¿Comprarse una Kawasaki Z800 nueva es motivo de divorcio?
12 de Noviembre de 2016
Una mujer le pide el divorcio a su marido al descubrir que se compró una Kawasaki Z800
La historia le sucede a un matrimonio bien avenido de puertas hacia fuera en torno a los 40 años con una hija de 6 años a su cargo y con casi dos décadas de relación entre novios y casados. Los dos trabajadores, ella aficionada a la lectura y al cine y él, a las motos desde hace unos 8 años.
Esta historia que ha terminado en divorcio, sucedió cuando él, hace aproximadamente un año, llegó a casa con una nueva Kawasaki Z800 que le costó unos 8.000 euros, sin haberle consultado a su esposa.
"Cuando vi la motocicleta en el garaje le pedí explicaciones porque no me había dicho nada. Él intentó restarle importancia, pero cuando entré en la cuenta bancaria y vi lo que se había gastado cuando esa misma tarde teníamos que ir a comprar el material escolar de la niña me fui al garaje donde tenía sus otras tres motos, le cogí una y se la tiré al suelo. Al día siguiente me busqué un abogado para pedir el divorcio. Aunque viva sola con la niña, sin su ayuda, me va a salir más barato, es un irresponsable", declaraba la esposa.
Él defendió que esa motocicleta era indispensable en su evolución como motero ya que las anteriores, con las que había comenzado la afición, se le quedaron pequeñas.
Echando cuentas, su mujer ha calculado que su marido gastaba unos 20.000 euros anuales en su afición, entre motocicletas, equipaciones, club, inscripciones y viajes. "Es algo que una economía familiar normal como la nuestra no puede asumir", dice ella.
De momento es el primer caso de divorcio que se hace público por este motivo en España.
Entre los moteros hay un dicho: "El día que mi mujer decida vender mi moto por lo que le dije que me costó, me da algo". Pero seguro que hay parejas en las que es ella la que siente la irrefrenable atracción por la moto... ¿No les parece?
