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Quique de Vidania en el TT Isla de Man 2014 (II)

23 de Julio de 2014

Quique de Vidania en el TT Isla de Man 2014 (II)

Enrique de Vidania quiere copartir con los lectores de Canariasenmoto.com su experiencia a una de las carreras de motos más atípica y con más solera del panorama motociclista mundial, el Tourist Trophy de la Isla de Man.

 

Enrique de Vidania, Quique para todo el que le conoce, es un palmense que,  por motivos laborales, reside en Melide (A Coruña). Quique es el autor del blog www.grandespremiosdemotos.com

 

"Escribo este blog para intentar contar a todas las personas interesadas en el mundo de los Grandes Premios de Motociclismo la experiencia que he vivido en ellos, así como, para que os sirvan los consejos que pueda aportar y las anécdotas que me han ocurrido en el transcurso de todos estos años. Aparte de ser motero desde hace más de 10  años y de llevar más  de 100.000 km recorridos con diferentes motos, tanto a través de  la Península Ibérica como de  Europa, soy un gran aficionado a los Grandes Premios..."

 

Quique de Vidania en el TT Isla de Man 2014 (II).- En el circuito de la montaña

 

Jueves, primer día en la isla. Recién llegados, Pili y un servidor, nos instalamos en el camping, y con toda la disponibilidad del mundo para vivir nuestro estreno en la TT.

 

Estaba tan acelerado como una moto, no sé si por ser la primera vez viviendo ésta experiencia en La Isla de Man o si por el contrario, porque de verdad apurábamos el tiempo al máximo, tanto para conocer la isla, como por estar en todo momento en el TT. Pues era realmente Jueves, primer día en la isla. Recién llegados, Pili y un servidor, nos instalamos en el camping, y con toda la disponibilidad del mundo para vivir nuestro estreno en la TT.

 

Estaba en plena Isla de Man y curiosamente el clima lluvioso, de cielo gris y blanco con algo de niebla me resultaba tan familiar que mi sensación era la de estar en Galicia; mi casa. Ciudad en la que vivo desde hace unos meses. 

 

A pesar del tiempo en contra, y considerando que los entrenamientos eran de tarde, decidimos aprovechar la mañana y nos fuimos a 20km del camping al pueblo costero de Peel para así hacer también algo de turismo por la isla.

 

Tan sólo fue poner los pies en el suelo, nos encontramos con un grupo reducido de españoles con quienes habíamos coincidido en el Ferri de trayecto Santander - Portsmouth. Para mi alegría y sorpresa, dentro del grupo de españoles, pude encontrarme con el canario Pepe del Pino, con quién habíamos coincidido días anteriores al viaje.

 

Después de alguna experiencia de viajar en grupo y sabiendo los tiras y aflojas donde hay tanta gente, y cada uno con una opinión y visión propia de las cosas, optamos por movernos solos durante estos días, ya que, no nos apetecía perder un sólo de los cinco días que íbamos a estar en la Isla. De acuerdos los dos, así partimos y viajamos por la isla siempre.

 

Teniendo en cuenta las condiciones de montaña y el clima de cara con el que nos habíamos encontrado nada más llegar, decidimos irnos al sur de la isla. Puesto, el parte meteorológico anunciaba que el viernes estaría mejor, creímos ésta era la mejor opción: dejar el norte para el viernes en nuestro segundo día en la Isla.

 

A Pili, y a mí, se nos une Pepe. Nos dirigimos al sur por la A27 dirección Port Erin. Si no fuera porque sé que estoy fuera de España, pensaría por algunos momentos estar viajando por ella. En esta ocasión, las carreteras tienen un parecido a la zona de Arriondas (Asturias) sorprendente. Un carril solo para cada sentido de la marcha, rodeado de campos y árboles. 

