19 de Diciembre de 2016
Desde que en 2013 el Grupo Polaris relanzara la marca estadounidense Indian a nivel mundial, con gran éxito en Europa, por cierto, la gama no había sufrido cambios hasta este año, momento en el que la firma norteamericana ha sometido a sus seis modelos a una renovación de diseño y decoración, manteniendo su características técnicas.
Precio Indian Chief Classic 2016.- 23.650 euros (Matriculación incluida)
Precio Indian Roadmaster 2016.- 32.000 euros (Matriculación incluida)
Recientemente pudimos probar en Canariasenmoto dos modelos de la gama 2016, concretamente la popular Indian Scout Sixty adaptada para los usuarios del carnet A2 (VER PRUEBA) y el orgullo de la firma norteamericana, la Indian Chief Vintage, con sabor a auténtico cuero (VER PRUEBA). Y ahora, por gentileza de Vegueta Bikes (Autos Vegueta), el distribuidor autorizado de Indian en Canarias, nos llegaba la oportunidad de probar dos de los modelos más clásicos y exclusivos del fabricante estadounidense…
Tanto la Chief Classic como la Roadmaster comparten propulsor, el Thunder Stroke 111 de 1.811cc en configuración V-Twin a 49º de última generación, y a pesar de que comparten la misma base, cada una de ellas presenta evidentes características propias. La Chief Classic es una cruiser de aspecto clásico y aspecto limpio, sobre todo porque sólo está disponible en un elegante color Pearl White. Incorpora un asiento individual en vinilo, interruptores negros, llave presencial, un solo faro y llantas de aluminio. La Roadmaster, por su parte, es la más lujosa de la marca. Un modelo concebido para tragarse los kilómetros cómodamente y con todo el equipaje posible gracias a los 143 litros de capacidad de sus tres maletas. Dispone de parabrisas regulable eléctricamente, asientos y puños calefactables, ABS, control de presión de neumáticos, arranque sin llave con cierre centralizado en las maletas, control de crucero y sistema de conexión y entretenimiento Bluetooth.
Comenzamos por la más discreta, aunque hablar de discreción con cualquiera de ellas entre las piernas, es mucho decir. La Indian Chief Classic es una cruiser construida con los auténticos rasgos de la firma Indian. Un aspecto fiel al los orígenes de la marca que sin embargo oculta toda la tecnología del Siglo XXI para hacer la vida más fácil a su feliz propietario.
Bajo esos moldeados de color blanco, los reflejos de masivo cromo corresponden a su motor, Thunder Stroke 111 que entrega unos 75 civilizados caballos y entrega una increíble cifra de par motor de 138,9 Nm, un brillante tributo a los legendarios motores de Indian Motorcycle del pasado. La llave es de tipo presencial, de esas que guardas en el bolsillo y detecta la moto cuando estás cerca. Dispone de ABS y control de crucero, que te permitirán disfrutar de tu viaje de forma más cómoda, segura… y silenciosa, gracias a un par de escapes pegados al suelo y de discreto sonido.
La cabeza de indio sobre el envolvente guardabarros delantero, que se ilumina mediante un led, es uno de los signos inequívocos de que nos encontramos ante una auténtica Indian Motorcycle. Pero también los son los guardabarros con faldón, inconfundibles, elegantes y útiles, impidiendo que las “impurezas” del asfalto no lleguen hasta tus pantalones. Sobre el depósito descubrimos una consola central que combina la tecnología moderna y el estilo tradicional. Muestra un gran velocímetro analógico de fácil lectura y una pantalla digital con reloj horario, parciales, consumo medio, marcha engranada, temperatura, régimen del motor, carga de la batería y autonomía (250kms con el depósito lleno).
La mires por dónde la mires, la Indian Chief Classic es una moto que nos recuerda a un modelo de una época en las que la grandes cruiser reinaban en las grandes rutas. Pero en cuanto te acercas, comienzas a apreciar unos acabados excelentes y la estética ha sido cuidada al máximo. Cada uno de los elementos, desde la cabeza de indio al piloto trasero, ha sido cuidadosamente estudiado, diseñado y ejecutado.
