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Honda CB1100, la exquisita clásica del siglo XXI

18 de Abril de 2013

¿Quién no querría tener en su garaje una clásica Honda CBFour? De hecho, aquí en Canarias, las Honda CB750Four de finales de los 70 o principios de los 80 son modelos muy cotizados por los coleccionistas. No hace mucho tiempo probé la de un amigo, y aunque la moto va bien después de la abultada inversión que ha hecho para restaurarla, sigue siendo una moto de su época, con sus virtudes, pero en la que resaltan sobre todo sus defectos al compararla con las motos actuales.

Prueba de Canariasenmoto.com

Pensaba el ello cuando me dirigía a las instalaciones de Juan Armas Canarias, en Miller Bajo, a recoger la nueva Honda CB1100 2013 que el Distribuidor Autorizado de la marca en Las Palmas nos iba a ceder para realizar la prueba. La CB1100 es una moto bonita, bonita y atractiva, capaz de atraer las miradas de todo aficionado al mundo de las dos ruedas. Una moto entre cuyas pretensiones no está la de ser líder de ventas ni una moto para el día a día. Tampoco lo pretende. Su objetivo es enamorar, y esto último lo consigue desde el primer vistazo.

El auténtico protagonista de esta naked es su motor, un cuatro cilindros en línea, refrigerado por aire y aceite, cuyas finas y estéticas aletas sobresalen, al igual que el resto del bloque motor, por ambos lados de la moto en una estética muy de moda en los años 70. Su cilindrada exacta es de 1.140 c.c. y declara una potencia de 90 CV y una impresionante cifra de par a muy bajas vueltas; 9,5 kgm a tan sólo 5.000 rpm, es decir, un motor concebido para que sea muy fácil de usar sin buscar altas cifras de potencia pura.

Para el chasis se confía también en una arquitectura clásica a base de doble cuna continua de acero, acompañado de amortiguadores laterales y de horquilla convencional, con la posibilidad de regular la precarga en ambos. El faro y los intermitentes redondos, así como las formas suaves del alargado y estrecho depósito y del asiento, también nos trasladan a otra época. Los bellos guardabarros cromados son de chapa de acero y las llantas son de aleación para poder montar neumáticos sin cámara y tienen un diámetro de 18 pulgadas, en unas medidas de neumático que creíamos olvidadas; 110/80-18 delante y 140/70-18 detrás, con neumáticos Bridgestones Battlax BT45… ¡Sólo hubieran faltado un par de llantas de radios!

Además de en los guardabarros hay cromados de calidad allí donde mires, en retrovisores, manillar, relojes, colectores/escape, amortiguadores, intermitentes y piloto trasero, sin olvidar el aro del faro, lo que asegurará que sus orgullosos propietarios disfruten abrillantándolos durante muchas horas. Los acabados de esta CB1100 rezuman calidad en cualquier detalle o tornillo en el que te fijes, así como en la terminación de la pintura. Bajo el asiento hay un hueco donde poder guardar un antirrobo tipo “U” y la documentación.

Nos subimos en esta moto atemporal y lo primero que observamos es lo bien que se ve hacia atrás a través de esos espejos altos y abiertos en los que no ha habido concesiones al diseño. La primera sorpresa se produce al arrancar un motor que cobra vida de manera suave y casi imperceptible… Sinceramente, ¡nunca he probado un motor tan fino, y he probado muchos! El funcionamiento es exquisito y sube de vueltas con alegría pero sin hacer otra cosa que girar suavemente, cada vez más rápido. Parece un motor eléctrico, sin vibraciones de ningún tipo y emitiendo un discreto y característico sonido por su único escape lateral. ¡Delicioso!