 

 

La preciosidad del paisaje no se nos resiste en parar durante varias ocasiones para llevarnos inmortalizados a casa la preciosidad del lugar

 

Más adelante, nos detuvimos en uno de los pub de Port Erin para llenar el estómago; con la barriguita llena y el corazón contento, volvimos a ponernos en marcha dirección Castletwon, previa visita en Port St Mary por la carretera que va del sur de la isla; de oeste, a este (A5). Escasos 7,5km entre los pueblos, más cerca uno del otro de lo que aparenta.

 

En Castletwon "La ciudad del Castillo" nos recorrimos cada uno de sus rincones, sin poder obviar naturalmente la entrada al castillo.

 

 

En uno de los típicos restaurantes ingleses de la zona, aprovechamos para almorzar un pescadito típico. De paso, para ver y comentar desde allí mismo nuestros primeros entrenamientos en la isla.

 

Regresados al norte, y al camping donde nos alojábamos a nuestro libre albedrío tal como queríamos sin organizaciones ni ataduras, nos fuimos a la curva de Ballacraine, donde nos habían comentado era uno de los mejores sitios para colocarnos. Además era perfecto, estábamos a cinco minutos del camping por si se nos hacía de noche, por las horas de comienzo a las 18:20.  (Sidecars) hasta cerca de las 22:00.

 

Igual que en los rallys, en el TT el público va cogiendo sitio en cualquier lugar desde donde se pueda apreciar la carrera. Además algunos hacen negocio en los aledaños de las viviendas colocando gradas supletorias, mientras otros nativos permiten el acceso gratuito a sus parcelas, con la única condición de no invadírseles su sitio para también poder ver el paso de las motos.

 

Ballacraine está situada entre la milla 7 y 8 del circuito. Curva a derechas precedida de una larga recta por la que subir hasta Ballaspur. Las trazadas son tan increíbles, que imagino la adrenalina al pasar en carrera.

Después de hacer un análisis de lo visto, y pasar con las motos por el tramo, decidimos dejar las motos en sentido al camping, y subir caminando unos 100m hasta la curva para ponernos en sus alrededores. 

 

Reconociendo nuestra inexperiencia, y como novato, pregunté a un Marshall el modo en que se desarrollaba el tramo.

 

Muy amablemente me indica: Está prohibido situarse en el interior de la trazada.

Las pintadas de líneas pequeñas amarillas en el borde de la acera y la carretera indican donde se situarán las vallas.

 

Ante estas indicaciones, me entran dudas por dónde colocarnos sin correr tampoco peligro, y que pudiéramos ver lo mejor posible la curva de la que tanto había escuchado su espectacularidad.

 

Una de las alternativas eran unas gradas situadas al inicio de la curva, por la cual había que desembolsar 5£. Pero.... Esa opción, no era de mi agrado. Alguna otra posibilidad debía de existir, y seguí buscando, reconociendo sobre el terreno, mientras mi compañera de aventura en la Isla de Man Pili, y Pepe seguían en su conversación, mientras yo pensaba que estaban comentando lo pesado que soy... sin terminar de pensar sobre dicha conversación, veo una casa justo en el vértice exterior de la curva con un andamio en el jardín, y le pregunto al dueño; ―"Buenas caballero ¿Podríamos ver los entrenamientos desde su andamio?"- respondiéndome; ―"No es seguro para más gente. Estamos mi señora y yo, más cuatro chicos, y podría caerse abajo"- explica mientras gestualiza con sus manos, y la cara estremecida de miedo- Le asedio, y le ruego para que nos deje subir, y finalmente persuadizo y logro que nos encaramemos.

 

Estratégicamente pensado, y al ser una zona de bastante afluencia de aficionados, allí estaba apostada una caravana en la que los fish and chips, las hamburguesas, los hot dogs, las bebidas, etc., volaban entre las manos de los aficionados, incluso de las mías, cuando me comía mi primer fish and chips del viaje. Y es que después de hora y media, viendo gentes con looks, hablas diferentes e inclusive hasta los propios Marshall no pasaban desapercibido mientras limpiaban la carretera desde la entrada de la curva hasta la salida.

