El declive de los quads, ¿una especie en vías de extinción?

Diversos motivos han reducido sus ventas a la décima parte respecto al año 2005

El desafortunado accidente del 12+1 Ángel Nieto a lomos de un quad ha vuelto a poner el foco sobre este tipo de moto de cuatro ruedas pese a que los impuestos, la accidentalidad y las limitaciones a su uso, han pasado factura a un tipo de vehículo que se encuentra en serio peligro de extinción.

Si repasamos las cifras de ANESDOR, en 2005 se vendieron en España cerca de 28.000 quads, mientras que el pasado año 2016 la cifra superaba escasamente las 4.000 unidades. Un descenso de ventas de casi el 86%. En los seis primeros meses de este año, se han vendido 1.980, un 12,2% más, gracias al repunte del mes de junio, periodo en que se vendieron 404. 

Los quads han tenido dos usos fundamentales; por un lado su primigenio uso agrícola o forestal y, sobrevenido, su uso para el ocio. Los años 90 fueron los del boom de este tipo de moto de cuatro ruedas propulsadas, en la mayoría de los casos por motores monocilíndricos derivados de motocicletas. El éxito comercial fue abrumador, pero en la misma medida, y debido a algunos descerebrados que parecían no tener el menor miramiento por la ley, fueron haciéndose con una leyenda negra de “destroza pistas” y “tormentas de polvo”.

Las restrictivas legislaciones aplicadas a ese tipo de moto, tanto en los aspectos fiscales como en sus características, han limitado considerablemente su uso como vehículo de ocio. La normativa establece tres categorías: los cuadriciclos ligeros, los no ligeros y los especiales. Los primeros de ellos, se pueden conducir con carné tipo B o inferiores, no pueden superar los 45 kilómetros por hora de velocidad y llevan el mismo tipo de matrícula que los ciclomotores; los pesados requiere de un carné B, como un turismo, llevan una matrícula del mismo tipo y tienen la velocidad limitada a 70 kilómetros por hora. Finalmente, los denominados especiales, que no pagan impuesto de matriculación pues se les considera como vehículo agrícola, necesitan también carné B para ser conducidos, tienen la velocidad limitada a 70 kilómetros por hora, pero pueden ser más pesados 150 kilos más hasta los 550) si se homologan como vehículo de carga. Estos llevan una matrícula similar a la de los tractores, a los que están asimilados.

Los quads no son vehículos fáciles de conducir, de ahí su alta cifra de accidentalidad, y aunque sus cuatro ruedas puedan dar una mayor sensación de seguridad, es todo lo contrario. Son cortos, estrechos y altos, y por lo tanto fáciles de volcar. No llevan ninguna barra de protección, lo que conlleva accidentes altamente lesivos para el conductor/acompañante. Incluso para labores agrícolas, se está advirtiendo de su peligrosidad, según los sindicatos del campo.

El futuro del quad pinta mal, muy mal. Cada día hay menos marcas que pongan modelos en el mercado, sobre todo desde la entrada en vigor de la normativa Euro4, que también se aplica a este tipo de vehículo. Los usuarios, que los hay y los seguirá habiendo, tienen que recurrir al mercado de segunda mano para conseguirlos. Su uso cada día está más restringido al mundo de la competición y vemos en estas carreras de quads una de las pocas salidas para quienes quieren darle un uso deportivo.