La postura sobre una moto tan masiva, lejos de ser intimidatoria, es acogedora. No hace falta medir más de 165 para apoyar completamente las dos plantas de los pies en el suelo, lo que es un gran consuelo y te ayuda a mover en parado el “jefe clásico”. Para arrancar basta tocar el botón de la consola central y pulsar el arranque, con la llave cómodamente guardada en tu bolsillo. Para los que no venimos del mundo custom, recordar que las estriberas -auténticas plataformas- están colocadas justo delante de donde esperas encontrarlas. El embrague suave, y la palanca de cambio, precisa, anuncian sin necesidad de indicador, que la primera ha sido engranada. Nos ponemos en marcha y la lluvia comienza a caer sin piedad para poner a prueba la progresividad de su motor y la eficiencia del ABS sobre asfalto resbaladizo. La confianza de los primeros pasos, con 368 kilos bajo nuestro culo, nos hace creer en el trabajo de los americanos y comenzamos a incrementar el ritmo…
No es una moto ligera. Hay que anticipar las maniobras. Pero pisa con aplomo, y los meneos al pasar sobre pasos de cebra o tapas de alcantarilla son controlables. El centro de gravedad es muy bajo y eso te ayuda a llevarla por el sitio, aunque la trazada incluya charcos de agua. El tacto del motor no tiene mucho que ver con el de sus máximas rivales, está mucho más dulcificado, como si hubiera pasado por el filtro nipón. El margen de utilización en muy amplio. Tanto que, aunque a veces olvides hacer un cambio, sales ayudado por un par motor tan descomunal como discreto a la hora de hacerse notar a través de los escapes.
A las puntas del ancho manillar, con el que adoptas una postura relajada, no llegan vibraciones. El suave empuje te invita recorrer millas y millas, perdón, kilómetros y kilómetros, de carretera disfrutando de las recuperaciones desde casi el régimen de ralentí. Desde muy bajas vueltas, a la menor insinuación de tu muñeca derecha, responde con rapidez.
El asiento es muy cómodo y la posición de las piernas, más natural de lo que hubiera imaginado. A la hora de detenerse, la Classic invita a tirar con fuerza de la palanca, o a apoyarte en el freno trasero. Y forzando esta maniobra sobre el deslizante firme de una ciudad en la que llueve muy poco, el ABS es imprescindible. Podemos afirmar que funciona bien, sin ser muy intrusivo ni hacer que la maneta se desboque con meneos o vibraciones.
Realmente es una cruiser que nos ha resultado muy agradable. No hemos podido forzarla al límite por el estado del asfalto, pero seguramente, por el tipo de cliente al que está destinada, será más apreciable un buen tacto y una entrega de potencia amplia y suave, que unas buenas prestaciones al límite. Es una moto suave, muy suave, en cada una de sus facetas, con una sobresaliente estabilidad y una dirección predecible que pisa siempre con aplomo. Las suspensiones, de las que no hemos hablado porque su trabajo es discreto y efectivo, vuelven a poner de relieve el saber hacer de los ingenieros americanos al crear un producto que compita con su “rival directo” a base de sus propias armas, sin caer en el error de hacer una anodina copia.
Junto a la Chief Classic teníamos la oportunidad de probar la touring Premium de Indian; la Roadmaster, una auténtica y lujosa tragamillas enfocada para los más sibaritas viajeros. Al igual que la Chief Classic, con quien comparte estructura en la parte ciclo, monta el motor Thunder Stroke 111 con caja de cambios de seis velocidades, y dispone de 143 litros de capacidad en sus tres compartimentos de carga. Además incorpora una gran cantidad de extras como parabrisas regulable eléctricamente, asientos y puños calefactables, ABS, control de presión de neumáticos, arranque sin llave con cierre centralizado en las maletas, control de crucero y sistema de conexión y entretenimiento Bluetooth.
La Roadmaster es un paradigma de calidad y equipamiento. Es grande, incluso masiva, podríamos decir. Una de esas motos no aptas para motoristas que buscan la discreción. Comparte el chasis de familia, un doble cuna de aluminio, al que se anclan una horquilla telescópica delantera y un monoamortiguador trasero. A pesar de su imponente aspecto, las medidas son muy similares al resto de la gama; sólo crece 85mm en distancia entre ejes (2.656mm). A pesar de sus más de 400 kilos -para qué meternos en más detalles, con ese peso siempre será un tanque- los 673mm de altura de su asiento te permite llegar con confianza al suelo para mover la mole, perdón, la moto, en parado. En cuanto a las dimensiones de las ruedas, llantas de 16 pulgadas, delante y detrás, y neumáticos de 130/90-16 y 180/60-16, respectivamente.