Afrontamos la circulación por la ciudad con soltura y seguridad. Los 248 kilos de peso en orden de marcha se mueven de un lado a otro con suma facilidad. El ángulo de giro, algo importante a la hora de pasar entre coches, es muy amplio y el equipo de frenos compuesto por un doble disco flotante sin araña interior, dotado con la tecnología CBS y ABS, ofrece al piloto un tacto excelente y potencia más que de sobra para detenerte con seguridad ante cualquier imprevisto. Muestra de la importante dosis de tecnología del siglo XXI que hay en la CB1100. El embrague de accionamiento hidráulico ofrece un excelente tacto a la hora de manejar una caja de cambios que con sólo cinco relaciones se muestra más que suficiente teniendo en cuenta las cifras de par motor. El asiento bajo permite a los menos altos, por así decirlo, que lleguen bien al suelo para las maniobras en parado. Todo en esta Honda funciona con una finura que esperamos en una moto que nos gustaría usar a diario.

Pero donde realmente queríamos probarla era en las carreteras de la isla. Para ello nos preparamos un recorrido en el que incluimos vías y firmes de todo tipo, y en todas ellas el comportamiento de la CB1100 fue excelente y refinado. Es equilibrada en los tramos de curvas enlazadas y los cambios de dirección se realizan con gran facilidad gracias a unas medidas de neumáticos muy ágiles que sólo le penalizan a la hora de las grandes inclinadas… pero ese no es el terreno de esta moto, en la que además, las estriberas te marcarán el límite. Pero no te confundas, el ritmo al que te permite circular con seguridad esta nueva CB1100 asombrará a más de uno. Puedes aprovechar el inmenso par de su poderoso motor y ahorrarte tiempo sin tener que cambiar, porque siempre tendrás en el mando del gas una importante contundencia a la hora de salir de las curvas, gracias en buena parte al sistema de inyección PGM-FI, totalmente disimulado en su silueta, responsable de esa fuerza y linealidad de respuesta.

El chasis aguanta bien las exigencias de su motor y peso, y el equipo de frenos, al igual que en ciudad, es una garantía al afrontar las curvas e incluso a la hora de corregir una trazada. El CBS+ABS te permite frenar con confianza incluso con la moto inclinada. En alguna curva pudimos comprobarlo de primera mano… Las suspensiones firmadas por Showa tienen un tarado muy equilibrado que te permiten “no sufrir” en carreteras de mal asfalto ni “flotar” en las que puedes apurar a fondo su caballería. El asiento es cómodo, aunque no tanto como presagia la altura de su mullido. Vibraciones ¿qué es eso?, en esta CB1100 no hay de eso… Es un placer salir de las curvas en trecera, o incluso en cuarta, aprovechando todo su empuje. Su motor entrega la caballería de manera dulce y dosificable lo que al final también se trasmite a las cifras de consumo, unos 5,5 litros a los 100 en nuestra prueba.

Tras varios centenares a lomos de la CB1100 terminé cautivado por su exquisitez y finura. Es una moto que satisfará a los que ya están de vueltas de todo y hastiados del ritmo de cambios y renovaciones de modelos. Una moto exclusiva, buena en todo lo que se le pide, que aún suena a metal cuando se enfría, y con unos acabados y terminaciones excelentes que no defraudarán a nadie a quien le gusten las motos de toda la vida…

NdR.- Pocas motos han causado tanta expectación en una de nuestras pruebas, incluso un chófer, paró su guagua a nuestro lado para ver de cerca esa joya. “Se me saltan las lágrimas” decía emocionado al ver esta espectacular réplica de la moto de su vida... ¡Qué recuerdos!

Con la excusa de celebrar el cuadragésimo aniversario de la CB750 Four de 1969, Honda ha creado esta nueva CB1100, una máquina tecnológicamente moderna que sin embargo ha sabido conservar ese “sabor añejo” que evoca las imágenes de nuestros padres, o incluso abuelos. Unas imágenes en las que mostraban con descaro unas caras de satisfacción que dejaban entrever, orgullosos, aquellos primeros destellos de libertad...

Moto de prueba cedida por Juan Armas Canarias, Distribuidor Autorizado Honda en Las Palmas.