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Prueba Suzuki Van Van 125, rejuvenecedora experiencia

08 de Junio de 2015

Prueba Suzuki Van Van 125, rejuvenecedora experiencia

Son muchas las motos que pasan por las manos de nuestro equipo de pruebas; desde inagotables naked con cerca de 200 CV a asequibles scooters ciudadanas de 125cc, pero reconozco que la Van Van de Suzuki es una moto que siempre me ha atraído por su originalidad y por la adecuación de su esquema para el territorio de Canarias. 

 

Una estética que, aunque viene de aquellos lejanos años 70, no ha perdido ni un ápice de su frescura. Ese diseño “playero” de ruedas gordas la hacen irresistible para cualquiera que se sienta atraído por los iconos como pueden ser las “Vespas”, “Lambrettas” o, aquí en Canarias, las míticas “Honda 70”. Van Van , un nombre onomatopéyico que hace referencia al sonido de su motor original, cuando era de dos tiempos.

 

Pole Position, concesionario oficial Suzuki en Las Palmas, nos invitó a coger su unidad de pruebas -disponible para cualquier cliente que quiera probarla- y movernos con ella durante unos días que resultaron ser cortos, rejuvenecedores y llenos de experiencias, casi olvidadas… ¡Cuándo las motos sólo eran divertidas, sin más aspiraciones!

 

La Van Van no engaña a nadie. Es una moto concentrada, incluso de dimensiones más contenidas que lo que aparenta en fotos. Pero es acogedora, incluso si vas con acompañante, sobre todo por ese sillón corrido que nada más que presagia buenos momentos. Aparentemente, su robustez es notoria… Una moto que no te va a dar problemas, lo que no es mala carta de presentación.

 

Esta simpática trail de ruedas gordas, que se puede llevar con el carnet de coche, lleva muchos años disponible en el catálogo de modelos de Suzuki para España, y si la siguen manteniendo es porque hay muchos usuarios que se identifican con esta filosofía y finalmente, la compran. Un concepto que no ha parado de actualizarse para llegar a nuestra época con un motor de 125cc e inyección electrónica -en Japón está disponible también en 200cc- que se adapta a las preferencias de nuestra actual coyuntura.

 

Podría llegar a pensarse que la Van Van está sacada de un cómic, pero no es así, a pesar de que su rebosante simpatía insista en esa idea. Es una moto funcional y efectiva, casi en cualquier situación. El manillar es ancho y facilita mucho cualquier maniobra. El reloj está justo donde debe estar situado e incluye un velocímetro analógico con totalizador y parcial de kilómetros y cinco testigos luminosos. Simple y funcional.

 

El depósito, minimalista, está abrazado por un asiento cuya foto podría ilustrar la definición de “comodidad” en el diccionario. Y además está situado a sólo 770 mm del suelo, lo que quiere decir que cualquier humano de desenvolverá con soltura sobre la Van Van. Los neumáticos, seña de identidad de esta moto, ofrecen medidas, a priori, exageradas para ella, sobre todo el trasero. La Van Van lleva dos “donuts” de ¡130/80 -18 delante y 180/80-14 detrás! Una estética que se completa con un escape de salida elevada, dos llantas de radios que acogen los “roscos” y un sistema de frenos compuesto por un disco delantero y un tambor trasero… ¿Suficiente? Vamos a verlo…

 

Para la mecánica, Suzuki ha hecho una apuesta segura, un sencillo y fiable monocilíndrico de 4T, con culata OHC de 2 válvulas es el encargado de dar vida a la alegre Van Van. Declara una cifra de potencia de 12 caballos que están realmente bien aprovechados, en parte gracias a la implementación de una caja de cambio con seis velocidades. Con un abanico de posibilidades de marcha tan amplio, se dispone de buena aceleración en ciudad y de una muy meritoria velocidad en carretera –alrededor de 100 km/h en condiciones favorables-, para tratarse de un sencillo motor refrigerado por aire y que tiene que mover unas sobredimensionadas ruedas, y además, con tacos.

 

Sentado sobre la Van Van, justo antes de iniciar nuestra experiencia, sorprende el amplio radio de giro, gira fácil y mucho, y la posición de conducción, con el asiento bajo y el manillar ancho, que presagia que va a ser muy fácil llegar hasta la zona ZAM del semáforo metiéndote entre los coches parados. El asiento y los mandos, son tipo retro, casi espartanos, pero adaptados a este siglo. El asiento corrido cumple tanto su cometido estético como su función de hacer nuestro tiempo sobre la Van Van mucho más cómodo.

