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Comparativa BMW C 650 Sport y Yamaha T-Max530, duelo para sordos

01 de Junio de 2016

Comparativa BMW C 650 Sport y Yamaha T-Max530, duelo para sordos

Si hay algún modelo que sea capaz de hacer frente al T-Max 530, el superventas de la categoría del mercado español, y de toda Europa, ese es el C 650 Sport de BMW. Estábamos esperando que alguno de los distribuidores de ambas marcas en Canarias, tuvieran ambos disponibles para someterlos a un análisis que pueda esclarecer las dudas de los usuarios que tengan en mente alguno de estos dos maxiscooters. Y el momento de hacerlo llegó gracias a la colaboración de Marmotor y Flick Moto, concesionarios oficiales de BMW Motorrad y Yamaha, respectivamente, en la provincia de Las Palmas.

 

  • Precio Yamaha T-Max 530 ABS.- Desde 11.449 euros (Tarifa mayo 2016)
  • Precio BMW C 650 Sport ABS.- Desde 11.400 euros (Tarifa mayo 2016)

 

Una comparativa que hacemos desde el punto de vista del usuario medio y centrándonos en los detalles que tendrán en cuenta la mayoría de los que los utilicen de manera racional. No es una prueba de velocidad máxima, inclinadas para rozar la rodilla, o aceleraciones puras buscando una cifra en el cronómetro. Nos centraremos más en sensaciones que nos permitan disfrutarlos con seguridad. Y es que hay que ser conscientes de que los tiempos han cambiado y la mayoría de los usuarios disfrutan de sus motos con responsabilidad, aunque en este caso sean dos vehículos que se pueden pilotar superando esos límites que, decenas de radares vigilan a diario, incluso desde el aire.

 

Ambos llevan ya varios años en el mercado, con constantes evoluciones. Al T-Max 530 de Yamaha le llegó el turno a principios de 2015 y al C 650Sport de BMW, a finales del pasado año. La marca japonesa y la alemana buscan ser líderes en el mismo segmento del mercado y para ello ofrecen dos productos que, a priori, tienen un comportamiento similar y unas prestaciones parecidas. Comparten arquitectura de motor, bicilíndrico paralelo trasversal, aunque la trasmisión es muy diferente. Pero la diferencia más evidente la encontramos en el sonido del motor y el escape, de serie en ambos casos. Y para ser ecuánimes, y para no adulterarla, esta comparativa la deberían hacer dos pilotos con muy poco oído.

 

 

BMW C 650Sport.- Nuevas sensaciones para una nueva experiencia de movilidad

El BMW C 650 Sport ha sido actualizado para ofrecer mayor suavidad y subsanar todos esos pequeños detalles que fueron criticados de la anterior versión: VER PRUEBA Esta nueva evolución de la Sport de BMW Motorrad se presentaba a bombo y platillo hace pocos meses, incorpora importantes mejoras mecánicas, dinámicas, de equipamiento, y también con un nuevo diseño más atractivo y moderno.

 

En esta versión 2016 encontramos unos faros de mayor tamaño que contrastan con un frontal más reducido. El lateral, incluidos el asiento, el colín, e incluso los asideros, presentan unas líneas mucho más fluidas que la anterior versión, aligerando todo el conjunto. Otro de los cambios más evidente es el escape, ahora en acero inoxidable, con salida doble superpuesta, y que ofrece un sonido más potente.

 

Sentados sobre el asiento, a los mandos de este nuevo maxiscooter de BMW, encontramos un cuadro de instrumentos similar al anterior, aunque con unas gráficas más atractivas. Encontramos tras el escudo incrustaciones de aluminio y tapas de manillar y consola que ganan mucho en sus acabados, fortaleciendo el carácter Premium con el que el fabricante alemán pretende impregnar a todos sus productos. La iluminación diurna LED sigue siendo un extra pero ahora conmuta automáticamente cuando anochece o si entras en un túnel.

 

En la parte ciclo ha habido bastantes modificaciones, pero la arquitectura básica sigue siendo la misma. Horquilla invertida en el tren delantero y amortiguador lateral, tumbado, en la parte trasera. Los cambios se han realizado buscando un buen equilibrio para un maxiscooter largo, entre ejes de 1.591 mm, y pesada -250 kilos en orden de marcha- que está calzado con con llantas de 15 pulgadas de diámetro -120 delante y 150 detrás- en ambas ruedas. El cambio se sigue confiando a un CVT de embrague centrífugo, y para detenerla, se confía en dos discos delanteros de 270mm y e igual medida, un solo disco trasero. El ABS viene de serie.

