|  Suscribirse  |   Acceder   |   Contactar

De Honda DAX 70 a Honda MSX 125, una pasión intergeneracional

21 de Julio de 2017

De Honda DAX 70 a Honda MSX 125, una pasión intergeneracional

La historia de la Honda DAX 70, que tiene su continuidad en el tiempo con la Honda MSX 125, es un fenómeno que podría tener su propio estudio sociológico, porque con la pasión que se vive todo lo que rodea a este mítico modelo de la marca del ala dorada en Canarias no tiene parangón en ningún otro lugar de nuestro país, ni en ningún otro de la vieja Europa.

 

Fin de semana tras fin de semana, las frecuentes actividades de los amantes de las Honda 70, o de las MSX 125, por todos los puntos del archipiélago, ponen de manifiesto el cariño que la sociedad canaria le otorga a esta maravillosa y legendaria máquina que desata pasiones a este lado del planeta.

 

Si preguntas a sus propietarios, muchos de ellos fieles a una tradición que pasa de padres a hijos, e incluso de abuelos a nietos, “el ejemplo arrastra”. La pasión setentera puede que sea una característica intrínseca en el ADN del canario: “Para nosotros, la Honda 70 es una joya clásica, material y gozosa”, aseguran. “Fomenta el compañerismo y la amistad”, argumentan. No hay en el grupo de setenteros quien no coincida en que "está hecha para disfrutarla y sentirse a gusto" y la relacionan directamente con la “felicidad y la eterna juventud”.

 

La historia de la Honda DAX 70, un mito en las Islas Canarias…

Con un aspecto de moto de juguete, que encandiló a aficionados de todas las ciudades de Japón, su país natal, las predecesoras de nuestras protagonistas llegaron al mercado a mediados de los años 60. La primera denominación “Monkey” se debía a la postura que había que adoptar al conducirlas, “parecido a un mono”, decían. Tras su éxito en Japón, las primeras Z50Z se exportaron a Estados Unidos en 1969. En 1970 aparece la DAX ST70Z “salchicha, dachshund en alemán” en referencia a la forma de su chasis. Este modelo montaba el motor de 70cc y cambio semiautomático de tres marchas e instalación eléctrica de 6V, pero introducirla en Europa fue más complicado debido a las diferencias de leyes y reglamentos de conducción, y no llegaría a expandirse hasta finales de los años 70.

 

En 1980 comienzan a llegar de forma regular a Canarias, inicialmente de la mano de la hoy desaparecida Maya. En esa primera época, en la que tomó el relevo Alcorde como importador directo desde Honda Japón, llegaron las originales Honda 70 de 6 voltios con las mejoras introducidas a finales de los 70 como el cambio de 4 relaciones, el silencioso tipo scrambler, llantas de cuatro palos, guardabarros frontal bajo y un asiento tipo chopper con rejilla portaequipajes. Aquellas primeras Honda de 1980 costaban 84.000 pesetas (unos 500 euros) pero para pagarlas eran necesarios unos 7 sueldos medios de la época. Mucho más caras que ahora, eso sí, en gasolina no se gastaban mucho; el litro de súper, la Honda 70 no se merecía menos, costaba 40,50 pesetas (24 céntimos de euros).

 

En 1987 llegaban los nuevos modelos, con instalación de 12 voltios y una alarmante subida de precio. Para hacerse con una de las nuevas Honda 70 había que desembolsar nada más y nada menos que 189.500 pesetas (más de 1.100 euros), cuando el sueldo medio rondaba las 70.000 pesetas al mes. A principios de los 90, Honda pasó a depender de Juan Armas en Las Palmas y de Aucasa en Tenerife. Una época en la que las motos se compraban con el esfuerzo del trabajo, no había tanta financiación como hoy en día ni ayuda de las familias, “la gente reunía el dinero y llegaba a la tienda, a veces con el importe en metálico para llevarse su moto”. A la compra de la moto, que era un capricho caro que costaba poco menos de la mitad de un coche utilitario, vamos, como ahora, había que sumarle el seguro, un atraco a mano armada si lo comparamos con las pólizas actuales.

 

 

Las “setenta” de aquella época aportaban significativos cambios y mejoras técnicas como un árbol de levas con cojinetes, horquilla frontal hidráulica y guardabarros trasero cromado con faldón plástico; el silencioso montado en la parte superior del cuadro estaba pintado de negro y cubierto con carcasa protectora con agujeros redondeados, como en la CT70. Los indicadores luminosos de dirección se reemplazaron por unos más grandes, de plástico y cuadrados en mástiles flexibles, reemplazando a los más estéticos cromados antiguos pero con mayor tendencia a romperse. Estaban disponibles tres colores: caramelo rubí rojo, caramelo zafiro azul, y plata.

