en el concepto es, seguro, la clave de su éxito.

No necesitas tener más de una moto para cubrir todas tus expectativas, con la T-Max puedes cubrirlas todas. Es la “moto” con la que conseguirás un alcanzar un pilotaje deportivo de la manera más sencilla posible. La Yamaha T-Max es la definitiva “Easy Sport Bike” Más de 100.000 usuarios no pueden estar equivocados.

Unidad de pruebas cedida por Flick-Moto, Concesionario Oficial Yamaha en Canarias

Precio Yamaha T-Max 500 ABS   (Tarifa abril 2011)  10.499 €
Precio Yamaha T-Max 500          (Tarifa abril 2011)    9.799 €

Texto: Fernando Jiménez
Fotos: Hacomar López

Equipo de Canariasenmoto.com