 

 

Las prestaciones se mantienen intactas gracias  a que su motor dos cilindros en línea ofrece un par de 63 Nm, 60 CV y una velocidad máxima de 180 km/h, aunque ahora la curva es más plana y mejora el comportamiento. Este cambio se debe a las modificaciones realizadas para pasar la futura normativa Euro4. Pero los cambios principales se encuentran en la transmisión. Por una parte el embrague actúa antes sobre las poleas del variador y los rodillos consiguiendo, de esta forma, una aceleración más fulgurante a la salida de los semáforos, y una velocidad punta más alta. La sustitución de la cadena de trasmisión ahora es cada 40.000 km en vez de cada 20.000. Un detalle que será muy bien recibido para nuestro bolsillo.

 

Otra novedad importante es que ahora el control de tracción es de serie, actúa cuando detecta una aceleración brusca de la rueda trasera, síntoma de deslizamiento, el sistema corta parcialmente el gas, encendiendo en el cuadro el testigo correspondiente. Una ayuda a la conducción y a la seguridad muy importante para un maxisccoter que estará a diario rodando sobre pasos de peatones y tapas de alcantarilla y que mejora la seguridad en un moto de tamaño y potencia considerables. También se han modificado el caballete central y el lateral, que sigue actuando de freno de estacionamiento, para facilitar las maniobras en parado.

 

Como ya nos tiene acostumbrados BMW Motorrad, sus modelos son un ejemplo de equipamiento, de serie u opcional. Lo que no ha cambiado en este nuevo C 650 Sport son sus detalles geniales como el freno en la pata lateral o el sistema Flexcase que permite meter dos cascos integrales dentro del cofre cuando el scooter está parado, sin que por ello tengamos que cargar con un volumen/peso innecesario.

 

En definitiva, una acertada evolución sobre uno de los maxiscooter con más éxito del mercado, en su versión más deportiva. Se han subsanado algunos de los pequeños defectos que bajaban el nivel de su primera versión, y sobre todo, se ha hecho caso a los que los clientes pedían. El nuevo C 650 Sport de BMW es ahora mejor en todos los aspectos.

 

 

Yamaha T-Max 530 Lux.- El maxiscooter que siempre quiso ser una moto

La combinación perfecta, así titulábamos la prueba VER PRUEBA que hicimos a la última evolución del maxiscooter más deseado del mercado, y el más exitoso en las ventas, que incorporaba nueva la horquilla invertida de 41 mm que según a fábrica, le otorga más firmeza y precisión en el eje delantero. Este detalle se complementa con las nuevas pinzas de frenos radiales de 4 pistones que muerden un doble disco de freno delantero de 267 mm -herencia directa de la Yamaha R6-, buscando más estabilidad en frenada, y como no podía ser de otra manera, con ABS de serie.

 

La instrumentación es moderna y legible, otra buena combinación, y el arranque se realiza mediante un botón porque ahora la T-Max 530 viene con llave presencial. Así mismo se ha incluido entre sus accesorios una práctica toma de 12 voltios que permite conectar accesorios como un navegador o uno de esos Smartphone a los que tanto les gustan los enchufes y cargadores. Yamaha sigue confiando para motorizar a su mimada T-Max en un bicilíndrico en paralelo de 530 c.c. capaz de entregar 47 CV a 6.750 rpm y un excelente par máximo de 52,3 Nm a 5.250 rpm, que propulsa a esta maxiscooter deportiva con chasis de aluminio y llantas de 15 pulgadas -de generosas dimensiones- en ambos trenes. Y todo esto aderezado con una postura de conducción excelente y una protección aerodinámica que lo han convertido en el maxiscooter de altas prestaciones más vendido desde su estreno.

 

El T-Max es un maxiscooter que te atrapa. La “deportiva” más sencilla de conducir que puedes encontrar en el panorama motociclista. Apta para todos los niveles de conducción y capaz de satisfacer a cada uno de ellos. Y todo aderezado en un conjunto práctico para el día a día. Quizá estas sean las calves de su éxito, pero no terminan ahí las bondades de la T-Max.

