Los Moteros de Gran Canaria le hacen la competencia a Papá Noel

Caravana de moteros solidarios para llevar los regalos a los niños y niñas de Aldeas Infantiles.

Esta iniciativa de Moteros de Gran Canaria, que en 2014 ha cumplido su duodécima edición, sirve para que los pequeños residentes de Aldeas Infantiles no pierdan la ilusión en una fechas tan entrañables como las navidades.

La caravana de motoristas y minis partía puntualmente a las 12 horas del mediodía desde el centro Comercial Las Ramblas de Las Palmas de Gran Canaria, para tomar rumbo sur hacia la sede de Telde de Aldeas Infantiles donde los regalos fueron transportados, en una cadena solidaria de todos los participantes, para quedar apilados ante la expectante mirada de los ilusionados niños y niñas mientras que las motos quedaron expuestas en una zona acotada a tal efecto dentro del patio del centro.

"Esperamos llevarles algo de alegría con esta idea que pusimos en práctica hace ya doce años con todo el corazón y en la que se han volcado todos los miembros del club”, declaraba su presidente, Sergio Hernández, a Canariasenmoto.

"La importancia de iniciativas como ésta, en la que colaboramos muchos moteros anónimos, tiene un único objetivo, alegrar a los niños y endulzar un poco unos días que no deben dejar de ser especiales, y menos para los niños y niñas, los pasen donde los pasen”, comentaba uno de los participantes.

Ha sido una jornada muy especial, solidaria y festiva, en la que decenas de moteros, algunos vestidos de Papá Noel, invadieron el Centro Comercial Las Ramblas. Lo hicieron sobre todo tipo de motos por una causa solidaria, si bien alguno de ellos reconoció que no sabía a quién hacía más ilusión la marcha, si a los niños a quienes iba dirigida, o a ellos mismos. Y es que, por décimo segundo año consecutivo, los Moteros de Gran Canaria organizaron una expedición navideña muy especial, que tenía como objetivo arrancar las sonrisas de los menores que viven en un centro de acogida de Aldeas Infantiles en Telde, algo que consiguieron.

Con la gran aportación de paquetes, que incluso costó meter en los portabultos de los minis, ha quedado muy claro hoy que los motoristas no querían que este año ningún niño se quedara sin juguetes. Los grititos de emoción fueron inevitables cuando Papá Noel llegó acompañado del rugir de una treintena de motos escoltado a los pequeños minis portadores de ilusiones, y con la música navideña sonando a todo trapo. Aunque para muchos de los niños de Aldeas Infantiles, el primer regalo fue poder subirse a las motos, ponerse los cascos, hacer como si las aceleraran.

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