 

Pulsamos el botón de arranque y el motor cobra vida con absoluta discreción. Silencioso, suave y dócil. Metemos primera y comenzamos a avanzar con suavidad. Una sensación placentera se apodera de ti. ¡Me gusta! La agilidad es increíble, justo lo contrario que la mía, pero sus pocos kilos compensan lo míos y me muevo como pez en el agua por cualquier carretera. El cambio es muy suave, invita a usarlo muy a menudo. La subes de vueltas y empuja silenciosamente de forma constante, sin zonas críticas del cuentavueltas. La primera es muy corta, sólo para salir, e incluso se puede obviar cuando la situación lo aconseje. Seguro que está pensada para salir de cualquier zanja en la que te metas, con acompañante. En todo su rango de potencia, el motor apenas transmite vibraciones.

 

Las suspensiones trabajan bien, incluso habría que destacar el buen papel del amortiguador trasero, aunque parte del mérito “amortiguatorio”, si me permiten “el palabro”, hay que atribuírselo a los grandes donuts que son capaces de absorber las irregularidades del terreno de forma magistral, haciendo que nuestro trayecto sea fácil y placentero, incluso pasando por las trincheras que adornan muchas de nuestras calles y carreteras.

 

Nos animamos y dejamos la ciudad atrás buscando esa luz que sólo hay en zona de playa. Recorremos el sureste de la isla poniendo a prueba su chasis por sinuosas carreteras de asfalto, o por caminos de tierra, e incluso ya puestos, por terrenos agrestes para llegar a cualquier rincón, hasta ese punto que sólo se meten las Volkswagen de los surferos, recuperando esa diversión sobre dos ruedas de nuestra juventud, en la que la libertad que te daba una moto era lo máximo a lo que cualquier joven podía aspirar.

 

Y la Van Van lo hace todo fácil, sobre todo por su motor, que se queda un poco corto por desarrollo y potencia, es uno de los motores más fáciles y simples de llevar del mercado. Lástima que Suzuki no ofrezca una versión de mayor cilindrada -un 250cc, por ejemplo- ya que su rígido chasis, lo aguantaría perfectamente. Desde Vargas a las playas aisladas de Arinaga, una sucesión de calas solitarias, sólo frecuentadas por pecadores y apasionados de kyte-surf, son un escenario idílico para disfrutar de una moto que lo permite todo, lo perdona todo y no te dará más que satisfacciones.

 

Pero lejos de escenarios vírgenes, la selva por la que se moverá asiduamente la Van Van será la de calles, coches, semáforos y pasos de peatones. Y en este escenario salen a relucir las cualidades de una moto sencilla a la par que original; la potencia de su motor no te pondrá en aprieto y la forma de entregarla tampoco, lo que facilita su uso a los que tengan poca experiencia gracias a la ausencia de brusquedades y a un embrague muy “facilón”. Los 12CV cunden más de lo esperado y además, los tienes a tu disposición en todo momento.

 

Si te gusta distinguirte del resto, es decir, ser original, la Van Van es tu moto. Una moto para presumir tanto en los desplazamientos del día a día como para tus divertidas excursiones fuera del asfalto. Una moto económica -menos de 3,5l/100km- y fácil para los que empiezan y que no quieren renunciar a ningún tipo de terreno, incluidas esas playas escondidas a las que tan sólo se puede llegar por pistas en las que no meterías otro tipo de moto.

 

La originalidad se cotiza y por eso la Van van no es la más barata de las cientoveinticinco de Suzuki, pero también hay que decir que su polivalencia no tiene rivales. Es divertida, funciona realmente bien y su mantenimiento es muy económico. Si tu perfil encaja con esta moto algo gamberra, la elección es fácil. ¡Déjate llevar por el encanto de la Van Van 125 y olvídate de la monotonía!

 

Unidad de prueba cedida por Pole Position, Concesionario Oficial Suzuki en Las Palmas

 

Precio Suzuki Van Van 125.-  3.699 €  (No incluye gastos de matriculación: 165 euros)

 

Prueba realizada por el equipo de Canariasenmoto

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