Isla | Gran Canaria | |
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Página Web | www.motosclasicasdegrancanaria.es |
30 de Septiembre de 2014
El sábado, 27 de septiembre de 2014, tuvo lugar la esperada salida de motos clásicas pre-1965, siempre tan anhelada por los que conservamos ese espíritu de arranque por patada, 6 voltios, ruidos graves un poco al límite de la normativa vigente, empujar alguna que otra moto y frenos testimoniales. La cita era en la cafetería El Canguro, del buen Bernardo, donde desayunamos atendidos con la calidad y amabilidad que les caracteriza.
Ordenadas en el estacionamiento se presentaba la Bultaco Vicky con los colores patrios de U.S.A. incluyendo casco de la época. La Nimbus del danés Jan, con su increíble chasis, motor en línea de 750 cc y válvulas al descubierto. La BMW R-69S, fiabilidad germana. La AJS de 1957, música bicilíndrica con acento británico. Una latina con carácter indómito: Ducati Èlite 200, la impecable Velocette del responsable-organizador: Paco Quintana. La segunda BMW R-69S, haciendo doblete con su homóloga, y como detalle curioso, correlativas en su número de bastidor y por tanto, en la cadena de montaje bávara de los años 60. Y la BMW R-27, monocilíndrica que llega a todos los rincones de la isla y famosa por sus bendición clerical en las fotos históricas de la Policía Municipal de Arucas.
La primera parada la hicimos en la gasolinera de El Cubillo, donde se agregó el amigo Tito y su inseparable BSA. Y sin más preámbulos nos acercamos al casco histórico de la Villa de Agüimes y el primer café comunitario de la mañana. Por la antigua carretera del Sur llegamos al Ingenio de Santa Lucia, que a pesar de la sequedad de las montañas conserva incólume su característico oasis palmeral . Las dos damas presentes, Merret y Yurena, posaron con entusiasmo en sendas motos, ordenadas esta vez en orden de antigüedad. En San Bartolomé nos esperaban los chachos del “Cuéntame”, encabezados por Feli. Dimos buena cuenta del almuerzo en el Restaurante Mirador de Tunte. Después de la pertinente entrega de trofeos proseguimos por Ayacata hasta la subida del Roque Nublo, escenario imponente para realzar el trabajo de nuestros vetustos motores, deteniéndonos en la Cruz de Tejeda para un último refrigerio y culminar esta feliz jornada. Restaba volver el domingo a Las Tirajanas de Tunte a la segunda parte del “Cuéntame historias sobre ruedas, pero esa es… otra historia.