 

Hasta bien entrados los 90, Honda continuó produciendo la DAX ST70 y en 1999, cuando abandonó la fabricación, surgieron en el mercado marcas que siguieron aportando la dosis de pasión que necesitaban todos los setenteros de Canarias. Fue la época dorada de las réplicas llegadas desde el sudeste asiático. Motos que imitaban a las Honda 70, con motores de diversas cilindradas, dependiendo de las exigencias de cada país. Siempre quedará en el aire la pregunta de si Honda hizo bien o no en interrumpir la fabricación de un modelo con tanto éxito, y que seguía teniéndolo, permitiendo con ello fabricar "clones", imitaciones o réplicas a otras empresas del sector.

 

Pero fuese por remordimiento o por tratar de ofrecer un producto igual de fresco que en su época fue la DAX70, en enero de 2013 Honda anunció la presentación del modelo MSX125, comercializada como Honda Grom “rebelde” para el público anglosajón. Inspirada en la legendaria Monkey del ya lejano 1963, la MSX (Mini Street X-treme), tenía proporciones de una moto grande, aunque como las Monkey, sin carenado. Fabricada en Tailandia, bajo los estrictos controles de calidad de Honda, era y es una moto compacta, práctica y de gran facilidad en la conducción, motor monocilíndrico de 125 c.c. de dos válvulas y cuatro tiempos, cuatro velocidades, embrague manual, inyección de gasolina y refrigeración por aire, con 11CV a 7.000 r.p.m., frenos de disco (ABS de serie en 2017), chasis compacto, horquilla invertida y un sinfín de novedades compactadas en 101 kilos de pura diversión. Hoy en día, Honda Canarias es el importador de la marca nipona para toda Canarias.

 

 

“Expediente MSX”, un fenómeno único a este lado del planeta

Para conocer de cerca el fenómeno que tanto entusiasmo causa este modelo en Canarias, juntamos a tres propietarios de Honda 70 / Honda MSX. Por un lado a un padre y a su hijo; Francisco y Héctor Cruz, y como la pasión por estas mini street-fighter no entiende de sexos, quisimos contar con una de las mujeres que, cada día más, se incorporan al mundo de la moto; Beatriz Vizcaino. Con ellos compartimos una jornada de ruta con sus motos y momentos de pausa y reflexión para que nos revelasen los secretos del “Expediente MSX”.

 

Pancho, como conoce todo el mundo a Francisco Cruz, cumplió hace unos 12 años el sueño de toda su vida; comprarse una Honda DAX 70 en perfecto estado. Este motorista de Carrizal de Ingenio, que a comienzos de los 80 estaba aún en el instituto, veía con envidia a esos motoristas que disfrutaban de sus flamantes Honda 70: “En Crrizal había pocos pero en Agüimes eran legión. Las usaban para estar todo el día por ahí, recorriendo carreteras, y para ir hasta la playa de Mogán, casi siempre bien acompañados”, decía con sonrisa socarrona. “No se usaban los cascos, nadie los tenía ni era obligatorio y tampoco hubo tantos accidentes graves. Eran otros tiempos y en cierta medida, por el estado de las carreteras, la gente era más responsable”, afirmaba.

 

Su hijo Héctor, que según su padre “la lleva mejor que él”, suele acompañarle en las salidas de su grupo “Amigos a Dos Ruedas”, conduce una Honda MSX a la que le ha hecho en un mes cerca de 2.000 kilómetros yendo a trabajar al sur -vive en El Burrero- “Va de maravilla, tanto por autopista, a 90-100, como por la carretera antigua, que es la que uso cuando hay mucho viento”, asegura este joven motorista de 27 años que ha heredado la pasión por la “70” de su padre pero que reconoce que la MSX “es más moto”. “Me enamoré de ella nada más verla; es la nueva Honda 70, me dije”. De hecho, su padre ha comprado otra, para dar descaso a la joya de la familia. Verles trazar las curvas es como asistir a una danza en la que padre, delante con la 70, e hijo, detrás con la 125, ejecutan una perfecta coreografía a lomos de una moto, la 70, que obliga a adoptar una postura simiesca, con ese manillar dislocado diseñado para su utilización en los estrechos pasillos de los grandes trasatlánticos.

 

Beatriz es la tercera protagonista del reportaje. A ella la pasión por la MSX no le viene de tradición familiar “me la compré gracias a que me dejaron probarla. Yo tenía una Monkey Bike y cuando un amigo me invitó a llevar su MSX125 ya lo tenía claro… ¡Era mi moto! Y al otro día fui a por ella. Es otro mundo, ruedas más grandes, más estabilidad, mejor frenada y un paso por curva más seguro”, confesaba esta joven que vive en Vecindario y trabaja en Puerto Rico. “Algunos días la uso para ir al trabajo pero sobre todo la cojo para pasarlo bien ruteando con los amigos los fines de semana. He mejorado mucho mi conducción gracias a la MSX. No tiene un año y ya le he hecho más de 10.000 kilómetros. “Bea, antes hacías las curvas de tres, ahora las haces de una sola trazada”, me dicen los compañeros entre risas. Bea ha tenido experiencias previas con una Hyosung “que no me gustó” y con la Monkey Bike “que fue mi escuela”. “No sé si comparé otra moto más grande ahora que me estoy sacando el A2, pero compre la que compre, la MSX seguirá conmigo para siempre”, confesaba esta motera “soltera” que si encuentra pareja “tiene que tener moto y bailar salsa, que en definitiva se trata de lo mismo, de mover las caderas”, dice bromeando a la vez que afirma que cada vez que para en algún lugar la gente le pregunta por su moto… su querida Honda MSX.

