Descubriendo rincones olvidados de Gran Canaria, por Feli Santana

Lo que la isla escondía. Dibujar en costumbres y esencia. Los pasajes olvidados de los rincones de la Gran Canaria fué la excusa, para juntar la plana mayor del Moto Club Roque Nublo y rodar juntos en ritos de aniversarios de plata y dulce amistad.

Punto de encuentro. Cafetería Valsebike. Y en breve rodamos una veintena de amigos para conectar por las Huesas, el enlace que sube por la Montañeta, entre invernaderos y largas rectas llegamos a La cruz de Jerez y retomamos la vieja carretera del sur que nos mete en Cuatro Puertas y medianías sureñas.

Pronto barranco del Draguillo, cercado Grande y entramos en el Ingenio clásico. Casa Pepe, bar la juventud, primera parada, emocionante encuentro con los rincones que nos hicieron felices en el pasado endurero que se mantienen intactos anclados en el tiempo.

Subimos por el Ratiño, para cruzar Guayadeque y los pagos del Señorío de Aguimes. Cruce de la Era y a Temisas, disfrutando de una carretera, arreglada con buenas cunetas. Entramos en el Caucil y el amplio embudo de las tierras de los olivos. Allí en la fuente Santa, parada soleada de camaradería.

Continuamos a Santa Lucía. Cruzamos la falda norte de las crestas del Teheral y en la divertida y serena conducción. Descubrimos los cientos de ciclistas que invaden y comparten asfalto por la zona. Cruce de la Sorueda y parada en el cementerio de los kilómetros, que han añadido un decorado inusual y pintoresco a este espacio desierto.

La fortaleza a pesar de su novedoso centro de interpretación sigue siendo un lugar descalzo y desangelado en Ansite. Una especie de Valle de los caído descuidado y acorralado.

Fotos de Rigor y subimos a Santa Lucía, blanca y de olivares. Desvío por Rosiana para subir a una escondida Taidía, vergel de palmeras y abrupto paisaje de cumbres de solana. Allí fue donde descubrimos al "Calzonú" una especie Guachinche Canarión, que siembra amistad y buena comida. Alli conocí a Santiago "El  Conejo" el Señor mayor del barrio y me contó historias y hablamos de Rompecerones, cuando subimos con las trialeras, de las que el ha tenido constancia de vernos.

Continuamos por el mayor Circo Montañoso de la isla. Salteado de Palmeras y una mirada a la majestuosidad de las cumbres. Ricos Blancos, Lomitos de Taidia, La culata y Agualatente. Después de 15 km de carretera estrecha y abismo de tuneras y retamas. Nos devuelve a la civilización en el cruce de El Sequero. Continuamos ligeros. Por el Barranco del Negro, Cruz Grande, La Plata, Candelilla y Ayacata.

Remontada a la cumbre degollada del Cabezo, los Hornos y Cueva Grande. Parada a "Ca Cho Alonso", con terraza al sol y buen trato. 

Avanza la tarde y paramos en la Taberna motera. Un lugar con encanto, culto a la moto y respeto a la historia. Conocí a Domingo el Rubio, que procede de los queseros de Gáldar, y vive en Maypez, detrás de la casa la Cal, allí tiene el ganado que pasta por el Lomo Mataasnos hasta las umbrías de Antona. "Quedamos otro día buen hombre, para que me siga enseñando rincones de Gran Canaria. Ahora a jugar el futbolin Ariñez" 

Y allí nos cogió la noche con la alegría de la jornada. Nos volvió a dar hambre y bajamos San Isidro, para entrar por el Sagrado Corazón. Y llevarnos los olores a "Ropa Vieja" de Casa Suso. Subir a la caldera de Pino Santo, bajar cruce del Espartero, a la Milagrosa y parar para descubrir otros placeres culinarios. 

Cerca de las 22,00 h empezamos la retirada fraternal, bajamos San Lorenzo, circunvalación y despedidas a golpe de pita y mano alzada.

Aún llegué a tiempo de preparar la cena familiar en Valsequillo. Esta vez solo hice compañía y resumen de la jornada, en la mesa con la familia... ¡Qué día más completo de motos, descubrimiento de rincones y amigos de pasiones motorizadas!

Texto: Feli Santana

Fotos: Marcelino Ortega