Todo en ella llama la atención, los cromados en motor, suspensiones y ribetes de los guardabarros, el llamativo frontal, los asientos de cuero marrón, los protectores en las piernas, el baúl, etc. pero hay algo que la hace única, su salpicadero con panel de instrumentos y equipo de sonido, integrados. El cuadro cuenta con dos esferas, una es el velocímetro y otra el tacómetro con el indicador de combustible. En medio de las dos esferas, una pantalla multifunción, que se puede regular en intensidad, ofrece una ingente cantidad de información al piloto, desde lo más habitual, pasando por la presión de los neumáticos, control de crucero, chequeo del motor, la música y un sinfín de datos. El sistema de audio, con 200 vatios de potencia, conexión por Bluetooth y entrada para Smartphone, permite recorrer los kilómetros de tu camino acompañado por esa banda sonora que siempre tarareas bajo el casco.
La arrancamos, encendiendo el contacto con el botón de la consola del depósito -la llave está en nuestro bolsillo-, y tenemos la misma sensación que en el resto de las Indian; y es que el motor está filtrado y hasta que no lo exprimes sin miramientos, no se aprecia su verdadero poder. A pesar de la lluvia, las protecciones de parabrisas y escudos laterales permiten circular sin apenas mojarte. Los deflectores hacen su trabajo y se agradece el calorcito que emana del bicilíndrico cuando la temperatura baja. Para secar los guantes, decido poner los puños calefactables pero tardo en encontrar el interruptor, hasta que lo descubro sobre el depósito.
Encontramos en una emisora de radio el “ Whatever you want” de Status Quo y subimos el volumen para comenzar a pisar fuerte sobre el asfalto. En marcha la Roadmaster te hace olvidarte de los kilos y de las dimensiones para centrarte en disfrutar. Incluso me atrevería a decir que pisa mejor que otros modelos de la marca. Va sobre raíles y a pesar del peso y las evidentes inercias en curva, dinámicamente es una moto muy lograda, para disfrutar a ritmos relajados durante muchos kilómetros. Muy pocas motos me han ofrecido tanto confort como la Roadmaster. Su asiento no es sólo amplio, el mullido y el tacto “masajean” en lugar de “machacar” tu culo con el paso de los kilómetros.
Su medio natural son las carreteras abiertas, y aunque en zonas de curvas se defiende, el lanzamiento de la dirección en este tipo de motos provocan que tienda a cerrarse en curvas de baja velocidad, un síntoma que mejora a medida que se incrementa la velocidad. El funcionamiento del gran bicilíndrico Thunder Stroke 111 está muy logrado y es tan suave como contundente hasta las 5.500 rpm aproximadamente, donde se acaba y te invita a buscar el siguiente cambio. La suspensión es muy agradable y se traga verdaderas trincheras -que no ves por estar llenas de agua- sin inmutarse. Además, y para tranquilidad del que la pilota, a la hora de detener la media tonelada -con piloto- de la americana, contamos con la aportación del ABS que ofrece esa seguridad adicional que este tipo de motos necesita.
Estas son dos de las varias opciones que Indian, a través de Vegueta Bikes, pone a tu disposición en Canarias. Dos motos para apreciarlas cuando estás en el momento cumbre de tu vida, para disfrutarlas de forma relajada y sacando el máximo partido a cada uno de esos momentos en los que “nos dejan triunfar”… ¡Placer para adultos!
Si te gusta salir a disfrutar sin más compañía que el sonido de tu motor y el paisaje que te rodea, tu elección debería ser la Indian Chief Classic. Pero si prefieres compartir el placer en pareja, disfrutar viajando con toda comodidad, y con tu selección musical preferida, tu moto es la Indian Roadmaster. En ambos casos, tu elección será acertada.
Motos de prueba cedidas por Vegueta Bikes (Autos Vegueta) concesionario oficial Indian en Canarias
Casco utilizado en la prueba: Hevik Gold Stripes (Disponible en Motard Class)
Prueba realizada por el equipo de Canariasenmoto