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Prueba PORTALMOTOS de la BMW K 1300GT

11 de Agosto de 2010

Prueba PORTALMOTOS de la BMW K 1300GT

Hace un par de años tuve la oportunidad, el privilegio, de conducir un modelo de Bentley, el Continental, perteneciente a la renovada línea de la tradicional marca inglesa desde que los alemanes la compraron. Una gran berlina que ronda de dos toneladas, todo el confort recreado con las más lujosas exquisiteces: madera de raíz, piel curtida, relojería suiza. Sin embargo, todo ese sofisticado confort rodeado de lujo se soporta en una máquina con la eficacia de un deportivo en la carretera: 12 cilindros en uve doble, dos turbos, seis mil c.c. y 560 CV, que te pegan al respaldo del asiento cuando pisas con decisión y que muestra un tacto sobre raíles en la trazada de una curva a velocidades de vértigo. Si hacemos un pequeño ejercicio de imaginación y apartamos a un lado el sobrecargo del lujo para pensar en una máquina que prescinde de lo superfluo manteniendo tan sólo los elementos realmente eficaces, comprenderemos cuál es la idiosincrasia de esta BMW K-1300-GT.

 

BMW ha tomado cualquiera de los otros modelos más deportivos de su gama K-1300, lo ha vestido con un carenado de impecable protección y fantástica aerodinámica y le ha diseñado unas maletas a medida.

 

Ésa es, ni más ni menos, la K-1300 GT, una moto que impone por su volumen antes de subirse en ella y que sin embargo, desde el momento de moverla en parado se aprecia una sorprendente manejabilidad que más adelante muestra sorteando la densidad del tráfico y más tarde en la ruta de montaña. Es sencillamente un juguete que se mete sola en las curvas y que enlaza una con otra ascendiendo un puerto.

 

La frenada: Contundente, rotunda. Sencillamente el efecto del Telelever es perfecto en una moto así.

 

Suspensiones. Comparte el sistema ESA, una exclusiva fórmula de regular la suspensión con un sencillo menú, que deja atrás las duras roscas dentadas que convencionalmente sólo dosifican la precarga del muelle. En la posición deportiva, se muestran absolutamente eficaces, permitiendo una conducción incisiva con pronunciadas inclinadas a alta velocidad. En la posición "Confort" hacen a la moto realmente confortables y predispone al conductor para una larga cabalgada a costa de perder muy poca rigidez en curvas.

 

El motor: Inmenso, poderoso por encima de todo. Da la impresión de tirar con la misma fuerza llevando la moto con una o con las dos plazas ocupadas y a plena carga de equipaje. Tiene un tacto, como hemos dicho para el resto de la moto, eminentemente deportivo a pesar de su apariencia grand touring. Cuando suena al ralentí y se conduce a bajo régimen guarda una consonancia con la sobriedad y placidez que transmite la estética austera de la moto; en cambio, cuando se abre el gas a fondo, se escucha rugiendo la admisión delatando la bestia que se esconde al abrigo del carenado. La aceleración es fantástica e inagotable, pero con una importante cualidad: Su progresividad, que la hace asimilable para manos que no estén necesariamente acostumbradas al tirón, por ejemplo, de una doble erre.

 

Bien. Hasta este punto llega lo racional, la prueba obligada y convencional de una moto de viaje.

 

Desde este punto se abre la veda a la imaginación y, ¿por qué decirlo?, también a la irracionalidad, que nos llevaron a meter la K 1300 GT en una pista de carreras.

 

¿Ere necesaria esta exhibición, esta muestra de poderío deportivo con maletas? Sinceramente, no lo sé.

 

Todos pensarán que una moto así no es para eso -desde luego que es así-, incluso muchos dirán que es una auténtica barbaridad -posiblemente tengan razón-. Ciertamente, puede ser así, pero debo confesar que, después de intuir entre esquinas y rotondas, las aptitudes deportivas de este modelo y de tener un indicio más de ellas sobre el asfalto de una carretera de montaña, tuve la impresión de que esas muestras tan sólo la punta del iceberg, si hablamos de lo que esta moto puede rendir. La tentación me pudo, y descubrir si este pepino con equipaje se sentiría cómodo dentro de un hábitat completamente apartado de su concepción natural era más que una intriga por desvelar, un reto por encarar, una necesidad que satisfacer y un hecho sólo pendiente de confirmar.