 

 

Una tarde intensa de emociones, desde que dejamos la moto, hasta que conseguimos por méritos propios, encaramarnos en aquel andamio. De este modo, vimos pasar los primeros sidecars, a las 19:15 a las Supersport  y de seguido a las 20:00 las Superbikes. ¡Adrenalina pura, impresionante, puro espectáculo! El aullido de los motores, sin cesar y la destreza de los pilotos al pasar por aquel tramo de carretera por la que antes habíamos pasado nosotros, resultaba un espectáculo para no perdérselo por nada del mundo, además de querer se alargase más en el tiempo de participación.

 

 

Bruce Anstey

 

 

Guy Martin

 

 

Holden y Winkle

 

 

Lambert y Cole

 

 

Karl Harris

 

Finalizada la jornada volvimos al camping para descansar. O eso era lo que pretendíamos después de un largo y emocionante día en La Isla de Man, y digo pretendíamos porque era tal la emoción que teníamos en el cuerpo ante nuestra primera experiencia en el TT que pasamos largo rato comentando como vivimos la experiencia del día de hoy.

 

Viernes. Segundo día en La Isla de Man, y como habíamos planteado el primer día, y dada las condiciones climatológicas, aprovechamos la mañana para visitar la zona norte de la isla. Aunque en La Isla de Man el traje de agua debe ser parte del equipaje siempre que se vaya en moto. Ése día, Pepe se une nuevamente a nosotros.

 

Cogimos la carretera A3 que va por el oeste de la isla hasta Ballaugh Bridge, donde se halla el tan nombrado y famosísimo salto. Y ahí mismo paramos un rato, curiosos para ver pasar las motos.

 

Ante esta situación, y motivación de quienes quieren emular a sus ídolos, pudimos ver a la policía pasando ciertos controles disuasorios.

 

No sé si prudente e imprudentemente, ahora, ilusionado como un niño por vivir estos momentos de historia de La Isla de Man, hice el recorrido varias veces, para que Pili me fotografiase, y guardar así esas instantáneas para siempre del recuerdo histórico de ésta mi primera vez en La isla de Man.

 

 

Al acabar nuestra seción de fotos, seguimos por la A17 rumbo al norte, para luego irnos al punto más norte de la isla y por la que tendremos que coger la línea A16 que llega hasta Point of Aire.

 

 

Todo esto da origen a que tenía que llegar en hora a mediodía al Grandstand ya que quería recoger el pase de prensa, y teníamos las entradas para ver los entrenamientos en las gradas.

 

Optamos por comenzar a bajar y ya nos vimos en la curiosidad de hacer la primera parada en el pueblo de Ramsey (segundo municipio en población de la isla) y lugar donde da comienzo la subida a Snaefell, más conocía como la montaña. Seguimos nuestra bajada pero en éste caso subimos por la carretera (A18) de curvas y curvas que parecen acabar al llegar a una curva de 180 grados, y donde se encuentra un control de policía con radares.

 

 

Seguimos nuestro recorrido pero dirección arriba, y nuestra gozo en un pozo, las curvas prosiguen de derechas a izquierdas hasta que de pronto en Gooseneck; la carretera y las montañas se abren. A esa altura de la carretera podemos contemplar un pequeño cartel amarillo que indica no el fin del límite de velocidad. Sorprendido, y sin pensarlo, me paro a la izquierda de la carretera, y sin querer olvidar un segundo de todo lo que hemos visto, y lo que creo vamos a ver, le pido a Pili que coja la cámara de fotos, y la ponga en modo de vídeo; continuamos la marcha, mientras la cámara grababa todo el tramo de montaña: indescriptible, emocionante, inolvidable… ¡qué sensaciones más extraordinarias!

 

La carretera estaba en perfecto estado, además el tiempo nos acompañaba, y la emoción de estar allí en la isla, como había querido desde aquel momento en que por primera vez escuché hablar sobre La Isla de Man de mano de Pepe Burgaleta y Sergio Romero y tras ver miles de motos rondando por la isla, el sonido y el olor característico de las motos, no pude evitar terminar contagiándome, y ocurrió lo que tampoco puse frenos; con la adrenalina, la emoción por estar allí, y casi sin querer empiezo a acelerar y al final termino por dar gas. A pesar de todo íbamos con precaución y un margen de seguridad de 140km/h. Sin embargo, por algún momento nos pasaron motos a tal velocidad, que ni siquiera pude ver la marca de la moto. Abismal la velocidad de aquellos pilotos.

