Marmotor organizó una mágica jornada para clientes de BMW Motorrad

La plasticidad de los primeros esbozos del verano en la geografía grancanaria permitieron plasmar bellas y sorprendentes estampas del desfile de la legión bávara por las carreteras de la isla, en la tradicional reunión de propietarios de BMW Motorrad que, cada año por esta época, aglutina a los amantes de las máquinas de la hélice.

Marmotor, Concesionario oficial BMW Motorrad en la provincia de Las Palmas, organizó el pasado sábado un encuentro para todos los clientes de la marca en Canarias y en el que disfrutar de una jornada de convivencia entre cómplices de pasión. Una reunión que mejora año tras año y que cada vez fideliza a más usuarios de una marca que destaca por su exclusividad y por el importante crecimiento que está consolidando en los últimos años en la provincia de Las Palmas: “Estamos realmente satisfechos de los resultados que la división de motos está consiguiendo en Marmotor, y no sólo en venta de motos; la postventa ha mejorado considerablemente”, señalaba Raúl Gen, gerente de Marmotor, que desde muy temprano daba la bienvenida a los participantes.

Los clientes de la marca se sienten atraídos por un evento que sirve como excusa para pasarlo en grande, rodeados de amigos y de sus mimadas motos. Muestra de ello es que desde las 9 de la mañana, las instalaciones de Marmotor en la Avenida de Escaleritas, 178 era un hervidero de moteras, moteros y su peculiar equipamiento de seguridad. Uno a uno, fueron recibidos por el equipo de Marmotor con el pack de bienvenida y con un distendido desayuno en el que se rompía el hielo, entre los nuevos miembros de la familia: “Esta ruta no es más que una excusa para reunir a los clientes en una jornada distendida y devolverles con ello parte de la confianza que han depositado en Marmotor”, afirmaba Héctor Bermúdez, responsable de ventas de la división de motos de Marmotor.

Un centenar de moteros y moteras, la mayoría de ellos acompañados para disfrutar de la mágica ruta, partieron tras la foto de familia, a los mandos de unas 70 motocicletas y scooters, que también lo hubo, de la marca alemana para disfrutar de un recorrido que dejaba en la retina de los participantes pinceladas de lo variado de este continente en miniatura llamado Gran Canaria.

En la primera parada en ruta, en Artenara, momentos de relax, al sol, con los cascos sobre los depósitos y las chaquetas colgadas de los manillares. Momento para estirar las piernas, para saborear el café y para compartir confidencias sobre sus preciadas monturas en improvisados corrillos: “Tras muchos años con motos de todo tipo, me decanté por una BMW, la R1200R para ser exactos, porque quería hacer viajes por la península y hacerlo como debe ser, sentado en un sillón cómodo de verdad”, decía un veterano motero mientras apretaba el mullido de su moto, con la cómplice mirada de su esposa y compañera de aventuras”. “Eso de que las BMW son más caras que el resto, no es del todo cierto”, confesaba otro de los reunidos frente al horizonte del pinar de Tamadaba, “si comparas los extras que trae, andan por ahí, y los repuestos tampoco son más caros”, decía señalando una tapa de la cúpula que le había costado 6 euros “y la tenía aquí al otro día de pedirla”, enfatizaba.

Hurgando más en la cuestión me atreví a sondear a los seis o siete del grupo por su satisfacción con la postventa de Marmotor: “¿Ves a aquella chica, la de la organización?”, me decía, “cuando voy con la moto, se toma su tiempo y toma nota de todo lo que le digo. Si quiero hablar con el mecánico, lo hace posible. Y cuando terminan la moto, me cuenta hasta el último detalle de lo que le han hecho, el porqué y hasta me ofrece consejos sobre el mejor mantenimiento para mi moto”, aseguraba, realmente satisfecho de cómo ha evolucionado el servicio al cliente de motos de Marmotor y su eficiencia a la hora de disponer de piezas que “en otras marcas hay que esperar durante meses, y abonar el 50% por adelantado”.

Con fuerzas renovadas y con ganas de seguir pasándolo bien disfrutando de la mágica orografía que nos regala la isla de Gran Canaria, llegaba la hora de volver a enfundarse la chaqueta, abrocharse los guantes y bajar la visera del casco para poner rumbo a uno de los clásicos en los itinerarios de los moteros de la isla; Las Emisoras, Cruz de Tejeda, Las Mesas, Ayacata y Las Niñas, para descender a la costa sur de la isla por uno de los toboganes más divertidos para recorrerlo sobre dos ruedas. Un tramo exquisito que, desde las faldas del Nublo a la costa de Mogán permite extraer todo el potencial de las BMW y, sobre todo, confiar en sus ayudas y asistencias a la conducción, que las tienen, y que son muy de agradecer cuando el asfalto no es digno de tal nombre.

El complejo de ANFI marcaba otro momento álgido de la jornada. Allí, en uno de los más exclusivos recintos turísticos de la isla, nos había preparado Marmotor un suculento menú a base de salmón, carnes y caloríficos postres que fueron del agrado de los participantes, mientras charlaban distendidamente de viajes pasados, de los que estaban por llegar y de la reciente participación de muchos de ellos en el evento anual de BMW Motorrad España “PuntApunta”. Compartiendo mantel todo es más sencillo y factible, pero sonaban muy seros esos planes de futuras aventuras sobre dos ruedas en las que hacer muchos kilómetros, de conocer nuevos lugares de la geografía y también nuevos compañeros de ruta.

MÁS FOTOS DE LA RUTA MARMOTOR BMW MOTORRAD EN EL ALBUM DE FACEBOOK 1

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Con el fiel invertido de la aguja de nuestra brújula, ya en el sur llovía y en el norte nos esperaba una vespertina ruta soleada y agradable, poco a poco, cada uno a su aire y a su ritmo, fueron dejando atrás los cerca de 100 kilómetros que restaban para regresar hasta la sede de Marmotor, donde aguardaba otro de los momentos álgidos de la jornada, una divertida sesión de magia que no dejó a nadie sin que una sonrisa iluminase su cara, sobre todo la de los elegidos para la “gloria” de servir de cómplices al maestro de la magia. Una guinda para el pastel de una jornada divertida, excitante y mágica, sobre todo para los que llegaron de vacío y se fueron con alguno de los regalos que sorteó Marmotor, como “sacados de la chistera de un mago”.

En cada momento de la jornada ha estado patente el cariño y la dedicación del equipo organizativo y la complicidad de los participantes dejándose llevar por quienes les habían anunciado, con total sinceridad, que les aguardaba una jornada extraordinaria… ¿En serio que hay que esperar un año para repetir?