 

 

Los cambios que Yamaha introdujo en el modelo 2015, y que no han sufrido cambios en 2016, estaban centradas en la parte delantera de la moto; desde su nueva horquilla invertida, que de paso trae pinzas de freno de anclaje radial, a los cambios de la nueva iluminación con LED y a la nueva llave de contacto presencial. La horquilla es invertida. Las tijas, ofrecen mayor rigidez, y un mejor funcionamiento, tanto por la reducción del peso no suspendido como por la mayor rigidez del conjunto. Las pinzas de freno delanteras pasan a ser de anclaje radial, el «no va más» en cuanto a frenos, que frece una mayor rigidez.

 

Los cambios en la carrocería comienzan por una doble óptica de mayor tamaño y con luces LED, muy visibles también de día y de gran luminosidad en la noche -además de consumir poca energía y ser prácticamente eterna, según el fabricante-. Las de luces de posición también son de tipo LED. En el frontal del carenado se distinguen ahora líneas más aerodinámicas y se mantiene la pantalla deriva brisas de buen tamaño y regulable en dos posiciones, aunque en nuestra unidad de pruebas se montó una cúpula deportiva más baja, así como también un porta matrícula más pequeño y ligero. (Cúpula deportiva 88€, Porta Matrícula 110€).

 

Analizando los detalles prácticos, además de la llave presencial que puedes llevar en el bolsillo, contamos con la apertura eléctrica del hueco o el bloqueo del manillar, con pulsar el botón apropiado. Solo para la guantera delantera o para abrir el depósito de gasolina se usará una llave física. Otra novedad es la presencia, de serie, de una toma de 12V en la guantera. Mantiene inalterable el práctico hueco bajo el asiento, donde cabe un casco y permite cargar otros objetos gracias a sus formas cuadradas.

 

En definitiva, nos encontramos ante una moto (perdón, maxiscooter) que ha conquistado a sus partidarios por el perfecto equilibrio. Algo que en Yamaha han conseguido mejorar, año a año, introduciendo pequeños cambios que mejoran su comportamiento, pero sin reformas radicales que rompan ese equilibrio, esa “combinación perfecta”. Por eso el acierto de la nueva horquilla y los nuevos frenos, ganan efectividad al no descomponer un conjunto muy equilibrado.

 

 

Analizados ya individualmente, nos centraremos ahora en la comparación de cada uno de sus detalles…

 

Comenzando por el japonés, diremos que es un scooter muy cómodo, con un buen asiento y mandos de gran tacto y en buena posición. Las plataformas del suelo también permiten poner los pies de la forma que quieras y la cúpula, sport en nuestro caso, prioriza el diseño sobre la efectividad. Su manillar bajo, haciendo un guiño a la deportividad, para evitar flexiones del manillar y tener más control sobre el tren delantera, puede ser su punto débil. El asiento es más ancho que el del BMW, con el que llegarás mejor al suelo. El BMW es aún más cómodo que el Yamaha gracias a unos mandos tan buenos como los del T-Max pero que están colocados en una disposición más acertada, sobre todo para los que son más altos de la media. La cúpula se puede regular manualmente en tres posiciones. Ofrece más espacio para mover los pies, aunque el chasis central penalice a ambos, y el asiento acoge mejor al posible pasajero.

 

En cuanto los ponemos en marcha, la cosa cambia, la sonoridad del Yamaha deja en evidencia al BMW, que vibra más -aunque mucho menos que la versión anterior- y ofrece un sonido menos atractivo. Y este es un detalle que no entendemos que una marca como BMW, que se caracteriza por ofrecer motores con un sonido tremendamente personal, no haya dado aún en el clavo en su gama de maxiscooters.

 

El equipamiento es uno de los aspectos en los que el BMW sale ganador en la comparativa. Aparte de una pantalla regulable en altura o el freno de aparcamiento en la pata de cabra, ofrece un sinfín de extras que van desde puños calefactables a control de presión de neumáticos, que nuestra unidad de pruebas montaba. Los paquetes de equipamiento pueden ahorrarte mucho dinero en una lista de accesorios prácticamente interminable. Por su parte, el T-Max no se queda corto, con llave presencial o iluminación full led que ofrecen un alumbrado fantástico en todos los sentidos. Ambos disponen de gran capacidad de carga, con guanteras tras el escudo, dos en el C 650 Sport y una, eso sí, muy profunda en el T-Max, o hueco bajo el sillón para meter un casco, en el Yamaha, y dos cascos gracias a la genialidad del Flexcase, en el BMW.

