Los motoristas ¿somos cada vez más borregos?

Desde que tengo “uso de razón” he entendido que la moto es un sinónimo de libertad, pasión y rebeldía. No hay una sensación que se pueda comparar con el placer de “ser protagonista” del paisaje que te rodea.

Arrancas y ¡a disfrutar de tu libertad! Puede ser parecido a subirte un una máquina del tiempo en la que cuándo, cómo y dónde quieras puedes trasladarte en un instante. Pero hay otra cualidad de los motoristas que estamos perdiendo: LA INDIVIDUALIDAD.

Hasta ahora la individualidad y la libertad primaban por encima de otras peculiaridades de los motoristas: sensaciones únicas, sin colectivismos… la esencia de los “rebeldes sin causa”. Pero parece que esa individualidad ha llegado a su fin.

Cada vez son menos los motoristas que salen solos o con su pareja a disfrutar de esa libertad. Se han impuesto las “dictaduras” de los grupos que terminan por apagar la llama de libertad del individuo. No digo que esté mal disfrutar de la compañía de los amigos pero de eso a estar encorsetados en el angustioso corsé de las normas impuestas, hay una gran diferencia.

Y ahora se ha impuesto otra detestable moda: LOS FOROS DE COMPRAS EN GRUPO que consiste en que “algún iluminado” decide que quiere comprar algún accesorio o complemento para él o para su moto y se ayuda de la pasividad u holganza de sus más fieles allegados para, con la excusa de  “buscar un precio más barato”, persistir en su afán de imponerse a los demás que “como borregos” se convierten en obligados partícipes.

¿Se han planteado estos “grupos de compra” que lo que están haciendo a las empresas dista muy poco de ser una extorsión? Las empresas del sector de la moto en Canarias están atravesando el momento más difícil de su historia. Muchas están “abiertas” gracias al empeño personal, literalmente en algunos casos, de profesionales que llevan muchos años luchando por la moto en Canarias y que se lo piensan mucho antes de “echar el cierre” y dejar en la calle a todas las familias que de ellos dependen.

Este no es el momento de exprimir más a quienes tantos años han apoyado a los motoristas.

Seamos conscientes de la realidad que nos rodea y no estemos siempre buscando la manera de  pasar por encima de la individualidad de los demás tratándolos “como borregos”.

La dignidad de una persona se pierde cuando es tratada de manera que pierda el disfrute de la libertad y el derecho a ejercer su individualidad.

Eduardo Yosimoto