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Prueba Lexmoto Tempest 125, Scrambler para tu carnet de coche

04 de Noviembre de 2018

Prueba Lexmoto Tempest 125, Scrambler para tu carnet de coche

Para los que aún la desconozcan, comenzaremos diciendo que Lexmoto es una marca de origen británico que tiene su sede central en Devon y que está representada en el archipiélago canario por Lexmoto Canarias. Lexmoto ha llegado al mercado canario avalada por su excelente resultado de ventas en el Reino Unido, donde es líder del mercado 125, y por una gama de productos frescos que se caracterizan por la máxima calidad, tecnología y fiabilidad a un precio asequible para todos.

 

La protagonista de nuestro reportaje es el modelo Tempest 125, la componente Scrambler de la gama 125 que, al igual que sus hermanas, está impulsada por un eficiente motor de cuatro tiempos extremadamente fiable y suave, aderezado con un sistema de inyección de combustible, que cumple con las más actuales normas medio ambientales, y todo ello envuelto en una estética irresistible con un pedigrí de moto con alma. 

 

Depósito blanco, con franjas de colores icónicos, llantas de radios, neumáticos mixtos y sistema de escape elevado son las principales señas de identidad de una moto que rezuma pasión por la esencia del motociclismo.

 

Precio Lexmoto Tempest 125.- 2.499 euros

 

 

Lexmoto presume de calidad y fiabilidad en todos sus modelos que, aunque están producidos en el sureste asiático, están sometidas a un riguroso control de calidad, que incluye adaptaciones de su electrónica y prestaciones para el exigente mercado europeo. El hecho de ser líder de ventas en el mercado de Reino Unido en los últimos años supone una gran tranquilidad y es garantía de fiabilidad gracias a la satisfacción de los miles de clientes en Reino Unido, al tiempo que certifica un servicio rápido y fiable.

 

La Tempest, como si de una bocanada de aire fresco se tratase, homenajea a aquellas motos derivadas de modelos de carretera que en las décadas de los 50 y 60 eran reconstruidas artesanalmente para que su utilización no se encorsetara a las tiras de asfalto de las carreteras, abriendo un amplio abanico de opciones a aquellos soñadores de la auténtica libertad.

 

Siguiendo la ruta marcada por aquellos creadores, el diseño de la Tempest cuenta con un bastidor reforzado, un basculante parcialmente alargado y unas suspensiones con más recorrido de lo habitual. El soporte de la matrícula va anclado directamente al basculante trasero. Los neumáticos cuentan con un remarcado dibujo mixto y las llantas de radios cromados sobre un cerco negro resaltan su aspecto más descarado. El escape en acero inoxidable, que originalmente se colocaba elevado para evitar abolladuras en las caídas y para que quedara más protegido en los pasos de agua de las excursiones off-road, hace un guiño a sus orígenes con su salida elevada. No hay que olvidar tampoco el asiento plano y continuo y el asidero “al aire” para el acompañante, que sin duda le completan la verdadera personalidad offroad de esta Scrambler.

 

 

La Tempest está propulsada por suave y fiable motor monociclíndrico de 125cc, alimentado por inyección electrónica y refrigerado por aire, que ofrece unos briosos 10CV de potencia, con una cifra de par motor que lo hace muy utilizable tanto en la ciudad como fuera de ella. Una potencia que sin ser de las mejores de la categoría sí que se muestra suficiente para desenvolverte sin problemas por las empinadas calles de Santa Cruz de Tenerife, aprovechando las cinco relaciones cerradas de su caja de cambios.

 

Sin necesidad de complicados sistemas de refrigeración por agua, y dotándola de un sencillo y fiable sistema de alimentación, el motor de la Tempest está, por decirlo de algún moto, en el rendimiento natural de un motor cuatro tiempos de un octavo de litro, la clave para ganarse el sello de fiabilidad y por lo tanto el favor de los usuarios, huyendo del objetivo de conseguir una potencia máxima cercana al límite legal.

 

 

Para el cuadro de instrumentes se recurre a una esfera simple que incluye una pantalla LCD con los datos del velocímetro, cuentavueltas, nivel de gasolina, voltímetro y totalizador-parcial de kilómetros. También resulta nuevo y muy original el gran faro redondo que incorpora en su perímetro exterior un par de barras protectoras al más puro estilo scrambler. Los espejos, situados en los extremos del manillar en nuestra unidad de pruebas, suelen ir sobre el manillar, una ubicación más práctica tanto para ver lo que sucede detrás, como a la hora de zigzaguear entre los coches parados en el denso tráfico del mediodía santacrucero.

