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Prueba KTM 1290 Super Duke GT, sport tourer de altos vuelos

12 de Marzo de 2019

Prueba KTM 1290 Super Duke GT, sport tourer de altos vuelos
KTM 1290 Super Duke GT
Highlights: Cilindrada 1.301 cc | Peso 209 kg | Potencia 175 CV | Asiento 835 mm | Carnet A | Precio 18.999 €

Era la evolución lógica. El paso del tiempo y la experiencia de miles de usuarios en todo el mundo han contribuido a que los ingenieros de Mattighofen aderecen con un nuevo look más agresivo y sustancien con un motor aún más potente la segunda generación de sport tourer de KTM, la moto de turismo de larga distancia más sofisticada y de mayores prestaciones que podemos encontrar en el menú del fabricante austriaco.

 

Una moto que, como nos advertía Pedro Peñate, director de Valsebike, concesionario oficial de KTM en Las Palmas, “se siente feliz devorando kilómetros, independientemente del ritmo o la carga que quieras llevar a bordo”. La nueva versión 2019 mantiene intactas las virtudes de su predecesora aunque ahora ha visto reforzado su carácter sport para hacer de ella la Gran Turismo con mejores cualidades sport de un mercado, sobre todo el Europeo, que vio como en 2018, KTM seguía ganando adeptos en todos los segmentos.

 

 

El inconfundible y característico frontal de la familia DUKE forma parte de la actualizada identidad propia de la GT. Junto a este rediseñado frontal encontramos una potente nueva óptica delantera led, en la que forma y función se encuentran bellamente integradas. El núcleo central en aluminio alberga seis leds ultrabrillantes, mientras que otros leds adicionales conforman la luz diurna (DRL) para asegurar que la motocicleta sea perfectamente visible por el resto de usuarios de la carretera. Incluso cuando el viaje se alarga más allá de la caída del sol, las luces cuneteras ubicadas en los laterales del depósito ofrecen una impresionante iluminación del interior de las curvas al inclinar la moto.

 

La nueva KTM 1290 Super Duke GT viene equipada con la última generación del motor V-Twin LC8 de 1.301cc a 75° de su potente hermana ‘R’, los ingenieros de desarrollo de KTM han introducido unas revisadas cámaras de resonancia, válvulas de admisión de titanio y un nuevo mapeado de motor para lograr unas increíbles cifras de 175 CV de potencia y 141 Nm de par. En pocas palabras,la potencia está siempre disponible, y ahora de forma más accesible. Junto con un tacto más suave a bajo régimen, al adición del Quickshifter permite unos cambios sin embrague increíblemente suaves subiendo y bajando marchas, en beneficio tanto del piloto como del pasajero.

 

 

La GT de KTM es también todo un compendio de alta tecnología, utilizando toda la completa gama de sistemas electrónicos de asistencia y de prestaciones de KTM. Con una frenada y control de tracción sensibles al ángulo de inclinación y diferentes modos de pilotaje, incluyendo el modo “Track” como novedad 2019, que permite una mayor capacidad de ajuste electrónico. Estos avanzados sistemas permiten al usuario exprimir al máximo todo el potencial de la GT en el mayor rango de condiciones y carreteras con las que se puede encontrar una motocicleta diseñada para las largas distancias.

 

Los grandes cambios de la renovada GT pueden encontrarse en la instrumentación. Protegida por una cúpula de nuevo desarrollo aerodinámico con múltiples posiciones de altura y un mejorado sistema de ajuste con una sola mano, encontramos una instrumentación TFT de 6,5". Esta avanzadísima pantalla digital a todo color es perfectamente visible bajo la luz directa del sol y presenta una configuración exclusiva, informando acerca del completo estado general de la moto sin que el piloto tenga que desviar la atención de la carretera. Mediante un interruptor de menú iluminado situado en el puño izquierdo del manillar, junto al mando del control de crucero, el piloto puede navegar a través de diferentes menús y controlar múltiples funciones de la moto.

 

 

En el apartado chasis, derivado de la “R” aunque alargado unos milímetros, la última generación de suspensiones semiactivas WP suponen de largo la configuración más sofisticada de entre toda la gama de modelos KTM, con una serie de sensores analizando y adaptando automáticamente la puesta a punto a las condiciones del asfalto para que la nueva KTM 1290 Super Duke GT ofrezca siempre el comportamiento más preciso, sea cual sea la carga o las condiciones de la carretera. Ya sea con piloto, pasajero, equipaje o las tres cosas juntas, la precarga de muelle de la GT puede ajustarse a la carga de la moto con tan solo pulsar un botón, y sin necesidad de herramientas. También es posible ajustar con un solo dedo la amortiguación en función del ritmo de marcha y de la carretera: Comfort, Street y Sport.

 

Para rematar el conjunto, la conectividad KTM My Ride para smartphone añade un nuevo tipo de confort en las largas distancias en la KTM 1290 Super Duke GT 2019, como la navegación en pantalla con indicaciones giro a giro y avisos de audio en 5 idiomas, mediante una app disponible adicionalmente. También es posible recibir o rechazar llamadas entrantes con información del número llamante en pantalla, junto con la posibilidad de seleccionar tu música favorita, a través del interfono del casco.