 

Y así fue como llevé la gran BMW para cumplir con las funciones de monitor dentro de uno de los cursos de nuestra escuela de conducción. Después de algunas vueltas guiando a los alumnos en la pista, escapé en una tanda intermedia para buscar la imagen espectacular y tal vez fuera de tono. Pero antes me detuve en un margen de la pista para advertir a Jose, nuestro fotógrafo: "Intentaré tocar con la rodilla en el paso por la redonda", le comenté, ", pero dame tres o cuatro vueltas para que me acople y pueda ir probando".

 

Una hora después escuchaba a Jose quejarse entre bromas delante de un amigo común. "Me dice que me prepare y que le dé tiempo a la vez, y en la primera pasada por la curva, en la misma entrada, aparece todo tirado, arrastrando la estribera, la rodilla y no sé si el carenado."

 

Ciertamente, esta BMW me transmitió una confianza absoluta desde el primer momento: todo era facilidad, todo incitación y lo único que tuve que hacer fue dejar correr la K 1300 GT con sus genes mucho más deportivos de lo que su señorial envoltorio de Gran Turismo pueda transmitir a todo aquel que se limite a observarla superficialmente.

 

¿Qué podré decir de la próxima seis cilindros? Esperaremos al año que viene.

 

INCONVENIENTES.- Ninguno es de relevancia, desde luego, pero sí conviene señalarlos y reprocharlos en un modelo con un coste tan elevado que quizá en otros casi se pasaría por alto:

Las vibraciones: Utilizando un calificativo que ya se ha convertido en un tópico de las pruebas, la moto parece eléctrica desde el mismo momento en que arranca el motor, y no aparece ni el más mínimo cosquilleo mientras el cuentavueltas escala hasta su línea roja; sin embargo, en el momento de cortar gas, aparecen unas molestas vibraciones en la franja comprendida entre las 8000 y las 6500 revoluciones aproximadamente. Es algo que llama la atención y que no se explica fácilmente.

Sobre la estética. La moto está completamente revestida con los tipos de pintura metalizada que lucen las grandes berlinas de representación de la marca bávara, algo que le proporciona un elegante empaque, muy acorde con la imagen que se pretende dar con ella. Sólo existe, quizá, porque para gustos los colores, una vasta superficie del carenado lisa y despoblada en la que se echa en falta algún detalle estético. Los diseñadores son los que tienen en ese caso la palabra y cualquier tipo de pegatina resultaría muy arriesgado en una moto así, pero tal vez alguna branquia para facilitar la evacuación del calor u otro elemento que mitigara esa aridez estética.

 

Un detalle a destacar es el logrado diseño de las maletas: aerodinámico, manteniendo una interesante capacidad, y dejando una sorprendente distancia libre al suelo (en algunos momentos de las inclinaciones más pronunciadas temía que rozasen, sin embargo las fotos demostraron después que aun restaban unos importantes centímetros antes de alcanzar el asfalto. No tocan a menos que te hayas caído).

 

En el cambio. El eterno clonck al meter primera que produce el cambio de infinidad de motos, en este modelo es especialmente sonoro y, por su estética, sobria y elegante, llama mucho más la atención que en cualquier otro.

 

CONCLUSIÓN.- La K-1300-GT es un modelo de BMW que roza la Moto-10 -entendiendo que la Moto-10 debe ser siempre una quimera-. Ágil y muy práctica en el uso cotidiano: sorprendentemente manejable y con un corto radio de giro; viajera inigualable, sólo o acompañado: impecable protección del carenado, sofisticados recursos, aunque no en exceso, como ambas plazas del asiento calefactables independientemente, o el parabrisas con regulación automática, rgonomía y gran capacidad de las maletas. Divertida y excitante en escapadas de domingo: un motor soberbio, un chasis que es pura nobleza, unas suspensiones de increíble adaptación y una frenada contundente y precisa.

Ficha Técnica BMW K 1300 GT
Tipo
Turismo
Cilindrada
1300
Motor
Motor de cuatro tiempos y cuatro cilindros en linea, refrigerado por agua, dos árboles de levas, cuatro válvulas por cilindro
Potencia
160 C.V.
Transmisión
Transmisión Cardan
Cambios
6
Chasis
Bastidor De aluminio con motor autoportante
 
 
Fuentes de la noticia

www,portalmotos.com

 
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