 

El bastidor es de cuna simple de acero, reforzado para aguantar bien el tute al pasar por frecuentes baches. La suspensión delantera es de horquilla convencional, con 35 mm de diámetro, mientras que la suspensión trasera se confía a sendos amortiguadores con ajuste en precarga. Las ruedas, de 17 pulgadas en ambas, montan detrás un neumático de medida 120/70 mientras delante Lexmoto apuesta por 100/80. Los frenos son de disco delante y detrás, con sistema combinado CBS: no hay ABS pero conviene recordar el competitivo precio de esta Tempest 125.

 

 

A los mandos de la Tempest nadie se va a quedar con los pies colgando. Es bajita, pero sobre todo muy estrecha y ligera. El asiento está situado a 780mm del suelo y los 126 kilos en la báscula de la scrambler británica no meterán en problemas a ningún usuario, independientemente de su altura. Algo muy importante a tener en cuenta por los pilotos novatos que se inician con las cientoveinticinco. La sensación de control es total tanto en parado como cuando necesitamos ayudarnos con los pies para salir de un aparcamiento o cuando nos aventuramos a salirnos de lo negro para adentrarnos en el intrigante mundo marrón.

 

Una vez ajustados los guantes, con la visera del casco bajada y tras meter primera, arrancamos y vamos descubriendo más detalles de una moto sencilla y ligera para moverse con soltura por la ciudad. Las estriberas del piloto se encuentran lo suficientemente bajas para que no tengamos que encogernos de piernas. La postura es muy natural a lo que también colabora el manillar elevado, al estilo de las scrambler más puras, mientras que el asiento, largo, continúo y bien mullido, te invita a seguir rodando sin que la fatiga haga acto de presencia. La nota negativa la ponen los espejos (elementos que no eran de serie en nuestra unidad de pruebas) ya que no dejan ver con seguridad lo que ocurre detrás de nosotros.

 

En carreteras secundarias, como las que rodean la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, se defiende bien. Los pilotos novatos acabarán comprobando lo que se puede inclinar sin tocar las estriberas, y sin perder de vista el hecho de que las ruedas son mixtas. El chasis se aguanta bien pero hasta que nos familiaricemos a ella, mejor abordar las curvas con respeto, hasta pillarle el tranquillo. Cuanta más confianza cojamos con la Tempest 125, más nos divertiremos, pero hay que ir poco a poco, conociendo los límites de una moto que lleva la palabra diversión implícita en su ADN.

 

 

El motor responde muy bien desde muy abajo gracias a un cambio de relaciones muy acertadas. Enérgico desde bajas vueltas y aprovechable en prácticamente toda su gama de funcionamiento. El embrague es suave y el recorrido de la palanca de cambios, corto y preciso. No hay objeción alguna en este sentido. La primera relación es muy cortita; sólo la usarás para salir desde parado, mientras que la quinta te permite llevar a la Tempest a velocidades que superan los 95 km/h llaneando o los 75 km/h en la exigente rampa de la TF-5 de subida hacia La Laguna. Los neumáticos ofrecen una buena respuesta sobre asfalto, independientemente de su estado.

 

Las suspensiones se muestran capaces de absorber las exigencias de las contenidas prestaciones de la scrambler británica. En su tarado se prioriza el confort aunque eso no significa que se descompongan cuando las exigencias lo requieren. Son sencillas, sí, pero están muy bien compensadas y ajustadas a las necesidades de la moto. Los frenos también cumplen con su cometido sin destacar por exceso o por defecto, aunque podemos decir que la frenada combinada, sobre todo para los menos expertos es un avance muy importante ante frenazos imprevistos. La maneta del freno delantero y el pedal del trasero te permiten dosificar con buen tacto.

 

 

En definitiva, la Tempest de Lexmoto es una opción a tener muy en cuenta a la hora de ponerle dos ruedas a nuestro carnet de coche. Sin grandes aspiraciones mecánicas pero con una estética que conecta desde el primer momento, la Tempest es una moto divertida para quienes quieren dejar a un lado las cuatro ruedas y moverse con soltura y cierta distinción por la ciudad o para alejarse de ella cuando lo pide el cuerpo.

 

Es un modelo muy agradecido para paseos a ritmo tranquilo y su motor siempre está dispuesto a las exigencias del piloto, para salir con dignidad de cualquier situación. Ofrece un tacto agradable y buenas sensaciones. En cuanto a relación calidad/precio pocos modelos podrás encontrar en el mercado, al menos con tanto encanto para presumir de moto exclusiva.

 

Unidad de prueba cedida por Lexmoto Canarias, distribuidor autorizado para toda Canarias

 

Equipamiento del piloto: Casco Shark Spartan ApicsChaqueta Hevik AntaresPantalones Alpinestars Denim Rogue Washed-Blue Botas Alpinestars SP-1 V2

 

Prueba realizada por el equipo de Canariasenmoto

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