Bajo la plomiza lluvia entre paisajes de pizarra y fantasmas del pasado

Viaje Canarias Ibérica 2019.- Capítulo 3

Patón de Arriba es la evidencia de la belleza medieval de los pueblos rurales perdidos entre serranías. Todo un contraste el descubrimiento de aquellas jerarquías sociales en  las que destacan una realeza propia, juez anciano que dictaminaba la justicia. El pastoreo y la agricultura enervaban la vida diaria. Un pueblo entero mimetizado de pizarra, donde se aventaba paja para recolectar la avena. Y que hoy es un imán de turismo rural y de la llamada arquitectura  negra.  Ávido de descubrimientos cotidianos,  en sus estrechos callejones de resbaladizas piedras, no para la lluvia y nuestra curiosidad nos lleva a descubrir su encanto y nombres tan filosóficos como el hotel del tiempo perdido, satisface el paseo bajo la impertinente lluvia.

Ha sido una jornada aguada. En mi vida había rodado tantas horas bajo una lluvia plomiza y continua. Las motos  "Adventure GS". Nos sorprende más cada día y su fiabilidad y seguridad sobre cualquier terreno es impresionante, estamos nunca mejor dicho como pez en el agua con sus virtudes de esencia aventurera. 

Hoy avanzamos entre los pueblos de Soria y Segovia, para acabar en este último. Buitrago de Lozoya, Embalse de Atazar, Berrueco, En Sieteiglesias nos deleitaron con sopa castellana y torreznos crujientes, exquisitos. En Navafrias cruzamos el puerto a tres grados, Sepulveda, Riaza, o Pedraza, joya del medievo, que duerme entre piedras los fantasmas del pasado. Tras las murallas, un viejo pueblo de piedra que cuelga su destino sobre un cerro inaccesible de roca caliza, custodiada por las águilas imperiales, Y cigüeñas caprichosas, que amarran las ruinosas torres con nidos de mimbres y varas de sarmiento

Pedirle a un GPS moderno, que nos lleve por el mayor número de curvas posible para ir entre distintos puntos es sencillo, y en ello la diversión asegurada que nos depara encontrar graneros y monumentos que algún día tuvieron utilidad, además con la sorpresa de verlos con ojos de explorador moderno

Entre jaras,  abedules y chopos corre agua que alimenta la vida rural, entre gargantas, hoces y cerros. La historia de un país se conserva plena a la intemperie, vigilada por la mirada perdida de viejos sabiondos sin esperanza. Que esperan que los parientes de sudamérica acudan a reconquistar, la tierra de sus antepasados. En Santa Marta del Cerro, un bar social es abierto los fines de semana, a el acuden madre, hija y nieta una familia Colombiana, que viene desde Segovia para animar a los 18 vecinos que aún se niegan abandonar  el pueblo y en el que los niños son el bien más preciado. Pues no existen.

Llegamos a Segovia bajo la lluvia a los pies de los caballos, para seguir maravillándonos de la brutal historia que cerca las ciudades, que ilumina los arcos de piedra y que en esta invasión moderna de cazar gastronomía e historia. Nos lleva a Casa José María, para deleitarnos de su exquisitez. El cochinillo selecto y el Pago de Carrovejas. El Alcázar duerme cual castillo encantado, que pretende que nadie dibuje sus Torres en la fría madrugada segoviana, esperamos al amanecer que despierten su Almenas de vigilia

Esta España de jamón y tabernas, de castillos y rutas perdidas, ha recobrado el sabor a reconquista cultural de los otros caballos de metal moderno. Nuestras queridas motos, a ellas agradecemos sus andares.

Sean Felices

Feli Santana