 

 

Estéticamente, sobre todo a corta distancia, los cambios de la versión 2019 son sustanciales. Es nuevo el frontal, con una pantalla que protege más que la anterior y puede regularse, a mano y en marcha; un importante avance. Hay que decir que su acoplamiento, aun a velocidades inconfesables, es rígido y eficiente. La posición de conducción es lógica y, aunque la Super Duke GT es una moto grande, hasta los pilotos pequeños nos sentimos cómodos a sus mandos. La sensación de moto espaciosa se extiende desde el espacioso asiento al ancho manillar, de una pieza y montado sobre tijas triples. La altura del asiento (835mm) tampoco es insalvable para la mayoría de los usuarios o usuarias, que también las hay, y cada vez más. Las estriberas quedan a una altura acertada para no rozar con facilidad en el asfalto, pero tampoco tanto como para que lleves las rodillas muy flexionadas, en una acertado compromiso entre conducción sport y turística.

 

El depósito de 23 litros está diseñado para proteger tus piernas, algo que se agradece, junto a los puños y el asiento calefactables, en esos días que la realidad desmiente el tópico del bonancible invierno de Canarias, como el que nos tocó el día de la prueba. Cuenta con detalles muy prácticos como los huecos tras el carenado delantero, incluso con toma USB, el izquierdo. El tablero de instrumentos LED, a prueba de presbicia, y la retro iluminada botonera del puño izquierdo hacen más cómoda la navegación por los menús, que permiten controlar todos los parámetros de la moto, desde mapas de conducción a suspensiones, control de crucero e incluso chequear la presión de los neumáticos.

 

 

El poderoso bicilíndrico austriaco -que parece no tener límite- se nota desde el primer momento más suave a bajo régimen, sin que por ello pierda patada arriba y, sobre todo en medios, donde se desata como un auténtico pura sangre. Y es que se trata de la última generación del V-Twin a 75º LC8 de 1.301cc, el mismo que equipa la Super Duke R, pero con diferente puesta a punto. La potencia se ha elevado hasta los 175 CV a 9.750 rpm, pero la principal diferencia estriba en cómo entrega esa potencia, ahora es más contundente a lo largo de toda la curva de potencia y, lo más gratificante a la hora de conducir, han desaparecido los molestos cabeceos a bajas revoluciones. El descomunal par máximo se cifra en 141 Nm a 7.000 rpm.

 

La sensación de abrir gas en tercera-cuarta marcha a la salida de las curvas amplias es indescriptible. Una moto de pisada sólida impulsada por un motor inagotable y con un chasis que te permite ejercer un control absoluto de la situación. Desde las 4.000rpm el empuje es abrumador y, los mapas de motor - Comfort, Street y Sport-, permiten jugar con la entrega que más se adecúe a las condiciones de la carretera o a tu propio estado de ánimo. Tanto las suspensiones semiactivas, firmadas por WP, como las pegajosas gomas Pirelli Angel GT contribuyen a la que sensación de control sea total.

 

 

La IMU de la Super Duke GT controla infinidad de parámetros de manera instantánea -tecnología derivada de MotoGP-, de hecho una combinación de sensores, giroscopios y acelerómetros son capaces de gestionar al instante el funcionamiento de la horquilla invertida WP de 48 mm y del monoamortiguador trasero, adaptando la respuesta en función de las preferencias de cada piloto. Su trabajo es tan bueno que abordar a buen ritmo la subida de Cazadores – Los Marteles, se convierte en una experiencia gratificante, a pesar del deplorable estado de esta carretera. Darle al gas por las retorcidas paellas, disfrutando del excelente funcionamiento del "quickshifter" es realmente estimulante. Eso sí, el sistema de cambio semiautomático va mejor cuanto más alto sea el régimen del motor, y por debajo de 3.000rpm no es del todo agradecido.

 

Los frenos, con pinzas radiales monobloque M50 de Brembo, tienen un comportamiento ejemplar, tanto por potencia, tacto y dosificación. Delante monta un par de discos de 320 mm de diámetro, apoyado por un disco de 240 mm detrás. El ABS es obra de Bosch, con una unidad 9ME de cuatro modos de respuesta -Street, Sport, Rain y Supermoto- y es sensible al grado de inclinación para adaptar su intervención a las curvas de tu camino.

 

 

Equipada con sus maletas y con una buena bolsa sobre depósito, la KTM 1290 Super Duke GT te invita a ponerte el mundo por montera y salir a recorrerlo sin pausa; los únicos límites serán los que tú te pongas. Pero si lo que prefieres es una moto total para disfrutar de las escapadas de fin de semana, la GT se destapa como una de las mejores sport del mercado, con un empuje y un chasis que lleva la experiencia de conducción a un nuevo nivel en motos de este tipo. Su único rival conocido podría ser la MT10 Tourer, aunque se trata de un motor de 4 cil. en línea que poco tiene que ver con el tacto del bicilíndrico de Mattighofen.

 

Si hay una Gran Turismo capaz de hacerte soltar la melena y poner en aprietos a rivales que presumen de erres en sus apellidos, esa es la protagonista de nuestro reportaje. Sus prestaciones son más que serias y sus asistencias electrónicas permiten mantener bajo control las inercias de un conjunto que pesa 209 kilos. Si su predecesora ya era divertida, la versión 2019 de la KTM 1290 Super Duke GT lo es aún más. Pero también es más refinada y precisa, dos virtudes que te permiten disfrutar de una experiencia de conducción más amable y fluida, tanto en los viajes turísticos como en las salidas de fin de semana.

 

¿Te sientes capaz de explorar todo el potencial de una GT de altos vuelos? Ponte en contacto con Valsebike y solicita una prueba de conducción. Te aseguramos que será toda una experiencia…

 

Prueba realizada por el equipo de Canariasenmoto

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