 

El trayecto bien puede ser hasta donde termina la montaña, o por el contrario se puede parar en Bungalow; por supuesto sin ninguna duda, nosotros optamos por la segunda opción. En ella se sitúa la mítica estatua en honor a Joy Dunlop y eso era otra de las cosas que no podíamos obviar en nuestra ruta turística del día. 

 

 

Y así una vez habiendo hecho los honores al gran Dunlop nos dirigimos al mítico y de paso obligatorio bar Creg- ny- Baa, quien me sorprendió el poder estar tomando tranquilamente una cerveza y a menos de 5m de la carretera.

 

Para mí, es éste tramo el más espectacular de toda la isla, ya que, puede verse venir a las motos en una larga recta de bajada, trazar una curva a derecha y enfocar la moto directamente a Douglas, mientras el aficionado se toma su “pinta” fresquita.

 

 

Si algo me quedó grabado por su espectacularidad, fue ésta curva. Así que, si algún día vuelvo al TT iría a ésta curva y a Bray Hill sin dudarlo ni un segundo.

 

A pesar de ir con el tiempo ajustado, y estar cerca del Granstand, quisimos ir a Laxey para ver la famosa rueda que está allí, y la que también entraba en nuestro tour, ya que, quizás es esto lo más visitado y turístico de la isla en éste momento.

 

Teníamos que pagar para poder entrar, pero como nosotros íbamos con el planteamiento hecho de no pagar por todo, optamos por ir con las motos hasta la parte de atrás, y verlo desde allí gratis tras unas vallas. Y menos era más que no ver nada.

 

 

Después de la mañana de turismo que nos pegamos entre pecho y espalda, nos fuimos directos al Granstand. Lo primero que hicimos fue recoger el pase de prensa y también entregar a la organización un libro del centenario español, el cual, recogieron con bastante agrado y agradecimiento. Tanto fue así, que manifestaron su intención de colocarlo en su librería.

 

Tras recoger el pase, y entregar el libro, nos dedicamos a recorrer todos los boxes, donde al contrario que en MotoGP están totalmente abiertos, y se puede llegar hasta los pilotos y, el resto del equipo.

 

 

Nos llamó poderosamente la atención como el mismísimo Michael Dounlop se encontraba de mecánico de su moto; como podría esperarse, podría vérsele sólo  cambiándole el aceite. No, no. Michael Dunlop estaba abriendo el motor.

 

Por si fuera poco el gesto de cercanía con los aficionados que hasta el boxes se acercaban, y habiendo terminado toda la parte de reparación mecánica de su moto, y sin una mala cara, o gesto desaprobatorio, firmo autógrafos y se fotografió con los aficionados que se lo pedían.

 

Sin parar, seguimos el ritmo del circuito y nos dispusimos a comer en la milla 38, que así es como la llaman y la que la organización habilita para tal efecto. Y donde nos encontramos con el grupo de españoles con quienes compartí el barco de ida a la isla.

 

Esa misma tarde aprovechamos para hacer compras. Quizás es éste el momento más delicado de la visita a la isla; pues, si no tienes la cabeza fría, o te fundes en un tris, tras la tarjeta de crédito o alguna persona que bien te quiera, te parará los pies, como me sucede a mí, y que gracias al ‘vale ya’ de Pili evita exceder: era capaz de comprar hasta el casco de “Arai del TT”.

 

 

Así y todo, compramos bastantes cosas que ya veríamos donde las íbamos a llevar en las motos de regreso a España, pero esto ya era otro cantar, y como dice mi padre “Dios proveerá”, que así sea, pedí. Mientras, cargados como mulas de compras, y estando a punto de empezar los entrenamientos nos fuimos a las gradas.