 

 

Si tenemos en cuenta el peso y la potencia de cada uno de ellos, el BMW debería ser más rápido gracias a sus 5,5 kilos/CV frente a los 6,5 kilos/CV del Yamaha. El C 650 Sport pesa 249 kilos y su motor entrega 60CV, por su parte, el T-Max 530 entrega sólo 47 CV para mover los 218 kilos que pesa. ¿Son estos datos definitorios? Pues no. Para nada, ya que son otros muchos factores los que intervienen en las cualidades dinámicas de estos dos Scooters súper deportivos. En nuestras pruebas quedó demostrado que en los semáforos están a la par, el T-Max530 recupera mejor desde 60 km/h y desde 80 km/h, pero a partir 90 km/h, los 13 CV de más del BMW salen a relucir con una velocidad superior al Yamaha.

 

Si el recorrido fuera sólo en autopista o en carreteras de curvas muy amplias, de las que por cierto hay pocas en Canarias, el claro ganador sería el BMW. Más rápido gracias a su potencia extra. Ambos pisan muy bien sobre el asfalto, en cualquier circunstancia, sin embargo nos han parecido algo más firmes las suspensiones del C 650 Sport. Las del T-Max son algo más cómodas, aunque no por ello menos efectivas. El centro de gravedad del japonés parece estar más cerca del suelo y eso le hace más ágil ante los cambios de dirección. Pero no creáis que hay mucha diferencia en zonas reviradas, y aunque a priori pudiera parecer que la potencia del alemán desbancaría al japonés, el T-Max se defiende muy bien en este terreno y además o hace todo mucho más fácil. Su conducción es más intuitiva incluso podríamos decir que aunque al final lleguen a la vez a su meta, el que pilote el Yamaha, lo hará más relajado.

 

 

Cuando abres gas sin miramientos en la salida de una curva, el alemán saca a relucir su caballería, pero lo hace de forma más atropellada, entrando el control de tracción en cuanto el asfalto no está del todo limpio. En el T-Max la potencia fluye como si fuera un motor eléctrico, y gracias a un chasis pétreo se convierte en el rey de la zona de curvas… Al menos en las subidas. Si la misma zona de curvas la hacemos en bajada, los frenos del BMW ofrecen más consistencia y permiten hacer más kilómetros a fuerte ritmo sin que decaigan. El T-Max ofrece de entrada mejor tacto y una potencia similar, pero los latiguillos metálicos son insuperables ante las grandes demandas que exige una bajada como, por ejemplo, la del Pico de Las Nieves hasta Telde.

 

En general el tacto del T-Max 530 es más fino. Detalles como la trasmisión final por correa dentada, frente a la cadena dan fe de ello. Otro ejemplo es el tren delantero, con componentes de primera calidad como los discos flotantes mordidos por pinzas radiales monoblock y una impresionante horquilla invertida. En el C 650 Sport no encontramos tanta exquisitez, pero el resultado final es muy parecido, pero el tacto del BMW aún no llega a la precisión del veterano y afinado japonés.

 

 

Nuestros dos protagonistas equipan sistema de frenos ABS de serie, y tuvimos ocasión de poder probarlos sobre suelo mojado. El funcionamiento de ambos es correcto, si bien el del T-Max es algo más intrusivo que el del BMW, que permite más veleidades sobre el agua. Tratando de analizar este detalle quedó patente que la diferencia de peso de ambos modelos, unos 30 kilos a favor del japonés, es muy importante en las frenadas, y es más fácil sacar de sus casillas al que lleva la hélice en su escudo que al que lleva los tres diapasones, siempre más neutro y predecible sobre suelo con poco agarre.

 

Las suspensiones del alemán son más rígidas, de hecho a pesar del manillar más alto, el tren delantero de BMW se siente emjor que el del Yamaha. Además la suspensión trasera que controla el basculante monobrazo del C 650 Sport, es infatigable y preciso. Pero no es cuestión de ir siempre poniendo en aprietos a una parte ciclo que, en ambos casos, va más que sobrada para el día a día. La cotidianeidad llega aunque no quieras, y ahí, con el uso que le damos habitualmente valoramos más el tacto que las prestaciones o el rendimiento extremo de los componentes. Y ahí, la experiencia y el refinamiento del Yamaha salen a relucir.

 

Otro de los detalles que marcan la diferencia entre ambos modelos es la retención del embrague cuando cortas gas. El BMW queda más suelto que el Yamaha, que retiene más. ¿Virtud o defecto? Pues los hay de los dos bandos. El autopista y carretera abierta prefiero el BMW en este sentido, sin embargo cuando voy por zonas ratoneras como la GC-200 entre Agaete y La Aldea prefiero la retención del T-Max, que me ayuda a colocar la moto en la curva.