 

 

Sentados con este grupo de amantes de las Honda 70/MSX, modelos ya consagrados en el lugar de honor reservado a las motos con mayor éxito en Canarias -la MSX es la actual superventas-, las historias fluyen solas. Las anécdotas sobre “una moto recomendable que te divierte”, dice uno. “Manejable, de paseo y que se deja querer”, asegura la otra. “Seguro que debajo de cada casco viaja una sonrisa, a no ser que lleves muchos kilómetros y te acuerdes del desalmado ingeniero que diseñó el asiento”, bromea el más joven. “Hay Hondas 70 con más de 100.000 kms a sus espaldas, y ahí las tienes, tan panchas”, aseguraba Pancho. “Con 35.000 hay una MSX que sale con nosotros, y sólo le ha hecho los cambios de aceite y los kit de trasmisión”, confirma Bea. “Honda es Honda. Hay otras marcas que la imitan -dice, Héctor, refiriéndose a la MSX- pero aunque son mucho más baratas, la gente prefiere la seguridad de una marca como Honda. ¡Si aún hay repuestos de la 70!”.

 

Al ritmo actual, en 2018 se habrán vendido 1.000 Honda MSX 125 en Canarias

Coinciden los tres en que “ésta es una afición que pasa de padres a hijos”. Sólo hay que estar atento para sentir el “flechazo”. Las motos son todas atractivas, pero las Honda 70 son ya un icono de la sociedad canaria, sobre todo para cualquier amante del motor, y la MSX se ha convertido en el relevo natural, una moto que enamora por su irreverente desenfado. “El que ha tenido una Honda 70, sabe que ya tiene la sangre envenenada por una pasión irracional”. Pasen los años que pasen, en algún momento se reaviva, se transforma, se convierte en un estilo de vida, se hace adictiva y se contagia.

 

El mercado de segunda mano de Honda 70 cotiza al alza, “hay mucha gente que se dedica a comprar setentas antiguas para rehabilitarlas y modernizarlas”. Lo malo es que hay muchos que han visto el negocio y esto lo ha encarecido todo. La burbuja va engordando. “Hace años había Hondas 70 por 800 euros y ahora no las encuentras de segunda mano por menos de 2.000, aunque estén en un estado calamitoso”. Hay quienes han invertido hasta 5.000 euros para devolverlas, por completo a su estado original, con repuestos originales que aún están disponibles. Motor original, la pintura original, pegatinas originales, todo original, restaurado y lustroso.

 

 

En Canarias hay más de una docena de clubes moteros con las “70” o “MSX” como protagonistas.

“Al final, lo que más nos gusta es salir todos juntos con nuestras 70/MSX. Vas cualquier punto de Canarias y siempre se acerca la gente mayor para decirte que ellos también tenían una”. Las rutas elegidas tienen casi siempre recorrido por carreteras secundarias, donde la circulación de vehículos es menor, “no necesitamos mucho más para pasar un fin de semana estupendo y ser felices”. Con la llegada de la MSX 125 ha habido “un resurgimiento del movimiento setentero y de la cultura que rodea a estas grandes pequeñas motos”. Una pasión ligada a una estética, a una forma de entender la vida, “hay usuarios de todo tipo, desde el que empieza hasta el que viene de vuelta”. La diversidad de los aficionados a las Honda 70 y a las Honda MSX es una de las mejores cualidades de un colectivo al que cada día se unen más jóvenes. Una tradición que asegura así su perpetuidad.

 

Cuando aquella primera Monkey de 1963 salió al mercado, allá en el lejano país del sol naciente, nadie podía imaginar que las más pequeñas de las motos de Honda se convertirían en un movimiento social, una cultura, y una forma de vida, en un archipiélago tan lejano como Canarias, con la seguridad de que sus modelos sobrevivirían generación tras generación despertando pasiones incombustibles.

Empresas Relacionadas
 
Te recomendamos
 

MOTO OCASIÓN KTM 1290 Super Adventure R - 13990 €
PUBLICIDAD

Canariasenmoto.com - El portal de la moto en Canarias - Aviso Legal - info@canariasenmoto.com - Mapa Web - Mapa Web Completo - Accesorios - RSS