 

Una vez ubicados, yo le saque mucho provecho a mi pase de prensa, y me fui a la zona destinada en pasar las verificaciones las motos. 

 

Aproveche la ocasión para que Michael Dunlop y John McGuinness me firmase una foto, y de igual modo fotografiarme con Bruce Anstey y con el gran McGuinness. La nota discordante la viví con Gey Martin quien no quiso o no podía (este piloto se asemeja a los corredores de MotoGP aunque no ha logrado una victoria nunca en una carrera es el más mediático).

 

 

Me llamó poderosamente la atención como algunos pilotos principalmente Bruce Anstey  se concentra sentado en su silla con las gafas de sol.

 

 

¡Atención! se va avisando para que vayan saliendo las motos de los boxes y poco a poco, se van situando en la misma calle para aprovechar y retocar ó ajustar los últimos detalles. Como quien no quiere la cosa le pregunto al ayudante de Michael Dunlop si podría fotografiarme con él, o si por el contrario no era el momento apropiado a 5 minutos de que se diera la salida. Su ayudante, amablemente le pregunta y Dunlop me dice que por supuesto ¡me quedo flipando, a 5 minutos de   darse la salida en el circuito más peligroso del mundo, y éste señor que se jugará la vida, me permite fotografiarse!

 

 

Su comportamiento cercano y afable me sedujo desde el primer momento ¡cómo son las cosas!… ¡estaba yo, más nervioso que él. Los pilotos de “MotoGP” se ponen gafas, escuchan música, y algunos se niegan hablar con las TV, y medios de prensa escrita, ya que dicen están concentrados e intentando no caer en ninguna distracción.

 

 

Se hacen las 18:20 me quedo viendo la salida de Supersport. Los primeros 16 pilotos a competición van tomando pista de dos en dos, después de bajar la rampa y a puerta "gayola" colocada para la ocasión.

 

 

Durante un largo rato estuve viendo y observando muy atentamente como preparaban las motos, y como los pilotos llegaban a su box.

 

Siguiendo el protocolo de la organización, y tal como había podido ver el día anterior, la primera categoría de TT en salir eran Supersport, y de seguido la Superbike, para terminar la jornada tomaba pista las Zero (eléctricas) estas últimas ya sí me quedé viéndolas desde la grada con Pili hasta que se hizo casi de noche. 

 

Con las gradas totalmente vacías, o al menos hasta donde podía ver, hizo que fuéramos los últimos por abandonar las gradas, y no me sorprende demasiado, ya que, no es la primera que vez que me pasa.

 

Tras después de apurar todo lo posible, y un poco más, dada la hora que era, y los pocos restaurantes que podríamos encontrar abiertos, aprovechamos para cenar en la 'Milla 38'.

 

Con todo ello era éste el segundo día que llegábamos tarde al camping, y derrotados después de un día ajetreado; moto para acá, y moto para allá; emoción va y emoción viene, con los magníficos momentos de cada uno de ellos que no cambio por nada.

 

Por si nos quedaba algo de fuerzas, ya que las ganas parecían intactas, hicimos la parada obligatoria en el bar del camping para tomar una cerveza y de paso ver los resúmenes del día que la cadena de televisión ITV4 emitía todas las noches sobre esa misma hora.

 

En plena emisión del resumen aparecen en la pantalla hablando Michael Dunlop y John McGuinness  y al lado de ellos ¡oh! Siento un salto en el estómago... Ahí, al lado de los dos grandes ¡estaba yo! No podría ser de otro modo, la gente del bar, dirigen como escopetas sus miradas hacia mí, como queriendo reconocer y confirmar era yo el chico que aparecía en la pantalla. Si ellos estaban incrédulos, más lo estaba yo, no esperaba verme en ningún tipo de reportaje.

 

Continuará...

 

Quique de Vidania en el TT Isla de Man 2014 (I).- El viaje hasta la Isla de Man

 
 
Fuentes de la noticia

www.grandespremiosdemotos.com

 
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