 

 

Los cuadros de mandos de los dos maxiscooters son similares en cuanto a la gran cantidad de información disponible. El del Yamaha T-Max 530 muestra esta información de manera más fácilmente legible gracias a sus dos “esferas” de velocímetro y cuentarrevoluciones, con un ordenador en el centro, mientras que el BMW, prioriza el velocímetro, en una gran pantalla circular, sobre un cuentarrevoluciones, que en escala digital, queda relegado a una línea de difícil lectura. A cambio, el alemán ofrece información no disponible en el japonés, como la presión de los neumáticos, y el ordenador se puede controlar desde un botón en el puño izquierdo. En el Yamaha para cambiar cualquier parámetro hay que actuar sobre los botones del propio cuadro, en una maniobra poco segura, si se hace en marcha. En el T-Max tenemos bajo ese puño izquierdo la palanca del freno de mano, que ofrece un accionamiento exquisito e intuitivo.

 

Con la evolución de 2015, el T-Max de Yamaha trató de acercarse al BMW en temas de equipamiento, capítulo en el que antes quedaba por detrás, y mantenía respecto al anterior “Sport” las diferencias en la parte en la que era superior, es decir, suavidad de marcha, estabilidad y nobleza de reacciones en conducción muy deportiva. Ahora con esta segunda generación, que sigue siendo imbatible en prestaciones puras, sobre todo en velocidad máxima gracias a su motor de 60 CV, BMW busca un comportamiento dinámico que igualara, e incluso superara, el líder de la categoría.

 

Nuestros dos rivales son lo mejor que existe en la categoría y tendrás que ser excesivamente quisquilloso para poner les pegas a sus cualidades, equipamiento o comportamiento. Y siendo verdad que en algunos detalles hay ciertas ventajas, del segundo al primero las diferencias son prácticamente insignificantes.

 

 

Teniendo claro que los seguidores del maxiscooter de Yamaha son legión y que muchos de ellos no se interesan por nada que no sea un T-Max, BMW lo tiene complicado, pero con esta evolución el C 650 Sport iguala, o supera en algunos aspectos, al maxiscooter más exitoso del mercado. Un vehículo que siempre ha destacado  por ofrecer  un comportamiento intachable a base de equilibrio, estabilidad, suavidad, ausencia de vibraciones, potencia, aceleración y frenada.

 

Si tienes dudas sobre uno u otro, déjate llevar por el corazón. Los dos son buenísimos, sobre todo en su orientación sport, y si uno de los dos te ha entrado por los ojos, ni te lo pienses. ¡Acertarás seguro! Los dos aceleran muy bien, frenan bien, se comportan bien y ofrecen un equipamiento de primera. El BMW es algo más cómodo, con más posibilidad de extras y con mayor capacidad de carga. El Yamaha a cambio, tiene un aire más deportivo y un funcionamiento más fino. Pero la principal diferencia entre ambos es su lenguaje gutural, que podría compararse con el rugido de un león y el de un tigre, muy diferentes aunque ambos, depredadores infatigables de la jungla… De la jungla urbana, en nuestro caso.

 

Precios y equipamiento extra de las unidades probadas…

 

Yamaha T-Max 530 ABS base.- 11.499 €

Precio unidad probada T-Max 530 ABS Lux.- 11.899 € + Cúpula Sport (88€) + Portamatrícula (110€)

 

BMW C 650 Sport base.- 11.400 €

Precio unidad probada C 650 Sport.- 12.460 € (Incluye Paquete High Line: luces LED de día, RDC control de presión de neumáticos en el cuadro, puños y asientos calefactables, e intermitentes blancos de LED) Además existe como opción un paquete diferente que se llama ALTA GAMA ASIENTO BAJO (asiento doble bajo (no calefactable), intermitentes LED blancos, luz diurna, puños calefactables, presión de control de neumáticos) que cuesta 879 € y solo bajo pedido.

Los maxiscooter de BMW Motorrad se ofrecen ahora con Financiación Select “sin entrada” con cuota de 165 €/mes.

 

Unidades de prueba cedidas por Flick Moto y Marmotor, concesionarios de Yamaha y BMW Motorrad, respectivamente.

 

Prueba realizada por el equipo de Canariasenmoto

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